Esta no es la primera crisis que atraviesa la industria turística ni será la última, pero sí se trata de una muy particular. A diferencia del atentado contra las Torres gemelas del 11 de setiembre de 2001, la demanda en el mundo entero está confinada y preocupada por su salud y seguridad, mientras que la oferta no puede operar debido al cierre de los aeropuertos y las fronteras. Otro ejemplo es el caso de la crisis económica mundial de 2008, cuando Airbnb empezó a dar sus primeros pasos para seguir creciendo durante los siguientes 13 años y convertirse en la gran amenaza que es hoy para la industria hotelera. De estos casos desprendemos que si no hay conectividad (accesibilidad), si no se ofrece seguridad ni salubridad (salud e higiene), tampoco podrá haber turismo.
Estudios
La consultora Dcode Economic & Financial Consulting, en un reciente estudio, ha descifrado la economía del Covid-19 e identificado posibles industrias ganadoras y perdedoras en el corto plazo a causa de esta pandemia.
Los resultados del estudio muestran que la industria del turismo y el ocio, así como la aviación comercial, son las que mayores pérdidas tendrán durante este año. Por su parte, las que tendrán mayores ganancias serán aquellas que provean insumos y servicios para el cuidado de la salud de la población así como la alimentación saludable. También se verán favorecidos los servicios de telecomunicaciones y el desarrollo del comercio electrónico.
La consultora Deloitte Consulting S.L.U. realizó una línea de tiempo donde proyecta que en el mes de junio se reactivarían los viajes aéreos de primera necesidad; en el mes de agosto, el turismo interno; y recién en el mes de diciembre el turismo receptivo. Con ello, queda en evidencia que este año no tendrá temporada alta entre los meses de junio y agosto, por lo que se generarán grandes pérdidas para el sector. Sobre este último punto, el Consejo mundial de viajes y turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) ha señalado que la pérdida del PBI de viajes y turismo para la economía mundial será de USD 2,1 billones (mil millones) en el 2020.
En la crisis del 2001, los turistas, principalmente en el hemisferio norte (donde se genera cerca del 80% del tráfico aéreo por concentrar una población mucho mayor) dejaron de viajar por temor a los atentados terroristas. A partir de ese año se implementaron más medidas de seguridad en los aeropuertos, estaciones de tren y lugares de embarque de pasajeros en general como puertos o estaciones de autobuses. Recordemos que la reactivación de la industria turística comenzó con la práctica del turismo interno o doméstico, y que las familias priorizaron destinos turísticos cercanos utilizando su propia movilidad para evitar subir a un avión.
Empleos e informalidad en la industria turística
El Consejo mundial de viajes y turismo (WTTC) ha señalado que en el sector están en riesgo 75 millones de empleos a nivel mundial. Por su lado, la Organización Internacional de Trabajo (OIT) indica que el turismo aporta 1 de cada 10 puestos de trabajo en el mundo. En el Perú, el sector turismo emplea formalmente alrededor de 1 millón 400 mil personas. Al respecto ya está observando que grandes, medianas y pequeñas empresas vienen dando licencias voluntarias sin goce de haber a sus trabajadores, vacaciones adelantadas y suspensiones de los contratos laborales, además de los despidos.
No obstante, en la industria turística existe mucha Informalidad. Según la OIT, en América Latina 140 millones de personas trabajan en la informalidad en todos los sectores económicos, lo que representa a más de la mitad de la fuerza laboral. Además, la misma fuente señala que en promedio el 65% de las empresas son informales. Nuestro turismo no es ajeno a esas cifras ya que, en Cusco, también según la OIT, el 37% de los 1700 operadores de turismo es informal. Asimismo, nuestro principal destino nacional tiene a cerca del 50% de guías de turismo operando en la informalidad.
Estas empresas informales no podrán recibir el apoyo del Estado y sus trabajadores tampoco podrán acogerse a los beneficios que se vienen brindando para no romper la cadena de pagos durante esta paralización de la actividad económica, en el mejor de los casos al bono de S/ 380. Por esta razón, la industria turística debe verse con una óptica particular.
¿Qué agentes pueden salvar al turismo?
- Por el lado del Estado:
Cada día el Estado viene lanzando iniciativas de apoyo económico para beneficio de las empresas y trabajadores. Por ejemplo, creó el Fondo de Apoyo Empresarial a las Micro y Pequeñas Empresas (FAE-MYPE) con la finalidad promover el financiamiento a través de créditos de capital de trabajo, así como la reestructuración y refinanciamiento de deudas otorgadas a las MYPE. Esta medida solucionará las obligaciones a corto plazo y alcanzará a las MYPE formales y bancarizadas.
En cuanto a los trabajadores, los dependientes formales podrán retirar hasta S/ 2400 de su CTS y aquellos que no hayan estado en planilla en los últimos 6 meses podrán retirar hasta S/ 2000 de su AFP, mientras que las personas que califiquen podrán recibir el bono de S/ 380 en los meses de marzo y abril.
Asimismo, el Estado también ha lanzado iniciativas como el programa Reactiva Perú, que otorga financiamiento para planillas y capital de trabajo con garantía del Gobierno Nacional. Este otorga créditos a 36 meses, con 12 de gracia y una garantía del Estado de entre el 80 y el 98 % según el monto.
- Por el lado de la Banca:
Para aliviar en parte las obligaciones de las empresas, la banca ha anunciado el refinanciamiento de obligaciones, congelamiento de intereses, préstamos de capital de trabajo con periodos de gracia, y oferta de instrumentos financieros como el factoring, para proveer de liquidez a las empresas que lo soliciten.
- Por el lado de la empresa privada:
Airbnb destinará USD 250 millones para indemnizar a los anfitriones que tuvieron anulaciones por el Covid-19 entre el 14 de marzo y el 31 de mayo. En concreto, les pagarán el 25% del monto que hubieran recibido por todas las reservas que tenían para ayudar a cubrir los costos fijos. Como acción de responsabilidad social, Airbnb está solicitando a varios de sus anfitriones -aquellos que tienen departamentos cercanos a centros hospitalarios- que pongan a disposición sus propiedades para hospedar a profesionales de la salud, ofreciéndoles en compensación un abono de USD 50 por cada estancia.
Asimismo, como la compañía también se ha preocupado por los huéspedes (clientes), aquellos viajeros que tenían una reservación confirmada antes del 14 de marzo y su viaje se realizaría antes del 31 de mayo, podrán cancelar la reserva y obtener el reembolso completo o un crédito de viaje.
Sin embargo, todas estas medidas suman pero no resultan suficientes para el sector. Los gremios así lo han manifestado y la misma Cámara Nacional de Turismo (Canatur) ha señalado que, en el mejor de los casos, se alcanzará un tercio de los ingresos estimados, tanto en turismo receptivo como en turismo interno.
Hemos visto la ayuda que pueden ofrecer agentes como el Estado, la Banca y la empresa privada. En la segunda parte de este artículo, abordaremos las acciones que las propias empresas del sector turismo pueden tomar para resurgir de esta grave crisis para la industria.
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