A menos de dos semanas de la reunión de la APEC en Lima resulta interesante revisar un estudio reciente sobre la relación comercial de los miembros de la Alianza del Pacífico (AP) con la China. No todo es maravilloso como nos pintan las fuentes oficiales, los gremios empresariales y los medios de comunicación masivos. Hay problemas y desafíos en estas relaciones, especialmente con el gigante asiático.
Los autores del estudio son Carlos Morales, Angela Pinto y Rubén Vergara de la Universidad de La Salle en Colombia. Esta investigación, redactada en tono constructivo, acaba de ser publicada en la revista Problemas Del Desarrollo del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM en México, Vol. 55(219) de octubre-diciembre de 2024.
Cabe recordar que la AP está conformada por Chile, Colombia, México y el Perú. Asimismo, que cualquier relación comercial debe partir de profundizar, desarrollar encadenamientos productivos y diversificar las capacidades productivas de nuestras economías. Por otra parte, que más comercio internacional es positivo, pero no necesariamente genera más crecimiento económico y tampoco garantiza desarrollo económico sostenible para todos.
Resumen
Para los autores, el protagonismo de China implica importantes desafíos para los países de la AP que buscan fortalecer su integración. Esto se debe a las asimetrías en el intercambio comercial y reprimarización en el marco del Consenso de los commodities que se difunde en nuestras economías.
Desde una perspectiva crítica se examina el posicionamiento comercial entre la AP y China entre los años 2001 y 2021, contrastando el plan quinquenal chino y su estrategia de circulación dual, con un análisis de concentración y composición del comercio.
Asimismo, este periodo permite estudiar el comercio desde la entrada de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Los hallazgos muestran un deterioro en la posición de los países de la AP, pero también las oportunidades de nivelación mediante la integración en cadenas de valor de bienes intermedios.
Hipótesis
Los autores plantean como hipótesis principal que, con el aumento de la influencia de China en los países de la AP desde el 2001, se generaron oportunidades de mutuo beneficio: por una parte, los países de la AP aumentaron sus exportaciones de commodities y adquirieron manufacturas a bajo costo, mientras que China se hizo de materias primas estratégicas y logró consolidar nuevos mercados para sus exportaciones.
Sin embargo, la dinámica económica indica que a nivel regional las relaciones con este país presentan al menos las siguientes características: dinamismo en las relaciones, asimetrías en términos de intercambio, y reprimarización. Asimismo, también existe un beneficio explicado por el incremento de los precios de las materias primas, y con ello, un aumento en el nivel de renta y bienestar de la población.
No obstante, lo anterior, existen preocupaciones frente al liderazgo chino en la extracción de materias primas estratégicas e inversiones que generan trampas de deuda, y que estarían soportadas en una disrupción de los sistemas multilaterales tradicionales.
Estructura
Para responder a la hipótesis y las preguntas de investigación los autores estructuraron el documento en seis partes: primero, se presenta el plan quinquenal del gobierno chino (2021-2025) a través de la Estrategia de Circulación Dual (ECD). Segundo, se realiza una revisión de la literatura sobre la dinámica comercial a partir de los índices de Herfindahl-Hirschman (IHH) e Índice Grubel-Lloyd (IGLL).
Tercero, se presenta la metodología utilizada donde se tomaron los datos de exportaciones e importaciones hacia China de los países de la AP entre 2001-2021. Cuarto, se exponen los resultados de la metodología utilizada. Quinto, se presenta la discusión de dichos resultados. Y finalmente, se exponen las conclusiones.
Política exterior
Con el ingreso de China a la OMC en 2001, las relaciones entre el país asiático y América Latina (AL) se dinamizaron ante el aumento del número de países que entablan lazos o vínculos de cooperación. Esta relación amplió la agenda de política exterior en la modalidad Sur-Sur y las discusiones sobre regionalismo al vincular a AL en la Iniciativa de la Franja y Ruta.
Posteriormente, anotan los autores, luego de la suscripción a esquemas multilaterales de cooperación, por parte del gobierno chino, como el Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC), o el Foro China-CELAC, se generaron desde la década de los noventa la firma de acuerdos entre China y AL, con México (1994), Chile (2006), Perú (2012), Brasil (1982, 1980, 1998), Venezuela (1999) y Argentina (2019), que produjeron mayor participación de China en las balanzas comerciales de esos países.
Sin embargo, al observar la disminución de la tendencia de crecimiento económico chino, a los efectos de la Covid-19 y a la guerra comercial que mantiene con EE.UU, se planteó al interior del Partido Comunista Chino la necesidad de redefinir el orden de prioridades, sin dejar de lado sus objetivos estratégicos. Todo esto incorporando el modelo de ECD que focaliza en los mercados interno y externo de manera recíproca.
ECD
El modelo económico de ECD redefine los objetivos de la agenda de política exterior estableciendo dos ejes prioritarios: i) el fomento industrial vía circulación internacional y ii) el crecimiento interno o del sector rural a partir de la producción de bienes intermedios desde la circulación doméstica. En ambos casos, lo que se espera es afrontar los efectos de los choques externos ante situaciones de crisis, en aras de su modernización en las próximas décadas.
La circulación internacional se apoya en el fortalecimiento del multilateralismo económico reforzando el sistema industrial chino. Esto promueve la búsqueda de recursos vía Inversión Extranjera Directa, principalmente de insumos, pasando de una economía que produce bienes y servicios a una que fortalece las industrias con alto valor agregado y la capacidad de ingreso. Por su parte, la circulación doméstica busca el fortalecimiento del mercado interno disminuyendo las disparidades regionales en la producción de bienes y servicios, en paralelo con el aumento de la calidad de vida de su población.
Según los autores en cuanto a las relaciones China y AL, la ECD plantea un aumento en el uso y disposición de insumos estratégicos basados en actividades extractivas como ejes del intercambio comercial. Asimismo, el reforzamiento de la estrategia china para AL plantea la diversificación de la oferta energética y la importancia de los commodities como instrumentos de política comercial.
IGLL e IHH
EL IGLL es un índice útil para comparar la estructura del comercio a lo largo de distintos años y detectar diferencias entre países en el intercambio. Aplicar este índice al comercio entre China y AL facilita determinar la naturaleza simétrica o asimétrica de la relación comercial.
Por su parte, el IHH inicialmente concebido para medir el tamaño relativo de empresas en una industria y su competencia, también se emplea para evaluar la concentración en mercados y la diversificación de exportaciones entre países.
Resultados
Durante el periodo considerado, la balanza comercial integrada de los países de la AP con respecto a China refleja un continuo deterioro, aunque Chile y Perú tienen superávit por las crecientes exportaciones extractivas. Asimismo, los países de la AP exportan principalmente productos primarios o de baja agregación de valor debido a su abundancia en recursos naturales, mientras que importan bienes manufacturados de mayor valor agregado.
Asimismo, se muestra que las exportaciones de China se han mantenido diversificadas exceptuando a México. Se debe recordar que la elevada concentración implica riesgos en el largo plazo dada la dependencia de pocos productos que se traducen en volatilidad. Además, la preponderancia de China como socio comercial también puede implicar más dependencia frente a las políticas y sus ciclos económicos. Adicionalmente se registra una acentuada y permanente tendencia hacia la reprimarización.
Explicaciones posibles
Según los autores, los resultados obtenidos indican un impacto positivo para China, más que para los países de la AP en términos de diversificación, y ello permite proponer diversas hipótesis. Primero, las condiciones internas de cada país en términos de instituciones y desarrollo productivo presentan limitantes para desarrollar un sistema productivo sólido y diversificado.
Segundo, la debilidad de los acuerdos que se expresan en la AP se percibe a través de iniciativas que son planteadas como políticas de gobierno y no como de Estado, lo que presenta dificultades para consolidarse como proyecto de integración con la suficiente legitimidad para plantear una política comercial de bloque frente a China.
Tercero, la búsqueda de los intereses nacionales de China para consolidarse como potencia mundial no necesariamente coinciden con una política de beneficio mutuo, pues China prioriza el aseguramiento de la provisión de recursos estratégicos lo que revela sus intereses en AL.
Debilidades AP
Los autores señalan que independientemente del debate sobre la estrategia china, lo que resulta claro es que este país posee una política exterior sólida, de largo plazo, resiliente, y cuenta con recursos para implementarla a escala global. Esto contrasta con la situación de los países de la AP que han tenido dificultades para alcanzar una posición unificada frente a China o para fortalecer sus encadenamientos productivos y así superar su matriz exportadora-extractiva.
Asimismo, la AP como iniciativa de integración tiene dificultades para consolidarse en el largo plazo, en parte por la profunda polarización de sus sociedades e inestabilidad de sus gobiernos. Lo anterior hace que este Acuerdo Regional pueda percibirse como un alineamiento ideológico temporal entre gobiernos y no como política de integración de bloque, lo cual le resta impulso, continuidad y legitimidad.
Desafíos AP
Por lo anterior, para que la AP pueda hacer frente a los desafíos y oportunidades que ofrece China, es necesario alcanzar consensos amplios al interior de cada país que eviten la inconsistencia y fragilidad de estas iniciativas de integración.
La metodología propuesta aquí proporciona evidencias del estado actual del comercio y arroja elementos de acción para futuras investigaciones en el marco de un relacionamiento en busca del beneficio mutuo, para profundizar los factores que facilitan o dificultan la consolidación de una posición conjunta e indagar sobre los impactos diferenciales al interior de cada país de la AP.
Según los autores, la AP enfrenta desafíos internos y externos para su consolidación. Internos porque su legitimidad está condicionada por el ciclo político de cada país miembro y a su vez cada país tiene intereses contradictorios. Externos porque otros países como China prefieren la negociación bilateral, lo cual limita la coordinación de los miembros. Estas consideraciones ofrecen una perspectiva crítica sobre el potencial de la integración regional en un contexto de polarización interna y disputa por la hegemonía global.
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