Siempre hemos escuchado que la primera impresión es la que cuenta. Ya lo de decía Oscar Wilde: “No hay una segunda oportunidad para una primera buena impresión“.
De hecho, mucho de mi trabajo está enfocado en esas “primeras impresiones”. Pero no sólo deberías enfocarte en la primera, si no en verlo más como un hábito, sabiendo qué siempre tenemos oportunidad de generar un buen impacto.
En las últimas décadas, esta frase tiene más relevancia que nunca, pero con un giro importante: la primera impresión ya no sólo sucede en persona, sino en el mundo digital. Las redes sociales, correos electrónicos y plataformas profesionales son los nuevos espacios donde otros forman una opinión sobre nosotros.
Por eso, hoy quiero hablarles de por qué es clave en este entorno digital poder proyectar también la mejor versión de ti mismo, desde el primer clic.
Sucede antes de conocerte
Antes de que alguien te vea o incluso, se ponga en contacto contigo, probablemente ya haya visitado tu perfil en LinkedIn, Instagram o incluso haya hecho una búsqueda de tu nombre en Google.
Tu foto de perfil, las publicaciones que compartes, tus comentarios y hasta los “likes” que das influyen en cómo eres percibido por los demás.
Tu nueva tarjeta de presentación
Así como antes entregábamos tarjetas físicas, hoy lo primero que alguien suele ver de ti es tu perfil digital. Esto incluye:
- Foto de perfil: Debe ser profesional y alineada con la imagen que deseas proyectar. Sonríe, viste de manera adecuada según tu sector y asegúrate de que la calidad de la imagen sea buena.
- Biografía o descripción: Ya sea en Instagram, LinkedIn o cualquier red social, la breve descripción que hagas de ti es clave. Sé conciso, auténtico y resalta tus fortalezas o áreas de interés o expertise.
- Publicaciones y contenido: Lo que compartes dice mucho de ti. Cuida que tus publicaciones estén alineadas con la imagen que deseas proyectar. Si tu objetivo es ser visto como un líder en tu industria, comparte contenido relevante y profesional.
La coherencia es clave
La frontera entre lo personal y lo profesional se diluye en el mundo digital. Un reclutador o potencial socio o cliente podría visitar tu perfil en redes para saber más de ti. No se trata de ser una persona distinta en cada espacio, pero si en mantener un balance entre lo que compartes en cada plataforma y asegurarte de que refleje los valores que deseas comunicar.
¿Qué pasa con el lenguaje no verbal?
Este toma nuevas formas. No se trata solo de cómo hablas o como mueves tu cuerpo, sino de:
- La calidad de tus publicaciones: Un mensaje claro, sin errores ortográficos y con un tono que genere confianza.
- Cómo interactúas: El tono que usas en los comentarios y mensajes puede dar una impresión de cortesía, seriedad, etc.
- La frecuencia de tus actualizaciones: Mantener un perfil activo, pero no invasivo, es ideal para transmitir una imagen de compromiso y actualización.
¿Por dónde comenzar?
Así como te preparas para una reunión importante, una entrevista de trabajo, una presentación, etc., asegúrate de que tus perfiles digitales reflejen lo mejor de ti. Algunas claves son:
- Actualiza tus perfiles: Incluye logros recientes, habilidades adquiridas y fotos actualizadas que reflejen tu evolución.
- Cuida tu huella digital: Lo que publicas queda en internet. Revisa el contenido antiguo y asegúrate de que esté alineado con la imagen que deseas proyectar actualmente.
- Invierte tiempo en construir tu marca personal: Piensa en tu presencia digital como una extensión de ti. Comparte contenido que demuestre tus conocimientos, valores y fortalezas.
Y tú, ¿ya te googleaste recientemente? Empieza por ahí, revisa tus redes, actualiza tus perfiles, asegurate de tener buenas fotos profesionales y comienza a cuidar más de tu primera “nueva” impresión.
¡Hasta la próxima!
Fiorella
email: fiorella@divinaejecutiva.com
redes: @fgarciapacheco
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