El lunes 5 de agosto de 2024, los mercados globales enfrentaron una de sus peores jornadas en años. El índice Nikkei 225 de Japón se desplomó un 12.4%, registrando su mayor caída desde el ‘Lunes Negro’ de 1987. En EE.UU., el Dow Jones cayó 1,033 puntos (2.6%), mientras que el S&P 500 y el Nasdaq perdieron 3% y 3.4% respectivamente, marcando su peor desempeño diario desde 2022. Al mismo tiempo, el mercado de criptomonedas también sufrió grandes pérdidas; Bitcoin cayó un 16.72% hasta los $49,000, y Ethereum bajó un 23% a $2,230. En total, más de 292 mil millones de dólares en activos digitales se evaporaron del mercado de criptomonedas en un solo día.
Durante este período de alta volatilidad, los inversores minoristas reaccionaron con pánico, liquidando más de $1,380 millones en criptomonedas, lo que exacerbó la volatilidad del mercado. El colapso en el mercado criptográfico también provocó que más de 217,000 traders de criptomonedas apalancados sufrieran liquidaciones por valor de $841.3 millones en las últimas 24 horas, según CoinGlass.
Sin embargo, en los días siguientes, las tensiones en los mercados disminuyeron gracias a algunas buenas noticias. Por un lado, el anuncio del representante japonés calmó los mercados tras las medidas del Banco de Japón. Por otro lado, las solicitudes de desempleo en EE.UU. fueron menores a lo esperado, indicando una recuperación laboral. Además, las ganancias trimestrales de varias empresas también mejoraron el ánimo del mercado. Por ejemplo, Palantir reportó ingresos de $678.13 millones (+27%), Shopify mostró resultados sólidos, Uber superó expectativas con ingresos de $10.7 mil millones, Disney aumentó sus ganancias por acción un 16.8% a $1.19, y Qualcomm reportó ingresos de $8.44 mil millones.
En consecuencia, el reciente repunte del mercado de criptomonedas, especialmente de Bitcoin y Ethereum, ha generado un renovado interés y análisis en el sector. Después de un período de alta volatilidad, Bitcoin logró recuperarse hasta alcanzar los $59,000, mientras que Ethereum subió a $3,193 y Solana registró un aumento del 8%.
Así, las grandes instituciones financieras han demostrado una notable resiliencia y confianza en el mercado de criptomonedas. BlackRock, por ejemplo, mantuvo sus posiciones en Bitcoin, lo que refleja un optimismo subyacente en la solidez a largo plazo de estos activos. Esta estabilidad institucional se destaca aún más al considerar que el indicador de posición de futuros de JPMorgan muestra una reducción limitada del riesgo entre los inversores institucionales en los contratos de futuros de Bitcoin de CME. El interés abierto total en los contratos de futuros de Bitcoin de CME se ha mantenido en niveles elevados, lo que indica que estos inversores siguen siendo relativamente optimistas.
Recientemente, este optimismo hacia Bitcoin se ha reflejado también en el mercado de fondos cotizados en bolsa (ETFs). El miércoles, los ETFs de bitcoin al contado en EE.UU. reportaron entradas netas de $45.14 millones, liderados por el IBIT de BlackRock, que aseguró $52.52 millones en entradas. En contraste, los ETFs de ethereum experimentaron salidas netas de $23.68 millones, con el ETHE de Grayscale perdiendo $31.86 millones en un solo día. Este movimiento de capital hacia los ETFs de Bitcoin, mientras los de Ethereum enfrentan salidas, subraya la creciente preferencia de los inversores institucionales por Bitcoin, destacándolo como el activo de elección en el volátil mercado de criptomonedas.
Este cambio en las inversiones refuerza la narrativa de que Bitcoin sigue siendo la criptomoneda preferida para aquellos que buscan una exposición más segura y con mayor potencial de crecimiento a largo plazo. Las entradas netas acumulativas en los ETFs de Bitcoin desde enero de 2024 alcanzaron los $17.23 mil millones, demostrando la confianza continua en este activo, mientras que los ETFs de Ethereum han registrado salidas acumuladas de -$387.35 millones desde julio, evidenciando un desajuste en la percepción de riesgo y oportunidad entre estos dos activos principales.
Por el lado fundamental, la respuesta del mercado a estos movimientos ha sido influenciada por expectativas de políticas económicas. La posibilidad de que la Reserva Federal de EE.UU. pueda reducir las tasas de interés ha tenido un efecto positivo en los precios de las criptomonedas. Este contexto, junto con la señal de optimismo de inversores institucionales como Morgan Stanley, que ahora permite a sus asesores patrimoniales recomendar ETF de bitcoin al contado a sus clientes, sugiere que el mercado de criptomonedas podría estar entrando en una fase de recuperación más estable. Según datos recientes, la capitalización de mercado de Bitcoin ha aumentado a $1.143 billones, mientras que el volumen de operaciones en 24 horas alcanzó los $40.1 mil millones, aunque con una caída del 9.62%.
Asimismo, los dos principales partidos políticos de EE.UU. han indicado su apoyo a una regulación favorable de las criptomonedas en 2025 y más allá, lo que también puede contribuir al optimismo en el sector.
Por último, la reciente estabilidad en las tenencias de grandes jugadores institucionales sugiere que, mientras no surjan nuevos factores desestabilizadores, el mercado de criptomonedas podría estar en camino a una recuperación sostenida. La combinación de un entorno macroeconómico favorable y la confianza demostrada por las grandes instituciones financieras podría sentar las bases para un crecimiento robusto a largo plazo en el sector de las criptomonedas. Esta dinámica resalta la importancia de la participación institucional en la estabilización y recuperación del mercado, brindando un rayo de esperanza para los inversores en un panorama que ha sido, hasta ahora, extremadamente volátil y desafiante.
Análisis Técnico: ¿Ya vimos lo peor?
En un análisis anterior, identificamos correctamente una potencial caída en el precio de Bitcoin, la cual se materializó el lunes 5 de agosto de 2024. A partir de este punto, en la fase actual, Bitcoin se encuentra en una corrección tras la onda 4. Si el precio respeta el soporte crítico alrededor de los $55,000 a $57,000, es posible anticipar un movimiento alcista hacia la onda 5. Las proyecciones de Fibonacci sugieren que los primeros objetivos para esta onda se sitúan en los $76,000 y $80,200.
En ese sentido, la confirmación de la ruptura de la resistencia en los $67,000 será crucial para determinar la dirección del próximo movimiento significativo de Bitcoin. En caso de una ruptura fallida del soporte mencionado, no es descabellado prever nuevos mínimos en el rango de $48,000 a $44,000, lo que podría retrasar el inicio del esperado bull run. No obstante, esto seguiría siendo una corrección saludable dentro de una tendencia alcista a largo plazo.
Al mismo tiempo, la expectativa de un bull run sigue siendo fuerte, especialmente con la proximidad del próximo halving de Bitcoin. La acumulación de posiciones por parte de grandes inversores y la reducción de la oferta de nuevos bitcoins generada por el halving son factores históricos que han impulsado precios más altos.
Bitcoin muestra un potencial alcista tanto a corto como a mediano plazo, siempre que respete los niveles de soporte actuales y rompa las resistencias críticas. Los movimientos a corto plazo serán decisivos para confirmar si estamos iniciando la onda 5 alcista o si será necesaria una corrección adicional antes del próximo bull run. Finalmente, la estabilidad en las tenencias de grandes inversores sugiere una confianza continua en una recuperación más sólida del mercado cripto, siempre y cuando no surjan nuevos factores desestabilizadores en el horizonte económico global.
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