La economía peruana tiene indicadores macroeconómicos saludables. Veamos. Se espera para 2019 un crecimiento económico en torno de 4%, existe estabilidad monetaria, tendencia a la declinación del déficit fiscal, alto nivel de reservas internacionales, baja deuda pública, etc. No es poca cosa si se contrasta contra la historia económica del país. Los equilibrios macroeconómicos parecen ser una marca registrada del Perú.
Sin embargo, creo que para todos está claro que esas buenas cifras macro no se reflejan en el bienestar de todos los ciudadanos. La inseguridad ciudadana va en aumento, la educación y salud pública no mejoran, faltan empleos adecuados, etc. El nexo entre lo macro y el día a día de los ciudadanos es casi inexistente. A pesar de ello, lo que no puede ocurrir es que posturas populistas terminen con las cifras macro, pues ellas son como los cimientos de una casa. Lo que se necesita es construir la casa que equivaldría en el ejemplo al bienestar. Si se deterioran los cimientos será imposible construir sobre ellos. Por lo tanto, repasemos de qué depende que los cimientos sean aún más sólidos este 2019.
El entorno económico externo, tan importante para una economía pequeña y abierta como la peruana, será determinante. En primer lugar, la Reserva Federal (FED) anunció que este año no subirá sus tasas de interés. Hasta diciembre de 2018 se esperaban dos subidas para este año. Ahora no habrá ninguna y parece que solo una en 2020. Este cambio en el entorno externo es clave pues un hecho estilizado de la economía peruana es que cada vez que esa tasa sube, los dólares salen del país hacia los Estados Unidos atraídos por la mayor tasa y como consecuencia, la menor cantidad de dólares presiona al tipo de cambio hacia el alza. Ahora las presiones cambiarias, al menos por ese factor, quedarían descartadas.
En segundo lugar, se espera un acuerdo entre Estados Unidos y China que ponga fin a la guerra comercial. Las tensiones comerciales solo aumentaron la incertidumbre y ello llevó a que se ajuste el crecimiento económico mundial de 2019 de 3.7% a 3.3%. Ambas economías representan más del 35% del PBI mundial, por lo que su comportamiento casi determina la evolución del resto del mundo. Y ambas se están desacelerando. Justamente por esa razón, la FED decidió postergar su aumento de tasas de interés. Todavía no sabemos el desenlace de este problema.
En tercer lugar, el inicio del BREXIT. La primera ministra de Reino Unido, Theresa May ha solicitado una postergación hasta el 22 de mayo, de modo de buscar el apoyo de su parlamento hacia un “BREXIT blando”, es decir, una salida gradual y no brusca de la Unión Europea. De lo contrario, la salida será brusca y ocurrirá a partir del 12 de abril. Aún no sabemos qué ocurrirá.
En cuarto lugar está el frente interno. El gobierno debe mantener su agenda anti corrupción pero debe agregarle algunas reformas que se relacionen con la vida del ciudadano de a pie. Aquí entran los temas relacionados con la calidad de vida. Además, la solución del problema de Las Bambas marcará una señal clara, en un sentido o en otro, respecto del liderazgo y capacidad del actual gabinete ministerial. Ojalá que Las Bambas no se convierta en el Conga de Humala.
Sin duda alguna estos factores determinarán 2019 y 2020. De hecho existen más factores, pero hasta ahora estos parecen los más relevantes.
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