Asegurar la vigencia de la marca, es por defecto, considerada una tarea imprescindible.
Pero este no es trabajo fácil. Está estrechamente ligado a la visión e idiosincrasia de la organización. Muchas veces se avanza sin caer en cuenta del punto ciego que los acompaña. En otras, se cree que ‘ya llegaron’ y recién cuando un actor nuevo los rebasa, se apuran en recuperarse, la mayoria de las veces, en vano (pensemos en Kodak, alguna vez considerado el rey de la fotografía de consumo masivo, o en la BlackBerry de RIM: por descuidarse otros tomaron la delantera, prácticamente sacándolos del juego).
Mantenerse vigente comprende estar dispuesto a reinventarse y a tomar riesgos. Es cuestión de ser proactivo y de estar al alerta – de las tendencias, de lo que hay y, muy importante también, hasta de lo que no hay.
Añadamos una capa más. La mesa de juego es radicalmente distinta a la de décadas anteriores. Cada vez se afianzan más modelos que nos obligan a cambiar paradigmas, estrategias e incluso gestión de tiempo.
Según Vineet Nayar, autor de Employees First, Customers Second y ex CEO de HCL Technologies, si antes la ventaja competitiva se podía obtener con: ideas innovadoras, liderazgo vertical e implementación eficiente y eficaz, hoy esta combinación resulta limitada. En la economía actual, se requiere de:
+ ideas innovadoras
+ liderazgo que empodera
+ experiencias únicas
Nayar, en su ensayo en el marco del 2014 Global Drucker Forum (Austria, 2013) describe lo que considera son las 3 principales trampas que sabotean la transformación de una empresa:
1. La trampa de la continuidad
Quien se confía y duerme en sus laureles se ubica voluntariamente en una posición para, tarde o temprano, ser rebasado. El lema de “crea fama y échate a la cama” evade la sensatez en el mundo de los negocios.
¿Quiénes ofrecerán más resultados innovadores y de mayor valor para el consumidor: líderes que se enfocan en los logros del pasado o líderes que se emocionan por el cambio y solucionar nuevos retos?
Nadie se imaginaba que en la mitad de los 2000 marcaría el principio de la decadencia para Blockbuster, el otrora líder de renta de películas. Un nuevo jugador, con un modelo de negocio diferente llegó, gustó y no ha parado de crecer: Netflix. Ofrecía paquetes de varias películas en dvds, a tarifas razonables, entregadas por correo: mayor conveniencia a menor precio. Netflix se apoderaba del mercado pero Blockbuster no reaccionó ni oportunamente, ni adecuadamente. Netflix se impuso pero no se ‘durmió’. Paso a ofrecer películas vía internet, a conquistar el mercado global e, incluso, a producir contenido original que compite contra producciones de TV y cable.
2. La trampa del liderazgo
Esta trampa la origina el liderazgo unidireccional, vertical y rígido que tiende a apagar la iniciativa y creatividad. En cambio, el liderazgo que eleva exponencialmente la productividad es el que es capaz de gestionar el empoderamiento y la generación de ideas innovadoras bottom-up (de trabajador hacia jefe).
Contando con este tipo de liderazgo que empodera, recién puede apalancarse la experiencia empleado-cliente. A este nivel es donde se generan valiosos aprendizajes de primera mano (insights) sobre lo que mueve al cliente.
Starbucks es de las empresas líderes mundiales que destacan por contar con una filosofía basada en empoderar al empleado y su manera de crear la mejor experiencia posible para el cliente.
3. La trampa de la lógica
Para obtener cambios que en verdad transforman compañías, el pensamiento de pasos progresivos no provee la propulsión necesaria. Más bien, se requiere del pensamiento disruptivo. El que arroja propuestas que la mayoría consideraría imposibles.
Veamos el caso de Amazon, quien habiendo conquistado el liderazgo en ventas de libros por internet en todo EEUU, decidió ir más allá, reinventarse. ¿Quiso añadir la venta de productos complementarios? No. Decidió vender prácticamente ¡de todo! En esa época nadie lo había hecho antes. La mayoría lo criticó por pecar de audaz. Dijeron que era ‘imposible’. Pero la idea disruptiva resultó ser visionaria y un rotundo éxito. Amazon y Jeff Bezos, su CEO, siguen sin parar de innovar. Desde ofrecer rentar espacio digital en sus servidores a innovar con el uso de drones.
¿Reconoces estas trampas en la realidad de las empresas peruanas? ¿Según tú, cuál te parece se da más y cuál se supera con mayor éxito?
COMENTARIOS
El articulo es un poco flojo en sus argumentos y redunda en varios conceptos que muchos lideres ya manejamos.
En las entidades dedicadas a las microfinanzas se puede ver la trampa de la continuidad no están innovando en modelos de negocio
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