*Por Federico Rey Marino
Las firmas de tecnología financiera (fintech), el sector financiero emergente del siglo XXI, está floreciendo en América Latina y el Caribe. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista han identificado más de 700 compañías de fintech en 15 de los 18 países de la región. Los optimistas creen que el surgir de las fintech representa el fin de la banca tradicional, mientras los escépticos aseguran que las fintech no están destinadas a durar.
Aunque es difícil anticipar cómo la innovación tecnológica dará forma a la intermediación financiera en el futuro, los participantes del mercado tienen más que ganar en un ecosistema colaborativo, que en un juego de suma cero. Las oportunidades de negocio son enormes para todos los participantes y cada jugador tiene algo que aportar en este partido.
El crédito todavía representa, en promedio, menos del 45% del producto interno bruto (PIB) en los países de América Latina y el Caribe, muy por debajo del 150% que gozan los países desarrollados. Por ejemplo, en Argentina, uno de los países más ricos de la región, el crédito representa apenas el 15% del PIB. Sumado a esto, la mitad de los adultos de la región ni siquiera tiene una cuenta bancaria. Así, en algunos países como Nicaragua o Perú, tres de cada cuatro ciudadanos no están bancarizados. El dinero en efectivo continúa siendo el método de pago más utilizado en la región, representando el 90% de los pagos de servicios, de acuerdo a algunos estudios.
Sin embargo, la región se beneficia de una gran ventaja: la adopción de tecnología es increíblemente rápida. La penetración de teléfonos móviles alcanza el 70% de la población, comparándose relativamente bien con el 84% de Europa, el continente más desarrollado en telefonía móvil, según GSMA. Además, se espera que América Latina sea el segundo mercado móvil de mayor crecimiento en los próximos cinco años, creando la plataforma perfecta para el crecimiento de las compañías fintech.
El principal activo de las fintech es su accesibilidad, a través de canales digitales y móviles. Además, son ágiles y veloces, lo que les permite ajustarse a un ambiente cambiante y saber cómo potenciar la experiencia de los consumidores. De acuerdo a Capgemini, cerca de un 70% de los clientes preferiría recomendar su servicio de fintech, y apenas un 45% recomendaría su banco. Sin embargo, aunque la brecha se está cerrando, los bancos tradicionales siguen liderando en términos de confianza. Cerca de 60% de los consumidores confía plenamente en sus bancos, sin importar la calidad del servicio, según el estudio. Aunque las fintech están diversificando gradualmente sus fuentes de financiamiento, los bancos tienen un acceso más amplio a capital y cuentan con depósitos baratos y estables de sus clientes. Adicionalmente, los bancos se benefician de contar con el apoyo y aprobación de los reguladores.
Según un estudio conducido por PwC, uno de cada tres bancos operando en América Latina ya está desarrollando alianzas con compañías fintech, y más de un 80% espera hacer negocios juntos en los próximos tres a cinco años. Nosotros en el Grupo BID, en el contexto del 2017 Mobile World Congress, lanzamos FINCONECTA, un programa de 10 meses dedicado a crear el primer ecosistema interconectado de soluciones entre instituciones financieras y compañías fintech líderes para buscar el crecimiento exponencial de la industria financiera. Los resultados serán anunciados en FOROMIC 2017, que se llevará a cabo a finales de octubre, en Buenos Aires.
Por el bien de los consumidores, es tiempo de que la colaboración entre los bancos y las fintech se convierta en la regla y no en la excepción.
*Federico Rey es Oficial de Crédito en la Coorporación Interamericana de Inversiones (CII) del Grupo BID
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