El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) está en campaña para eliminar el régimen tributario especial para los libros. Sus argumentos están desenfocados. Afirman que estos tienen precios internos más elevados que los internacionales; pero con la aplicación del IGV probablemente serían aún más altos. Para suerte de todos, la Comisión de Cultura del Congreso acaba de aprobar por mayoría que se mantenga la exoneración del IGV. Hay que esperar que decide el pleno. También quiere que suban los impuestos prediales afectando a los sectores medios y populares urbanos. En el MEF se olvidan dos principios fundamentales de cualquier política tributaria: equidad y progresividad, no sólo facilidad de cobranza.
Sería útil que el MEF revise el último reporte de Cuentas Nacionales del INEI (2019) donde se puede determinar fácilmente cuales son las actividades económicas que tienen los mayores márgenes de ganancia de la economía. En 2017 el record lo tuvo electricidad, gas y agua con el 96.6% de sus costos y gastos; minería e hidrocarburos con 90.4%; servicios financieros, seguros y pensiones; pesca y acuicultura y otros servicios. Es allí donde debe enfocarse. Por otra parte, no estaría mal que revisara la información de SUNAT para determinar dónde están los mayores niveles de devoluciones de impuestos. En 2018 de los S/. 15,237 millones devueltos, S/. 4,241 millones correspondieron a minería y petróleo, S/. 3,779 millones a comercio y S/. 1,402 millones a empresas procesadoras de recursos primarios. Solo entre estos tres sectores totalizan el 62% de las devoluciones de impuestos.
También sería relevante analizar el último reporte de recaudación tributaria para nuestra región de la OCDE (2019) con información hasta 2017 donde no solo se presenta la ridícula presión tributaria peruana del 15.3% del PBI respecto del 22.8% de América Latina y el Caribe, sino dos estudios especiales sobre impuestos ambientales y cobros a la minería e hidrocarburos. La brecha de impuestos es ahora de US$ 15,750 millones respecto del promedio regional. Aquí se recauda 0.5% del PBI como impuestos ambientales, mientras que en Bolivia es 1.3% del PBI y en Chile casi 1.2% del PBI. Por otra parte, los impuestos a la minería (a la renta, regalías y derechos) en Perú fueron en 2017 solo el 0.62% del PBI mientras que en Chile 0.95%. Asimismo, en Perú fueron equivalentes al 7.1% del PBI minero, mientras que en Chile fueron 9.8%, Colombia 13.5%, Bolivia 10.2% y México 12.6%. La minería paga aquí menos impuestos que en nuestra región.
Antes de irse por las ramas el MEF debe centrarse en lo importante. Hay que modificar el sistema de regalías mineras y multiplicarla por tres para llegar a los estándares chilenos. Crear nuevos tramos superiores del impuesto a la renta. Eliminar devoluciones que sólo existen en el Perú. Aplicar impuestos ambientales en serio. Elevar los selectivos al consumo que sean necesarios (por ejemplo, a automóviles de lujo). Crear un impuesto sensato a las ganancias de capital en la Bolsa de Valores; modificar el sistema contable-tributario de deducciones para evitar aberraciones como los subsidios tributarios a empresas, eliminar la deducibilidad de operaciones con paraísos fiscales y mejorar el sistema de control de precios de transferencia. Hay que adecuar el anterior modelo de impuesto a las herencias de EE.UU. al Perú para promover la meritocracia, entre otras medidas. Antes de modificar impuestos prediales, que se deben analizar con cuidado, hay mucho por corregir.
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