Por Mariano Bosch y Pedro Cueva Rodriguez
La región de América Latina y el Caribe está cambiando a pasos agigantados. Esta metamorfosis, perceptible en cualquier campo, presenta nuevos desafíos que hasta ahora desconocíamos. Uno de ellos, del que se ha hablado en este mismo blog en otras muchas ocasiones, tiene que ver con cómo afectará a nuestros sistemas de pensiones el progresivo envejecimiento de la población. ¿Estamos realmente preparados para esta realidad? ¿Son conscientes los ciudadanos latinoamericanos y caribeños de cuál será su situación si nada cambia?
Son numerosos los documentos que han analizado este problema y la necesidad de emprender reformas con urgencia para asegurar la cobertura y sostenibilidadde las pensiones en la región. Como pudimos comprobar en el reciente lanzamientode ‘Panorama de las Pensiones: América Latina y el Caribe’, los expertos coinciden: es el momento de actuar. Sin embargo, el consenso en los ámbitos académico e institucional no servirá de nada si no lo conseguimos trasladar a pie de calle, si no lo logramos transmitir a la propia población. Y, por el momento, esta es una tarea pendiente.
La falta de conciencia sobre esta cuestión agrava la situación. Sea por falta de información o de interés, la realidad es que la población no se preocupa demasiado por las pensiones, algo que sucede incluso en Estados Unidos, donde casi la mitad de sus trabajadores no ha tratado de estimar cuánto dinero necesita tras retirarse (Behrman y coautores, 2010). En América Latina y el Caribe, según datos recogidos en ‘Mejores Trabajos, Mejores Pensiones’, este desconocimiento también es extremadamente elevado en países como Chile, Perú (Lima) o México (DF), donde más del 80% de trabajadores desconoce cómo se calculan las pensiones en su país o cuánto se descuenta de la nómina para financiar esas pensiones. Además, más del 40% de los empleados en Lima o México DF de entre 45 y 55 años de edad dice que no ha pensado nada sobre cómo financiar su vejez.
Hoy en día, en América Latina y el Caribe hay un adulto mayor de 65 años por cada ocho personas en edad de trabajar, pero en 2050 esta cifra se reducirá a sólo tres personas. Si la población desconoce el funcionamiento de los sistemas de pensiones e infravalora la gran importancia que tiene alcanzar la vejez con una pensión digna durante un largo número de años, ¿por qué no se intenta concienciar a la población?
En la actualidad existen numerosos programas de concienciación exitosos en infinidad de ámbitos: las instituciones tratan de sensibilizar a la población en temas como el cuidado del niño, la educación, el consumo de drogas, la alimentación y la vida saludable, el reciclaje y el cambio climático, la seguridad vial, el fraude fiscal y laboral, el embarazo adolescente, la igualdad de género, etcétera. ¿Por qué no seguir los mismos pasos con las pensiones en la vejez? ¿Conoces alguna campaña directamente ligada a nuestro futuro como pensionistas? Probablemente, la respuesta a esa pregunta sea negativa, lo que nos invita a reflexionar. ¿Acaso a nadie le preocupa cuál será su pensión en la vejez?
COMENTARIOS
Actualmente la campaña para informar a la población respecto a las futuras pensiones es dos sobre diez, y el seguro de vida ley es cero sobre cero. Además el fondo de pensiones públicas está quebrado económicamente ya que mes a mes el Estado debe cubrir el déficit que tiene la ONP, con ese panorama las pensiones públicas a largo plazo peligran en su cumplimiento de pago. Respecto a las AFP resulta contradictorio que apliquen en su fórmula la probabilidad de vida con 120 años, esto sólo en Siberia es aceptable.
Creo que es buena idea lo de un programa de concientización en este tema. Así como nadie piensa
en la muerte y hacer un testamento, así creemos que está lejos nuestra jubilación.
Srs:
En particular opino que es necesario concientizar y/o preparar con la adecuada anticipación, puede ser unos cinco o menos años antes a la población que está en vías de entrar a la etapa de jubilados, y esto se puede hacer mediante charlas y/o capacitaciones de los agentes encargados de las pensiones, repito años antes de que se produzca la jubilación de la persona. Lo que sucede es que la gran mayoría de la población sabe que la pensión de jubilación es mucho menos de lo que gana estando trabajando, entonces es como que borran de sus mentes ese fantasma de la próxima jubilación que se le va acercando.
Esta preparación no existe hasta donde tengo conocimiento, pues yo soy uno de ellos, y fue un tanto traumatizante acostumbrarme, pero gracias a mi familia acepté mi situación bastante rápido. Por supuesto la familia de uno también ayuda.
Son pocas las personas que piensan en su vejez o jubilación, el mal ejemplo lo da el Estado porque es el mayor deudor de las administradoras de fondos de pensiones (AFP), contribuye también la poca difusión de los beneficios de este sistema por medio de las AFP.
Muy interesante, aunque demasiado general. Creo que la jubilación y el monto de pensión va ligado con la esperanza de vida. Es decir, conforme avanza la medicina y el estándar de vida de las personas (acceso a salud) incrementa su esperanza de vida. Por ese motivo, financiar un monto X de pensión será más caro. No se trata de alternativas de inversión, sino de incrementos en la contribución a la jubilación. Si vamos a vivir más, es necesario ahorrar más.
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