En los últimos meses los escándalos políticos han sido pan de todos los días. ¿Influye en la evolución económica? Partamos de reconocer que la economía peruana se viene desacelerando desde 2011, luego de un período de crecimiento excepcional entre 2002 y 2010 (a excepción de 2009, por los efectos de la primera crisis financiera internacional del siglo XXI). El cambio en el entorno económico externo, de favorable a desfavorable, ha sido una pieza clave en el desenlace mencionado.
A pesar del ciclo de fuerte crecimiento registrado entre 2002 y 2011, los beneficios del crecimiento no llegaron, ni llegan, a todos. El estado no cumple con su función básica: garantizar el acceso a servicios básicos de calidad para todos (la “inclusión”). Pensemos en educación, salud, seguridad, caminos rurales, etc. Naturalmente el ciudadano de a pie se cuestiona de qué sirven las cifras si no se reflejan en sus bolsillos.
¿Cómo podrían llegar? El crecimiento económico, a través de la recaudación tributaria, “financia” el gasto que hace el estado. El crecimiento económico le otorga el dinero al estado para que este gaste y cumpla con su función. Por eso el crecimiento es una condición necesaria (genera los recursos) pero no suficiente (depende de cómo gaste el estado) para que aumente el bienestar. El crecimiento económico es un medio y no un fin en sí mismo.
¿Quiénes toman las decisiones sobre cuánto y cómo gasta el estado? Desde luego, lo que llamamos “la clase política”, es decir, ministros, congresistas, funcionarios públicos, partidos políticos, entre otros. ¿Por qué no toman las decisiones que la ciudadanía considera correctas? ¿Por qué se espera un crecimiento de 0% este 2014, tanto en la inversión pública como en la privada?
La relación entre política y economía tiene una doble causalidad; por un lado, si la economía no va bien, los políticos que dirigen el país aparecen como los primeros culpables por que no tomaron decisiones correctas o si lo hicieron, fueron erradas y generaron confusión e incertidumbre entre los inversionistas y público en general; por otro, si la economía va bien, es natural esperar que vaya “bien” para las grandes mayorías y eso está relacionado con reformas claves en los servicios básicos, como educación y salud. Si las instituciones políticas “no funcionan”, entonces estamos lejos de legislar en torno de reformas claves y el avance económico tiene un límite. Existen dos escenarios para implementar reformas: a través del consenso (democracia) o de manera vertical (autoritarismo). El primer camino es más largo, pero conduce a resultados más sostenibles y es el mecanismo normal de las democracias representativas. El segundo tiende a ocurrir en gobiernos con características autoritarias.
La democracia es el gobierno del pueblo, pero como todos no pueden gobernar, los ciudadanos eligen a algunos de ellos para que los representen, tanto en el poder ejecutivo como en el congreso. Muchas veces ocurre que la “clase política” olvida dos cosas: por un lado, que “representa” a todos, por lo que no puede decidir lo que se le antoje; por otro, cuando cualquier persona paga impuestos, financia los ingresos de los “representantes”. En otras palabras, los congresistas o representantes son los intermediarios entre la población y quienes deciden. Este escenario ideal funciona mejor cuando existen partidos políticos sólidos, de alcance nacional que canalicen las demandas de los ciudadanos, algo inexistente en el caso peruano. El problema es que cuando no funciona, se abre el camino a regímenes autoritarios.
Ahora bien, ¿se cumple el escenario ideal en el Perú? Mi opinión es que no y una prueba de ello son los bajos niveles de aprobación, tanto de congresistas como clase política en general. Los ciudadanos no nos sentimos representados por quienes elegimos. Lo que observamos es que no saben cómo lograr consensos (cada uno ve su propio interés), promesas sin medir las consecuencias y solo con un afán electoral, escándalos de corrupción que hacen que los congresistas pasen el tiempo fiscalizándose unos a otros sin discutir leyes a favor del desarrollo del país, etc. Y eso tiene un impacto sobre la economía.
Por un lado, no avanzan las reformas pues ni siquiera se discuten y es sabido que un país que no invierte bien en su propio capital humano, no tiene posibilidades de sostener el crecimiento futuro; por otro, la economía “crece menos que lo que podría crecer”, pues la incertidumbre y la sensación de caos generan que se posterguen inversiones nacionales y extranjeras. En el mediano plazo es muy complejo tener una “buena economía” con una “mala política”, pues no es sostenible la primera sin la segunda. Súmele, estimado lector, que 2015 será un año prelectoral y pronto aparecerán las promesas infinitas y aquellas personas que dicen “tener la solución”. Los peruanos ya conocemos ese escenario. Una decisión de inversión requiere de un contexto estable y sostenible. La política no está divorciada de la economía, aunque parezca que sí.
COMENTARIOS
Cual hamster desorientado el país da y da vueltas sobre el mismo círculo vicioso de la inoperancia estatal, indiferencia empresarial y la obnubilación de la población que se acostumbra a entretenerse con el escándalo del día.
Todo país que ha logrado un mínimo de bienestar sostenible para su pueblo ha partido de reformas radicales en la educación para garantizar personas con criterio, valores y aspiraciones que den soporte al sector productivo con capacidades y destrezas debidamente desarrolladas en su formación. Lamentablemente, este cambio requiere planes e inversiones de largo plazo y ningún gobierno advenedizo está en capacidad de vislumbrar esta necesidad ni mucho menos “arriesgar” su nivel de aprobación tomando las medidas pertinentes.
Y en esta realidad TODOS somos responsables pues nos afecta la miopía del inmediatismo e individualismo del “sálvese quien pueda”.
A no perder la esperanza. Estoy seguro que en algún momento tomaremos conciencia de nuestro verdadero rol en este atribulado país. Buen fin de semana
Hola Carlos, el tema ya lo expusiste en varias ocasiones, hay malos políticos tomando malas decisiones que afectan a la economía. Porque la población que los eligió carece de la educación necesaria para distinguir entre los buenos políticos y las manzanas podridas. Saludos.
Estimado Raúl: Muchas gracias por tu comentario; la llave está en mejorar la clase política; la pregunta es cómo.
Hola Carlos, mira, los dos brazos que sacarán al Perú de la miseria y el salvajismo en el que vive, son la educación y el cambio institucional. No hay otro camino. El problema es que para lo segundo es “conditio sine qua non” que haya un sistema de partidos que lamentablemente las leyes actuales no permiten. Otro asunto más operativo es la proliferación de candidatos “independientes” que en la práctica es una caja de sorpresas que puede contener candidatos decentes y otros que directamente se les puede calificar de psicópatas. Se debería controlar esto de alguna manera. En cuanto al cambio institucional en concreto, este va precedido de lo que denominas “buena política”. La secuencia, a lo profesor de primero de macroeconomía, sería la siguiente:
Buena política > cambio institucional > cambio económico > desarrollo social
Otro aspecto ya más complejo y que no sé donde colocarlo si al principio, al medio o al final de todo, es la cultura del abuso que tenemos en el Perú y que obviamente es un esquema heredado de la colonia española. El peruano siempre busca alguien del cual abusar o más criollamente, “alguien a quien cholear”. Esta actitud que ya persiste al menos 5 siglos, ha hecho que el Perú tenga un nivel de vida casi de país subsahariano. Pero seamos optimistas, todo puede cambiar. Saludos.
Federico
Economista por la Universidad de Barcelona
Investigador de Mercados por la Universidad de Barcelona
Maestro en Minería de Datos por la Universidad de Barcelona
Premio nacional de carrera por el Ministerio de Educación de España
Estimado federico: Coincido: educación e instituciones.
Buenos dias, parece que hubiera una desconexión entre las personas mejor preparadas y honestas y la politica, que ingresan a gobernar aquellos que ven al estado como la solución a sus necesidades economicas. Mucha mediocridad y mayor improvisación. Aqui debemos elegir a los congresistas como en USA, hoy, nadie nos representa y someterlos a elecciones a mitad de mandato, para que al menos se deban a sus electores y no a sus intereses personales. Y en paralelo aunque suene ya recurrente, reformar la educación. Ayer un taxista me comento que “se necesita una persona con autoridad que levante a todos los corruptos y criminales y que al final de su gobierno este dispuesto a ir preso…”, asi esta la calle, el 2016 podriamos elegir a un Chavez, un Evo, un Correa; entre los asesinatos, los robos, la corrupción, la desaceleración y el trafico, cualquier cosa puede pasar. Sino recuerde como empezo la primavera Arabe.
Estimado Víctor: Coincido: los congresistas que son nuestros representantes, no nos representan.
Interezante tema, buena pregunta, hay que ir al fondo del tema, y preguntarse quienes somos y para que estamos en este mundo, el ser humano por su instinto de supervivencia empezó a autodestruirse con peleas y guerras, vinieron las grandes religiones, ocasionaron guerras más grandes, luego vino la política, capitalismo comunismo y otros, todo lo mismo, más explotación, más guerra, ahora estamos bajo el imperio del dinero y poder y estamos peor, el internet creara una gran revolución y estaremos entrando a una nueva era, los sistemas políticos económicos ya han fracasado, por alli no va, muy pocos analizan la base de los problemas.
Estimado José: De acuerdo, pero entonces ¿qué viene?
Estimado Carlos:
Creo que ha llegado la hora de actuar; porqué las universidades u otra organización civil del país no toman la iniciativa y presentan un proyecto de ley, que seguro va tener el respaldo de la población, para la renovación por tercios de los congresistas?.
Saludos,
Estimado Luis: Buena idea; la renovación por tercios es fundamental.
No soy economista , estuve de visita en Peru hace poco, como peruano viviendo fuera mas de 22 años creo me asiste el derecho de opinar sobre este tema y lo hago de una forma muy sencilla; como es posible construir edificios de apartamentos de 8 , 10 pisos donde antes habia un solar sin preparar las redes de agua y desague para el impacto que supondra el aumento de personas en ese inmueble? como es posible “inundar” de vehiculos nuevos las calles de la ciudad sin preveer que lo que se origina es un caos por la no adecuacion de las pistas para esta nueva realidad? Señores, la clase politica no ve mas alla de sus narizes pues no esta capacitada para desempeñar minimamente bien su trabajo: buscar el bienestar comun.
Estimado Porfirio: Por supuesto que puedes opinar; eres bienvenido al blog. La única respuesta que tengo es una clase política que no está a la altura de las circunstancias.
La respuesta es obvia. Los escandalos politicos y las pobres decisiones economicas estan dinamitando el crecimiento del Pais.
Se perdio por completo la confianza del inversionista y a decir verdad el panorama mundial tampoco ayuda, el oro, la plata y el cobre disminuyen su precio cada dia y parece que esa sera la tendencia en los proximos dos años, dilatando asi cualquier nueva inversion . El petroleo bajo su precio a la mitad que cuando se aprobo la reestructuracion de la refineria de Talara, de manera que habria que analizar nuevamente si se vale la pena esa inversion. Y los proyectos del gaseoducto y la linea 2 del metro deberian pasar por una auditoria internacional urgente antes de empezar cualquier obra porque es evidente que estan sobrevalorados multiples veces y con postores unicos.
Mucho cuidado que nos sigan metiendo la mano al bolsillo estos politicos corruptos el ultimo año de gobierno.
Y por favor, la proxima ves pensemos mil veces antes de votar.
Estimado Economista: Me sumo al pedido.
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