La semana pasada me refería al problema de Tía María como uno relacionado con la incapacidad del Estado en satisfacer las necesidades básicas de la población en situación de exclusión, esto es, servicios de educación y salud, lucha contra la pobreza y la desigualdad, etc. Aquellos están en desventaja en el momento de ir al mercado en comparación con quienes tuvimos una buena educación, adecuada salud y acceso a las oportunidades del mercado. Los primeros no pueden competir. De ahí que la igualdad de oportunidades sea clave para comenzar a solucionar el problema.
Esta vez quiero ir a un tema microeconómico. Cualquier estudiante de economía sabe lo que es una externalidad, pero repasemos su significado. Una externalidad aparece cuando una persona (natural o jurídica) realiza una actividad que hace un daño a un tercero, quien no es compensado por el daño. Como el impacto sobre el tercero es adverso, se denomina externalidad negativa. Pensemos en el ruido y el motor defectuoso de un vehículo. A través del tubo de escape arroja un humo que es respirado por terceros, que nada tienen que ver entre el carro y su dueño. Nadie los compensa por el problema generado por el aire que tienen que respirar y si no existe una normativa adecuada seguirá existiendo ruido y contaminación a través de los gases producidos por los vehículos. Otro ejemplo: una mina opera en cierto lugar y los desechos tóxicos, producto de su proceso productivo, son arrojados a un río y contaminan el agua que algunos kilómetros más allá, sirven a un grupo de agricultores para regar sus sembríos. En este caso, los agricultores reciben el daño sin que ellos participen de la producción de la mina.
En los dos casos mencionados, se trata de externalidades negativas a la producción, pero también existen al consumo, como por ejemplo, el daño que le produce a un tercero el hecho que una persona fume y el tercero se vea obligado a aspirar un humo que atenta contra su salud. Lo mismo es válido cuando un perro ladra durante la noche o cuando suena la alarma de un automóvil y se afecta a terceros en el sentido que afectan la paz y tranquilidad.
En el caso de los ejemplos todas son negativas, pero también las hay positivas, como los efectos positivos sobre toda la población de una campaña de vacunación masiva. De esta manera, la externalidad es una falla del mercado, pues el problema de fondo es que quien toma una decisión no considera los efectos externos de su comportamiento.
Ante ello, el Estado interviene para “corregir” al mercado e intenta influir sobre su comportamiento para proteger los intereses del afectado. Es la llamada “solución pública”. [1] En el caso de la mina, los gobiernos pueden poner un impuesto por tonelada producida de modo de reducir la producción o regular. Así, mediante la regulación se puede hacer que ciertos comportamientos sean obligatorios o prohibitivos. Desde luego que las opciones se piensan en función de los afectados, pero el asunto no es tan simple como parece, pues existen distintas opciones y cada una de ellas tendrá costos y beneficios. Un estudio de impacto ambiental creíble por parte de los afectados es un elemento que se orienta en el camino correcto, pues la mina tiene que “internalizar la externalidad”. Una alternativa no excluyente son los impuestos, siempre y cuando una parte importante de los mismos revierta sobre la población afectada.
Un elemento crucial en la solución de una externalidad es la credibilidad de los actores involucrados, en particular del gobierno. Si nadie cree en el otro, no hay solución posible, pues resulta imposible su implementación. No debemos olvidar que la confianza y el orden son los pilares de una sociedad.
[1] También existe la “solución privada” que consiste en que las partes se pongan de acuerdo en la solución al problema, pero esa opción no será materia de este post.
COMENTARIOS
Hola Carlos, excelente post. Las leyes son importantes cuando se trata de regular externalidades, pero más importantes deben ser los órganos de control. El caso emblemático es el de las mineras informales y la enorme depredación y contaminación en la selva sin consecuencias legales para los infractores. Esto resta confianza en el sistema y refuerza el comportamiento oportunista. Saludos.
Muchas gracias Raúl por tu comentario.
Estimado Carlos.
Excelente post. Comparto contigo, que las palabras credibilidad y confianza son claves para resolver conflictos entre las partes (Minera Vs. Comunidades). Pero, no solo el impacto negativo de la externalidad esta en la -mesa de dialogo -si la hay-. Se agrega también la desatención del Estado en promover ambientes de igualdad de oportunidades que mencionas. Y en esto el Estado actúa como los bomberos reactivos. Ofrece la ejecución y entrega de presupuestos para proyectos públicos en saneamiento, educación y salud cuando ya empezó el conflicto y cuando la confianza se ha hecho trizas. Algo debemos aprender a esto, la lección es anticipación y acción publica efectiva antes del conflicto.
Estimado Máximo: Coincido contigo, muchas gracias por el comentario.
Mis saludos profesor C. Parodi; debo expresar primero; desde que apareció esta Importante Diario de “Gestión”, se convirtió en mi favorito; por constituirse en diario que va con la realidad la veracidad que permite cultivar la Confianza en leerlo, por sus grandes y diversos temas que publica y nos permite culturizarnos más y en forma actualizada; en lo que corresponde a mi caso, va con los temas relacionados con la Economía, las Finanzas, la Tecnología y los temas del Riesgo Empresarial y otros de actualidad empresarial; en los casos de los Blogs que se constituyen en libros abiertos y reales y constructivos comentarios que enseñan y atraen para mantenernos informados y actualizarnos y no perder el objetivo u horizonte de seguir avanzando y caer en el Derrotismo y contaminarnos con la decepcionante actuación de nuestros gobernantes de turno y también de los que ya se fueron que cayeron en abismo de la Corrupción conjuntamente con sus parlamentarios o congresistas de turno, parecidos a las épocas romanas de Calígula.
Pue do atreverme a decir que en nuestro país quedan aún mucha gente buena; inteligente; sabia y sobretodo honrada y desprendida como el caso de mi profesor, amucho orgullo Carlos Parodi y los demás autores de los diferentes Blogs que se toman el tiempo para trasmitirnos su sabiduría y calmarnos el dolor de la Decepción de este Gobierno de turno que nos ha traído a la Crisis Moral del País contaminando a la mayoría de peruanos; como dijeron anteriormente los comentaristas que me antecedieron SE HA PERDIDO LA CONFIANZA, LA CREDIBILIDAD EN LOS GOBERNANTES; empezando por el señor O.Humala y su tienda política corrumpida; que nos han traido LOS VALORES AL SUELO! Para no margarnos y estar en el peligro del Negativismo, lo que sucedió en Cajamarca “Conga” – en Arequipa “Tía María”; lo que viene sucediendo en las empresas Azucareras; Grupo Oviedo y Grupo Gloria; etc..etc..Lo recién de Belaunde Lossio (Ojalá y no aparezca muerto, para callarlo); Lo de la Centralita; Lo del Municipio de Chiclayo, con el famoso “Beto Torres”; lo último la Corrupción del Gerente del Bco de la Nación y Juntos. Lo de Oropesa y el caso del Narcoindultos de Alan García; y el famoso alcohólico y fumón “Toledo con Ecoteva”; Entonce en quien creer de aquí para adelante a Elegir en las próximas Elecciones del 2016; nos quedará CONFIANZA….de que nazca un nuevo Líder? Ahí lo dejamos.
Estimado Alejandro: Muchas gracias por tus comentarios y claro quer tienes razón: el problema es de valores.
Buenos dias, las clases alta y media, tampoco reciben los beneficios del estado: no se curan en los hospitales del estado, recurren a seguridad privada o no tienen seguridad, educan a sus hijos en colegios y universidades privadas. Un estado manejado por la ineficiencia y el aprovechamiento, no para beneficio del contribuyente. Y son en su mayoria, los mejores abogados, contratados por los principales estudios, que se ponen de parte de mineras y corporaciones en vez de pensar primero en el pais. De alli sale la legislación abusiva y ambigua. Un pais dirigido por personas que buscan la riqueza personal, no el bien común.
Estimado Víctor: El problema, aunque suene repetitivo, es la ausencia de una clase dirigente capaz, que realmente piense en el futuro de todos.
Carlos, en el caso de Tía María también hay externalidades positivas, mayores ingresos, empleo, canon, regalías, impuestos, expectiva a favor de la inversión. El problema va por la ideología, que no cree en la inversión extranjera, simplemente los dirigentes no quieren diálogo, lo mismo fue en Bagua, Conga, Cañaris, Santa Ana. Las minas que trabajan en el Perú la mayor parte evita las externalidades negativas y en muchos casos las han eliminado. Es más, creo que el asunto adicional mente también va por el lado de las instituciones, dentro de ello está los partidos políticos. La gente involucrada, no cree en sus instituciones, estas existen pero no cumplen muchas con su rol en la sociedad, aquí si estoy de acuerdo contigo. Adicionalmente existen ONG(s) que financian estas posturas a través de agrupaciones políticas radicales, con intereses que no conozco, pero que causan daño al país.
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