Hay muchos motivos por los cuales amo mi colegio, para empezar porque soy hijo de exalumnos y de abuelos accionistas, entonces siempre sentí que seguía un legado y era cierto, mi padre se convirtió en el capitán de la selección del colegio. Yo también. Lo que más disfruté fue su cancha de fútbol reglamentaria en la cual incluso equipos como Alianza Lima o Cristal fueron (alguna vez) a entrenar.
Por qué comento todo esto, tal vez porque tuve un momento nostálgico o porque me sentí Al Bundy y sus cuatro anotaciones en un solo partido (algo que también hice). Bueno, el equipo de mi padre era tan bueno que el cole participó de un campeonato interescolar en Miami. ¿Era el entrenador? No. ¿Todos eran Messi? Tampoco. Simplemente es la importancia de tener todos los días el ambiente correcto para un deporte, en este caso un estadio de fútbol. Sino recuerden que el colegio San Agustín llegó a la primera división y lo mismo la USMP.
Ahora en el Cyberdeporte sucede mismo; muchos gamers son muy buenos, incluso los gamers peruanos son referencia mundial en Dota 2, las empresas los auspician, les ponen un coach, conversan con ellos, generan tácticas y al momento del campeonato el resultado no suele ser bueno. ¿La razón? Los nervios de ver un escenario tan grande con una iluminación que intimida. Claro, no debería intimidar, pero si no has pasado por esa preparación, la presión y los nervios juegan una mala pasada.
Volviendo a mi comparación del fútbol con los campeonatos gamers, quienes hemos ido al estadio de Boca en Caminito, Argentina, entendemos por qué sus jugadores son tan buenos. Los hinchas están a 3 metros de los jugadores, exigiéndoles el 110% de actitud, si no lo hacen les dicen de todo. Los mejores se van a Europa y ellos mismos mencionan que al jugar en Europa no hay tanta presión como cuando empezaron en su país.
Ya he comentado que desde que tengo los Hue en casa, mis horas dedicadas a los videojuegos se han cuadriplicado. Luego de años le busco tiempo al tiempo para poder jugar y lo estoy disfrutando tanto como cuando era niño. La sensación envolvente del cambio de color, de las luces según lo que esté jugando es impresionante y con el furor del Mundial (que también los veo con los Hue) me hice el siguiente cuestionamiento: “¿La iluminación es un factor importante en la inteligencia emocional de un gamer al entrar a un campeonato?” y como académico investigador me auto respondí que sí y acto siguiente decidí escribir un paper académico y este texto es un pequeño ensayo a lo que se viene.
Un jugador de fútbol que se forma en las calles no le importa que le griten en el estadio pero requiere de un proceso de adaptación de jugar descalzo a usar los chimpunes de un profesional. Considero que todo gamer enfocado en convertirse en profesional, necesita tener esos “chimpunes” digitales; no solo se trata de la silla, el coach, la consola. Sino también la iluminación correcta para estar preparado.
He conversado con varios pro gamers de Mobile Legends, Dota 2 y League of Legendes y cuando mencioné el tema de la iluminación como una preparación diaria, comentaron que era cierto.
Siempre hago referencias a los productos que he probado y no a notas de prensas o reviews de terceros. El mundo y campeonatos de videojuegos son tan grandes como los grands slams de tenis o el Mundial de fútbol que muchos estamos disfrutando (incluso con mis Hue) por lo que no creo ser el primero pero sí uno de ellos en confirmar que tener el sistema de iluminación correcta para convertirte en un profesional es necesario y hasta el momento los Hue son los que me han sorprendido en este 2022. Navidad está a la vuelta de la esquina, sería un excelente autorregalo.
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