Por Jose Luis Lobera
Se busca mujer dinámica y polifacética para trabajar al menos 90 horas a la semana, fines de semana incluidos. Deberá ser una magistral gestora financiera y de recursos humanos, creativa planificadora de eventos, decoradora, psicóloga, modista, chef y experta en todas las tareas del hogar. Se valorará positivamente que posea permiso de conducir, tenga habilidades de computación y experiencia como cuidadora de niños y ancianos. Sí, el contrato es por plazo indefinido. No, no podrá disfrutar nunca de vacaciones y lo más probable es que salga muy poco de casa.
¿Y la remuneración? Cero. Sí, ha escuchado usted bien: no le pagaremos nada.
Usted se ha presentado al puesto de madre a tiempo completo.
Esta disparatada oferta de trabajo no es más que una simulación de la complejidad y sacrificio del oficio de ser madre, una ocupación que, por no ser remunerada, oficialmente no se considera un trabajo. Pudiera parecer obvio que no podemos ponerle un precio a la maternidad, aunque sea solo porque el vínculo afectivo entre madres e hijos no se puede pagar con dinero. Pero también es cierto que el trabajo no remunerado tiende a ser infravalorado en el imaginario colectivo y, mientras las madres que trabajan fuera de casa al menos se sienten validadas por el salario que reciben, los millones de madres latinoamericanas y caribeñas que se dedican exclusivamente a su hogar y/o sus hijos suelen ser trabajadoras invisibles.
Es por eso curioso y revelador el índice desarrollado por una aseguradora norteamericana, que cada año cuantifica el trabajo que realizan las madres en casa. Según la valoración de este año, el trabajo de una madre se pagaría en el mercado con un sueldo anual de 65.284 dólares americanos, una cifra que es casi dos veces y media superior al salario promedio de un trabajador en Estados Unidos. El estudio se basa en los datos de salarios promedios que proporciona el Buró de Estadísticas Laborales de EE.UU.
El valor del trabajo de las madres, en alza
Además, el valor del trabajo de nuestras madres está en alza. Según el estudio, habilidades como la planificación de eventos o la decoración del hogar han incrementado en un 9% el valor del trabajo que realizan las madres en los últimos dos años. Tan solo en el último año, las madres estadounidenses se han revalorizado en 5.000 dólares.
Pero tal vez la aplicación más práctica de este estudio sea el poder desagregar los valores de ciertas tareas del hogar que en la actualidad realizan muchas madres, para realmente valorar sus aportaciones. Por ejemplo, una madre ahorra 7.300 dólares al año en el presupuesto familiar por cocinar, y 23.000 dólares en niñeras por cuidar a sus hijos. Entre otras curiosidades, muchos hogares se ahorran 300 dólares al año en cortes de pelo por tener una madre diestra con las tijeras, y hasta 1.000 dólares al año en detectives por saber a qué se dedican los niños cuando están fuera de casa.
¿Sorprendente, no? Al final del día, sabemos que el valor de una madre es incalculable. Pero en ocasiones como la celebración del Día de la Madre, no nos viene mal recordar que su trabajo tiene un valor de mercado. Devolvamos el favor de su trabajo gratuito con nuestro agradecimiento, amor y cariño. Para nuestras madres, no hay recompensa más alta.
COMENTARIOS
Para los hijos que visitan a su madre al final del día y llegan con las manos vacías y tampoco con esa simbólica flor para sentir que están cumpliendo con su obligación de hijos;sin recordar que gracias a la mujer multiprofesional al buen trabajo como educadora, psicóloga, doméstica, trabajadora incansable sin pedir remuneración. Las madres solo pedimos además de cariño , retribución y gratitud en las acciones.
Debería existir el día de los ingratos hijos. No hay excusa que justifique las acciones de los malos hijos.
Las madres constituyen nuestro mayor tesoro, que los hijos debemos cuidar y proteger, por su incalculable contribución en la formación de los hijos y bienestar de sus hogares.
Recientes normas de la Organización internacional del Trabajo OIT, consideran las labores realizadas por las madres en su rol de amas de casa, como un trabajo no remunerado incluido en la frontera general de la producción de bienes y servicios. La OIT señala que la definición de trabajo “comprende todas las actividades realizadas por personas de cualquier sexo y edad con el fin de producir bienes o prestar servicios para el consumo de terceros o para uso final propio” (OIT 2013, p.2).
En el año 1985, en la primera Conferencia Mundial de la Mujer celebrada en Kenia, se propuso realizar su medición, para disponer con estimaciones “aumentadas” del Producto Bruto Interno (PIB), que es el indicador que mide la evolución de la actividad económica del país. La finalidad de la propuesta consiste en tener un registro de la producción no remunerada de bienes y servicios que realizan los hogares, y establecer indicadores de su contribución al bienestar general de las personas y la sociedad. Su objetivo no es modificar el PIB y la contabilidad nacional, sino construir nuevos indicadores para orientar mejor las políticas sociales y económicas, que implementa los gobiernos de los países.
En el Perú, en el año 2011 se promulgó la Ley Nº 29700, que establece los lineamientos generales, definiciones, procedimientos y plazos para la construcción de una cuenta satélite del trabajo doméstico no remunerado (CSTDNR), y la explotación de las Encuestas de Uso del Tiempo como instrumento de medición, cuya elaboración se encarga al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Con su implementación se conocerá el valor del trabajo doméstico que realizan los hogares y la provisión de servicios no contabilizados en el Producto Bruto Interno (preparación de alimentos y limpieza del hogar, cuidado de niños y ancianos, entre otros); los cuales, sin embargo, complementan e inciden en el bienestar de la población.
A mi parecer, el trabajo y sacrificio que hace una madre en el hogar NO TIENE PRECIO. Es un trabajo de toda la vida y significa mucha responsabilidad, control emocional, sabiduría, ingenio, amor. No hay un trabajo remunerado que tenga esas características. Y si valorizamos el puesto de Ser Madre creo que no acertaríamos al generalizar puesto que no todas las madres se desempeñan igual en este Rol.
Todos los comentarios son reales…..Madre…. hay una sola
Soy muy feliz de ser Madre, tengo un hermoso bebe de 5 meses y su nombre es Ivery, y todo lo que hago es con puro amor. y no es ningún sacrificio ni trabajo forzoso ni nada de esa malas expresiones de “pobrecita, abnegada” nooooo señores!!!!.., es la felicidad mas pura que pueda sentir una mujer.. Es lo más bello, bello, bello,,.. del universo. Te Amo Hijo y daría mi vida por ti.
Es una descripción general muy próxima a la realidad y además cuantificada, que hacemos con las madres que también destruyen el hogar sin remar juntos eso se podría cuantificar también verdad, o las dejamos a un lado y con la gran excusa de ser madres se les perdona.
Soy una madre soltera que cuidó sola a sus hijas y no tuve el apoyo económico, moral, ni espiritual del padre de mis hijas, pero me siento muy feliz de haberlo realizado porque uno siente mucha paz después de haber realizado esa gran tarea. Cuando veo y escucho a mis hijas hablar de una manera culta, siento una gran alegría en mi corazón y pienso al mismo tiempo qué habría sido de ellas si no hubiera asumido mi rol de madre soltera.
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