Todos sabemos la respuesta, cierto?
Es indistinto de nuestra edad, sexo, profesión, ocupación, si somos atractivos o bellos por naturaleza. Lo cierto es que cada vez que interactuamos por primera vez con alguien seremos juzgados por nuestra apariencia y también juzgaremos al resto por la suya.
!Esto es una realidad!
Esta vez, les quiero proponer hacer algunos ejercicios prácticos. Estos nos ayudarán a comprender que esta situación es más real de lo que muchas veces quisiéramos aceptar.
Por ejemplo, te encuentras en una situación de urgencia y es necesaria la presencia de un médico. De pronto aparece en escena este personaje…
¿Cuál es tu primera impresión? ¿Confiarías de pleno que es un médico? ¿Qué está calificado? ¿Tendrías reparos? Se honesto contigo mismo al responder.
Pero, ¿cuál sería ahora tu impresión, si se hubiera presentado por primera vez de esta manera?
¿Qué cambio? ¿Acaso fue tan dramática la diferencia en su apariencia? ¿Solo bastó que cubriera sus tatuajes, tuviera su bata de médico, un instrumento y listo, nuestra percepción es otra?
¿Y si necesitas al mejor pediatra o dentista de la ciudad? No tienes tiempo, te dan su dirección, sacas la cita, llegas y te encuentras con él…
¿Confiarías en él? ¿Nuevamente tendrías reparos?
Pero, ¿Y si lo hubieras conocido así? ¿Cuál sería tu percepción ahora? ¿Es la misma?
Aunque es claro que estamos ante la misma persona y que se entiende que sus habilidades, experiencia, conocimientos y cualidades profesionales también lo son. También es claro que los tatuajes no le restan ni la bata y corbata le suman a su Curriculum.
Sin embargo, queramos o no, vamos a emitir un juicio u opinión sobre esta persona y podrá ser negativa, positiva o indiferente. Mas aún cuando se sea la primera vez que interactuemos con él y sobre todo si es que estamos evaluando contratar sus servicios.
Estos juicios y evaluaciones los realizamos constantemente, y hasta de manera casi automática. Así nos vamos formando una opinión, que incluso puede ser totalmente equivocada, de la persona, pero que va creando un prejuicio positivo o negativo, de lo que iremos conociendo más adelante.
Entonces, si nuestra primera impresión es positiva, y luego completamos nuestra evaluación con mayor información, que nos permite ir dando mayores “puntos positivos”, eso nos generará una experiencia agradable, y seguramente tengamos ganas de seguir conociendo más, de comprar sus productos, contratarlo, probar sus servicios, o de regresar por mas.
Pero ¿qué pasa si la primera impresión es negativa? Lo más probable es que nuestra forma de evaluar a esta persona ya está “contaminada” o con “ruido” y nos distraerá de su mensaje, que podría ser excelente. Incluso podríamos perder la oportunidad (y ellos también) de comprar sus productos, contratarlos, probar sus servicios o de regresar por más, debido a los prejuicios que generamos a través de esta primera impresión negativa.
Para terminar, quisiera mostrarles algunos casos ficticios a través de imágenes. Estas no pretenden juzgar ningún estilo personal, estilo de vida, clasificar ni etiquetar. Simplemente, tratamos de ejemplificar algunas situaciones que podrían ser reales (un poco exageradas), donde dependiendo de la situación, nuestros juicios nos llevarán a emitir opiniones muchas veces equivocadas.
CASO 1
Ella se graduó con honores en Educación Inicial con especialidad en Niños con Habilidades Especiales.
CASO 2
Acaba de terminar una Maestría en Finanzas y a pesar de su corta edad, tiene experiencia en Evaluación de Proyectos e Inversiones y maneja 3 idiomas.
CASO 3
Un amigo te recomienda un buen abogado. Buena universidad. Especialista en temas Comerciales.
CASO 4
Tu socio lo acaba de contratar, para manejar las finanzas de la nueva empresa en la que acabas de invertir todos tus ahorros.
CASO 5
El es el dueño y quien atiende en el Restaurante de comida “casera” de la esquina de tu casa
CASO 6
Ella es quien atenderá tu solicitud de reclamo de clonación de tarjeta donde estás solicitando un reembolso de USD 15,000
CASO 7
El es el nuevo novio de tu hija. Es un chico muy trabajador, creativo. Ya ganó su primer USD 1mm en sus propios negocios, es todo un visionario.
CASO 8
Es tu nueva asistente. Maneja el inglés a la perfección y es una excelente administradora.
CASO 9
Está postulando a administradora de tu nueva tienda. Ella tratará con clienta, donde tendrá que asesorarlas en sus compras de maquillaje y perfumes de una línea europea de lujo.
Es claro que estos son ejemplos exagerados. Como les decía líneas arriba, constantemente estamos emitiendo juicios casi automáticamente sobre las personas con las que interactuámos en los diferentes ámbitos de nuestra vida cotidiana y aún muchas veces no queramos aceptarlo, cada vez toma más relevancia.
Tomate un minuto para pensar si no evaluaste recientemente al taxista, a la señorita del supermercado, al cajero del banco, quien te sirvió la comida, a quien cuida a tus hijos, al médico que te atiende, quien te limpió el auto, a la persona de servicio al cliente, quien te corta el cabello o a tu sectorista del banco. Esto sucede desde cosas muy triviales, hasta otras con mayor relevancia.
Entonces, si nosotros realizamos estos juicios y muchas veces nos dejamos llevar por lo que solemos llamar ese sexto sentido, química, afinidad, o vibra, porque no lo haría quien nos va a contratar, cerrar un nuevo negocio, ofrecernos una nueva oportunidad, etc.
Entonces, ahora la pregunta sería, ¿La primera impresión de ti mismo, que está mostrando a los demás, es la mejor de ti?
Los dejo con esa tarea y hasta el próximo martes!
COMENTARIOS
En estos momentos ser cautelosos con la imagen que ofrecemos en esa GRAN PRIMERA VEZ es fundamental. Efectivamente, el éxito o fracaso de nuestra gestión muchas veces se deba a la impresión que brindamos en un inicio. No podemos darnos el lujo de fallar en esa “Primera vez”.
Si ya conocemos la relevancia de ello, debemos gestionar coherentemente nuestra marca personal.
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Muy buen artículo.
Efectivamente tenemos que ser conscientes de esos “pequeños” grandes detalles.
Nunca tendras un segunda,oportunidad, de causar , una buena primera impresion.
pienso tambien que la primera impresion es importante porque ello que debemos mejorar en nuestros juicios y tambien en nosostros mismos. muy buen punto .. felicicidades
Es cierto que es importante la primera impresión, en especial en una sociedad que te juzgan por lo que ven, y como te ven te tratan. A mí me ha tocado entrevistar personal, que en un inicio no me han dado una buena impresión, que les he dado la oportunidad de trabajar conmigo (a riesgo de equivocarme) y me han dado resultados muy favorables, porque todo lo brilla no es oro. Lo que sí, los he aconsejado sobre este tema, en dar una mejor impresión, no solo en su forma de vestir sino en la manera de desenvolverse con el público (que juzga). Soy con convencido que la rigidez al final se quiebra.
Creo que la primera impresion es decisiva, pero se debe dar una segunda oportunidad , y saldremos de dudas…
Es muy cierto eso de que “la primera impresión es lo que cuenta”. Puede que más tarde, considerando fríamente sus habilidades, se llegue a la conclusión de haber dado un juicio injusto sobre el personaje analizado, pero así es la vida: ¿no dicen que a la oportunidad la pintan calva? Es que no hay cómo hacerla regresar… ¿No existía acaso escuelas de etiqueta, libros como el “Carreño”, la corrección incesante de parte de los padres o tutores? Estamos viendo los productos de una (des)educación basada en Mayo 68 y otros fenómenos sociales hoy desprestigiados.
La primera impresión es importante, pero hay que saberla mantener. “Como te ven te tratan pero como te expresas te valoran”
Muy buen articulo. Felicitaciones. No olvidemos que no hay segunda oportunidad para impactar o impresionar, ya sea en el trabajo, negocios, relaciones sentimentales, etc.. Tal vez muchas personas se dejen llevar por el viejo paradigma “El habito no hace al monje”, es respetable, pero no lo comparto Yo si creo en la buena imagen cuenta mucho y nos trae grandes resultados (vestido, arreglo personal, actitud, léxico, postura, respeto, trato, etc. etc.)….ademas todo depende del lugar donde nos encontramos (trabajo, estudios, calle, paseos, playa…).
Yo siempre había pensado que el traje no le hace al monje, o el mono asi se vista de seda mono queda, pero al leer este artículo, comprendii que la primera impresión interesa y mucho. felicitaciones
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