1997 tiene algunos hitos importantes para el retail comercial, tanto para Lima como para el resto del país. En abril de ese año se inauguró el Centro Comercial Jockey Plaza (días después, se produce el rescate de los rehenes que se encontraban en la Residencia del Embajador del Japón). Plaza San Miguel se reinventa, C.C. El Polo incorpora en su oferta franquicias mundiales como Mc Donalds y Dunkin Donuts y luego en cadena aparece LarcoMar, el Boulevard de Asia, Marina Park, Primavera Plaza y todo lo que conocemos hoy.
Menciono de lo del rescate, porque fue un hito que dio una oleada de tranquilidad y optimismo a los negocios y empresarios en el país.
Estos CC y todas las tiendas que vinieron con ellos generaron una demanda diversa de productos y por lo tanto el sector industrial y de servicios creció y se diversifico.
En ese momento me encontraba a cargo del abastecimiento de un fast food que crecía con cada Centro Comercial y lamentablemente el mercado de proveedores se adaptaba a paso lento y buena parte de los suministros tenían que importarse.
Importábamos desde Estados Unidos; servilletas publicitarias, vasos de polipapel para bebida caliente, bolsas de plástico, bolsas de papel, sorbetes de bebida caliente, papel encerado, harina especial, grageas de colores, etc.
La razón de importar suministros hoy tan comunes como una servilleta de papel personalizada o un vaso era principalmente por tres factores: precio, calidad y sobre todo volumen.
Recuerdo haber solicitado cotizaciones de vasos de polipapel a los dos proveedores locales de vasos. Uno no tenía la calidad para bebida caliente y el otro requería que le pida una cantidad de vasos impresionantemente enorme para poder alcanzar el precio CIP del producto importado. Al tener en ese momento sólo 4 ó 5 puntos de venta, era una cantidad inalcanzable.
Hoy, la oferta en Lima cubre prácticamente un gran espectro de productos con precio, calidad y volumen adecuado.
Esto viene pasando exactamente igual en las nuevas ciudades modernas del Perú. Muchas ciudades no tienen proveedores para todos los nuevos productos que requieren las empresas que han llegado acompañando a los Centros Comerciales o si los tienen, hay problemas de precio, calidad o volumen.
Pero este hecho obviamente es una gran oportunidad de negocio no sólo en bienes sino en servicios.
Al llegar a un nuevo mercado en desarrollo, no esperemos tener miles de potenciales clientes. Lo primero es prospectar los posibles clientes y aplicar una estrategia puntero láser (uno a uno), posiblemente serán dos, tres, cuatro, quizá un poco más, dependiendo del rubro a los que habrá que apuntar el láser y disparar.
Quizá no se requiera tener base instalada en cada ciudad – eso se verá progresivamente en el tiempo – pero la demanda existe. Quizá debamos recordar 1997 y recomenzar el camino.
Ahora que estamos en época de compra de útiles escolares, en la lista de mis hijos encuentro ciertos artículos difíciles de encontrar, que me hacen extrañar tener un IMESA cerca. La demanda esta, esperemos que la oferta se entere.
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Además que este desabastecimiento no sólo se ve en productos, también en servicios personalizados, en donde la oferta regional no es amplia sinó básica, con personal sin especialización. Esto es bastante notorio en el sector minería, es tan notorio que hay una Ley que obliga a las mineras a contratar empresas con sede y RUC de la región donde está la mina. Cordiales saludos.
Muchas empresas de servicios de consumo en nuestro país, importan insumos del extranjero no sólo porque los proveedores responden con lentitud o porque no se abastezcan, sino también para ahorrar en costos y ganar más invirtiendo poco (típica política administrativa empresarial).
Respecto a las modernas ciudades de provincia. El modernismo de una ciudad, pienso que está asociado con el grado cultural de la población, la cantidad y calidad en los servicios locales e infraestructura. La política de calidad está poco arraigada en el mercado nacional, excepto en algunos sectores más prominentes y selectivos. El pobre nivel cultural y de respeto a los derechos del vecino es un indicador que el grado de civilización en el país es precario, seguimos en los albores del desarrollo. Tenemos una camioneta minera o un BMW, pero no respetamos las normas de tránsito
Los centros comerciales nunca han practicado estándares de calidad, disparan los precios de venta y sin embargo, ofrecen un servicio pobre, colocan a gente joven que no tiene criterio para atender al público. Además la mayor parte de negocios cierran temprano y abren muy tarde. Siempre he notado una vocación prominente de querer tomar el pelo al cliente.
Hemos crecido como país, pero tampoco hay que colocar flores en un altar que no hemos construido aún.
Saludos
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