Actualmente, para mantenerse vigente en el mundo de los negocios, se necesita pasar por un proceso de transformación constante, en especial si consideramos lo rápido que evoluciona la tecnología. Por ello, si una organización está planeando efectuar un cambio significativo en su ambiente de tecnología de información, implementar un nuevo sistema de planificación de recursos empresariales (ERP) o adoptar un enfoque de transformación digital; resulta fundamental asegurar que su Modelo de Operación de Tecnología de Información (ITOM por sus siglas en inglés) es capaz de soportar dichas iniciativas, durante y después de su implementación.
¿A qué nos referimos con ITOM?
El ITOM describe cómo una organización opera su tecnología de la información (TI) en un momento determinado, y además contiene los componentes clave de la función de TI que deben ser considerados en cada empresa.
El modelo operativo de TI debe desarrollarse en línea con el modelo operativo y estrategia de negocio de la organización. En ese sentido, no existe una ‘talla única’ de ITOM aplicable a todas las empresas; pues cada compañía es única de acuerdo con el nivel de madurez tecnológica en el que se encuentre.
El siguiente modelo genérico incluye una visión inicial del alcance de un modelo operativo para la función de TI:
Transformación del Modelo Operativo de TI
Transformar el modelo operativo de TI requiere de un enfoque disciplinado y un marco consistente para obtener resultados efectivos. Dicho enfoque debe ayudarnos a responder preguntas clave, como las siguientes:
- ¿Qué habilidades y competencias tiene la función de TI? ¿Qué servicios de TI necesita realmente el negocio?
- ¿Cuánto costará la transformación y cuáles serían los beneficios?
- ¿Cómo se pueden utilizar las nuevas tecnologías y enfoques para aprovechar las ventajas empresariales?
- ¿Existen implicaciones regulatorias relacionadas con los cambios en el modelo de operación de TI?
- ¿Cómo se producen los cambios en TI que apoyan al mismo tiempo los cambios requeridos en el negocio?
- ¿El plan de implementación considera no sólo cómo se implementan las nuevas estructuras, procesos y tecnología, sino también cómo se reorganizará las instalaciones e infraestructura de TI?
- ¿Cómo se asegura que los beneficios se están logrando? ¿Qué se necesita para asegurar un enfoque de mejora continua?
- ¿Su enfoque de transformación involucra no sólo aspectos de tecnología, sino también la estrategia, la estructura, procesos adecuados y optimizados, habilidades y competencias necesarias?
- ¿Cómo involucrar al negocio para que apoyen la transformación y estén preparados para hacer las inversiones necesarias?
- ¿Cómo mantener el negocio comprometido mientras se detiene los proyectos “no prioritarios” y actividades que no están alineadas con la estrategia?
No contemplar todos estos aspectos en la implementación de una iniciativa estratégica de gran envergadura, soportada por la función de tecnología de información; puede generar que la función de TI no se encuentre preparada para brindar el soporte y la calidad del servicio esperada. Esto impactaría tanto a clientes internos y externos; y a su vez comprometa los beneficios esperados con respecto a las estrategias de negocio, basadas en cambios tecnológicos significativos, transformación digital y el uso de tecnologías emergentes.
Ya lo señaló Sócrates, “El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo”.
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