Cyberlaw

Abel Revoredo

Web3: la eterna lucha entre centralización y descentralización.

 

Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo, y se dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es solo el comienzo de sus obras, y todo lo que se propongan lo podrán lograr. Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos mismos».

Génesis 11: 5-7

 

A lo largo de la historia de la humanidad hemos sido testigos de una intensa lucha entre aquellos que buscan el control centralizado y aquellos que defienden la descentralización de las actividades humanas en diversas esferas, desde la economía y la política hasta la educación y la identidad. Desde el punto de vista de las tecnologías de la información, algo parecido hemos podido encontrar desde el propio nacimiento de internet y su evolución hasta lo que hoy conocemos como Web3. En este post procuraremos presentar el concepto de Web3 y como la descentralización puede ayudar a evolucionar diversas actividades humanas.

En efecto, la descentralización ha jugado un papel muy importante en el desarrollo de Internet y de la tecnología en general. Por ejemplo, la arquitectura de las redes de telecomunicaciones que dieron origen a Internet surgió como una respuesta a las redes de los 40s-50s, que eran esencialmente centralizadas. La centralización se había convertido en un riesgo, y ponía en peligro el flujo de la información y el acceso a las comunicaciones.

Una red centralizada podía ser fácilmente desactivada atacando el nodo principal por lo que algunas agencias militares dedicaron sus esfuerzos a impulsar la creación de una red distribuida que fuera lo suficientemente resiliente para permitir la comunicación de sus ejércitos aún cuando varios de sus nodos pudieran haber sido atacados por el enemigo.

Es así como la creación de una red distribuida de telecomunicaciones, un protocolo de comunicación único (TCP-IP)(1) que permitiera a todas las computadoras conectadas a esa red comunicarse fácilmente entre sí y, finalmente, la posibilidad de dividir los archivos en paquetes más pequeños que pudieran viajar por aquella red, dieron finalmente origen a lo que hoy llamamos Internet(2).

En la orilla opuesta, la centralización también jugó un papel importante en el desarrollo de algunas actividades como la educación, la banca o la política. De manera centralizada se logró una educación uniforme (3) y masiva donde antes existía autoeducación para muy pocos (4). De manera centralizada se logró crear un sistema financiero sólido donde antes prácticamente cada banco privado creaba su propia moneda (5). De manera centralizada se logró crear sistemas de identidad que permitieron la inclusión de millones de personas en los servicios estatales donde antes habían ciudadanos invisibles.

Volviendo al escenario tecnológico podemos ver que la propia Web también fue escenario de esta lucha entre centralización y descentralización. Así, en los noventas, la Web 1.0 se caracterizó como un entorno en el que muy pocos actores (de manera centralizada) tenían la posibilidad de crear contenidos y la mayoría de los usuarios nos debíamos limitar a consumirlos. En esos momentos no éramos dueños de nuestra identidad, de los contenidos que circulaban en la red ni podíamos monetizar nuestras actividades.

Posteriormente, desde el 2000 en adelante, la web 2.0 dio lugar a la aparición de plataformas que descentralizaron la creación de contenidos permitiéndonos a todos los usuarios participar en la creación de los mismos a través de las redes sociales, los blogs o los wikis, entre otros. No obstante ello, la propiedad de los contenidos o la monetización de los mismos se mantenía limitada para muy pocos y centralizada en las plataformas que nos brindaban esos servicios.

Alrededor de 2005 empezaron a aparecer aplicaciones y modelos de negocio disruptivos que permitieron a cualquier ser humano con acceso a Internet vender bienes y servicios a través de plataformas de intermediación en un modelo denominado “economía colaborativa”. En estos momentos podíamos producir contenidos, vender bienes y servicios o realizar operaciones financieras en Internet pero siempre limitados a supeditados a las reglas de los “dueños” de las plataformas.

Paralelamente, en el año 2008, Satoshi Nakamoto (quien quiera que sea) publicó un paper (6) en el que nos mostraba el nacimiento de una tecnología de registro distribuida (o “DLT” por sus siglas en inglés) que dio origen a Blockchain y a los Bitcoins. Estas DLTs permiten distribuir el control y registro de actividades en un registro, esto es, permite que todas las computadoras conectadas a la red participen en la generación de consenso respecto de cada anotación que se planea hacer en el registro.

La gran potencia de estas tecnologías incide en que ellas proporcionan tres atributos que tienen el potencial de cambiar el mundo como lo conocemos: (i) inmutabilidad, las anotaciones no pueden ser modificadas (por el encadenamiento de hashes y otras cuestiones técnicas), (ii) publicidad, todas las anotaciones son públicas y pueden ser auditadas (por el hecho de que cada anotación se encuentra distribuida en todos los nodos) y (iii) resiliencia frente a hackeos (por la necesidad de consenso entre miles de máquinas conectadas para poder hacer una anotación).

En los últimos años hemos visto como las DLTs han dado lugar al nacimiento de casi 13,000 criptomonedas (“criptoactivos” en realidad) que han ocupado primeras planas y capturado la imaginación de millones de personas. Sin embargo, algo que no hemos visto de las DLTs es la forma en que estas tecnologías están impulsando la generación de soluciones distribuidas y descentralizadas que permitirán descentralizar la propia Web dando lugar a lo que se conoce como Web3.

En efecto, las DLTs posteriores a Blockchain evolucionaron desde una simple anotación de transacciones con criptomonedas a registros más avanzados incluyendo registros documentales, de activos (tokenización), de identidad, de NFTs, de aplicaciones, contratos inteligentes, etc. De esta forma podríamos decir que la Web 3 es un conjunto de soluciones construidas sobre alguna DLT que permiten descentralizar actividades como en algún momento Blockchain lo hizo; incluyendo cualquier clase de registros y nos permitirá “encadenarlos” a nuestra billetera web3.

Esta evolución permitirá descentralizar Internet, enfrentar la centralización que hoy imponen las Big Tech y convertirnos a los usuarios en dueños de la nueva Internet y titulares de cada una de nuestras actividades en la misma, pues al producirse la descentralización y la conexión de nuestra identidad a cada actividad registrada por nosotros; podremos, entre otras cosas, controlar nuestra identidad digital y definir quienes pueden tener acceso a ella, ser dueños de nuestros contenidos y obras, monetizar nuestras actividades, controlar el funcionamiento de las aplicaciones que usamos, tomar decisiones comunitarias o adquirir bienes inmateriales en este nuevo universo.

Estemos atentos al nacimiento de Aplicaciones Descentralizadas (DAPPs)  (7), Organizaciones Descentralizadas (DAOs) (8), Finanzas Descentralidas (DeFi) (9), Identidad Descentralizada (DI) (10), Mercados Descentralizados (DEX) (11), etc.

Los retos que tendremos que enfrentar los abogados en este futuro inminente incluyen definiciones sobre identidad digital y el rol de los registros centralizados, discusiones sobre propiedad de bienes inmateriales y su registro, cuestiones tributarias referidas a las transacciones en el metaverso, la celebración de contratos inteligentes, los derechos de autor sobre NFTs y muchos mas.

El metaverso es solo el siguiente paso en este proceso y está más cerca de lo que imaginas.

 

(1) Al respecto recomiendo mirar este documental: https://es.wikipedia.org/wiki/Lo_and_Behold:_Reveries_of_the_Connected_World
(2) https://youtu.be/PMAdfSHRids
(3) https://www.ted.com/talks/sugata_mitra_build_a_school_in_the_cloud/transcript?language=es
(4) https://www.youtube.com/watch?v=oIUo51qXuPQ
(5) https://www.bbvaopenmind.com/articulos/pasado-presente-y-futuro-del-dinero-la-banca-y-las-finanzas/
(6) https://bitcoin.org/bitcoin.pdf
(7) https://www.investopedia.com/terms/d/decentralized-applications-dapps.asp
(8)  https://ethereum.org/en/dao/
(9)  www.investopedia.com/decentralized-finance-defi-5113835
(10) https://www.gsma.com/identity/decentralised-identity
(11) https://cointelegraph.com/defi-101/what-are-decentralized-exchanges-and-how-do-dexs-work

COMENTARIOS

  • 1
  • 13.01.2022
  • 03:52:34 hs
Henry Suárez Marquina

Muy interesante artículo, creo que conforme se vaya avanzando con la web3, los abogados deben adquirir competencias técnicas que les permitan conocer, gestionar y brindar soluciones juridicas informáticas, sobre todo en temas como el blockshain, inteligencia artificial, servicios digitales , e-gov, etc.

  • 2
  • 18.01.2022
  • 02:49:33 hs
Miguel Valdez Orriaga

Excelente doctor Abel. su articulo one en guardia al derecho y a las ciencias de la comunicación de cara al auge vertiginoso del ecosistema digital

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