Por Martin Čihák y Ratna Sahay
(Versiónes en English, Português)
Las mujeres están subrepresentadas en todos los niveles del sistema financiero mundial: tanto entre depositantes y prestatarios como en los consejos de administración de los bancos y las entidades reguladoras.
Nuestro nuevo estudio concluye que una mayor inclusión de las mujeres en cuanto usuarias, proveedoras y reguladoras de servicios financieros comportaría beneficios más allá de solucionar la desigualdad de género. Una reducción de la brecha de género fomentaría una mayor estabilidad del sistema bancario e impulsaría el crecimiento económico. Además, contribuiría a mejorar la eficacia de la política monetaria y fiscal.
En 2016, de media, solo el 40% de los depositantes y prestatarios de los bancos eran mujeres, según se desprende de los resultados de una encuesta del FMI publicada este año, donde por primera vez que se divulgaron datos de este tipo. Estos datos agregados ocultan enormes variaciones según la región y el país. Por ejemplo, en Brasil las mujeres representaban el 51% de los prestatarios, mientras que en Pakistán eran solo el 8%.
Cada vez son más los datos que indican que un aumento del acceso a servicios financieros y el uso de los mismos por parte de las mujeres puede comportar beneficios tanto económicos como sociales. En Kenia, por ejemplo, las mujeres comerciantes que abrieron una cuenta bancaria básica invirtieron más en sus negocios. En Nepal, los hogares encabezados por mujeres gastaron más en educación tras abrir una cuenta de ahorro.
Un sistema financiero más inclusivo puede multiplicar la eficacia de las políticas fiscales y monetarias.
Estos efectos positivos ilustran por qué ampliar el acceso a servicios financieros aumenta el crecimiento económico. Igualmente beneficioso resulta el incremento del número de mujeres usuarias de dichos servicios. A su vez, un sistema financiero más inclusivo puede multiplicar la eficacia de las políticas fiscales y monetarias, al ampliar los mercados financieros y la base tributaria.
Cuando las mujeres ocupan puestos de liderazgo dentro de las instituciones financieras
¿Y el sistema financiero en sí? ¿Importa si hay representación femenina en los consejos de administración bancarios y de supervisión?
En un artículo anterior, mostramos que siguen existiendo brechas considerables entre la representación masculina y la femenina en puestos de liderazgo dentro de los bancos y agencias de supervisión bancaria de todo el mundo.
Concluimos que menos del 2% de los directores ejecutivos de instituciones financieras y menos del 20% de los miembros de sus directorios ejecutivos eran mujeres. La proporción de mujeres en directorios de agencias de supervisión bancaria también era reducida y solo alcanzaba un promedio del 17% en 2015.
Como en el caso de los usuarios de servicios financieros, observamos diferencias regionales considerables en cuanto a la presencia de mujeres en puestos de liderazgo en el sector bancario. Los países de África subsahariana presentaban las cuotas más altas de mujeres ejecutivas bancarias, mientras que las más reducidas se registraban en América Latina y el Caribe. Las economías avanzadas se situaban en el medio.
Observamos que la brecha de género en materia de liderazgo sí marca la diferencia en términos de estabilidad financiera. Los bancos con una cuota superior de mujeres en su directorio disponían de mayores reservas de capital, una proporción inferior de préstamos en mora y una mayor resistencia a las tensiones.
También detectamos la misma relación entre estabilidad financiera y la presencia de mujeres en consejos de regulación bancaria.
¿Cómo se explican estas conclusiones? Son cuatro las razones por las cuales un aumento de la cuota de mujeres en directorios bancarios y de agencias de supervisión podría contribuir a la estabilidad financiera:
- Es posible que las mujeres gestionen el riesgo mejor que los hombres;
- El uso de prácticas de contratación discriminatorias podría significar que las pocas mujeres que logran llegar a la cima están mejor cualificadas o tienen más experiencia que sus compañeros masculinos;
- El aumento del número de mujeres en directorios contribuye a la diversidad de pensamiento, que a su vez permite tomar decisiones más acertadas, y
- Las instituciones que atraen a mujeres y las seleccionan para los puestos de mayor responsabilidad puede que, para empezar, estén mejor gestionadas.
A partir de los datos procedentes de nuestro artículo y de la literatura relacionada, concluimos que el observado aumento de la estabilidad muy probablemente se debe a los efectos beneficiosos de incrementar la diversidad de opiniones en los directorios, así como a las prácticas de contratación discriminatorias, que comportan la contratación de mujeres mejor cualificadas o con más experiencia que los hombres.
Nuestras conclusiones son también argumentos en favor de la inclusión financiera de las mujeres para aumentar el crecimiento económico y promover la estabilidad financiera.
Se requieren más estudios y mejores datos para explicar cómo lograr estos beneficios e identificar las condiciones que facilitan el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo en bancos y agencias de supervisión.
Reconocemos los importantes aportes de antiguos coautores: Papa N’Diaye, Adolfo Barajas, Srobona Mitra, Annette Kyobe, Yen Nian Mooi y Seyed Reza Yousefi, así como del equipo de la Encuesta de Acceso a Servicios Financieros del Departamento de Estadística del FMI.
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