Imagínate que Steve Jobs ha nacido hace un par de décadas en un país de Latinoamérica, y por algún motivo, decide postular a trabajar en tu empresa ¿crees que el área de recursos humanos lo hubiera contratado?… tu respuesta inmediata es “por supuesto que sí”, sin embargo, lo más probable es que ni siquiera hubiera pasado los primeros filtros del proceso de selección. Y acá es donde te preguntarás ¿por qué ocurre esto?
Mi percepción de esto es que la mayoría de las corporaciones y grandes empresas, no buscan a personas con este tipo de mentalidad, por el contrario, buscan a personas que cumplan con un perfil funcional, sigan las normas internas, y acepten el status quo de la organización. Esto ha funcionado por años y no ha sido un problema para que las organizaciones sigan creciendo bajo sus mismas lineas de negocio.
En el escenario que este Steve Jobs con pinta ochentera hubiese postulado e ingresado a la empresa, sería todo un lío que pudiera ir a la oficina con pelo largo y bigote tipo D’Artagnan. Y en el mejor de los casos, después intentar una y otra vez de generar cambios en la organización, terminaría (1) frustrado y armando su propia startup o (2) dejando su espíritu a un lado y conviertiéndose en un product owner sin autonomía que depende constantemente de la aprobación de sus superiores. ¿Te suena familiar?
Por más que las empresas tengan las mejores intensiones y el mejor discurso orientado a esta “era digital”, continúan manteniendo la cadena de mando que existía 20 años atrás en donde sólo se necesitan ejecutores de procedimientos, en vez de personas que desafíen los objetivos de la corporación y la forma hacer las cosas dentro de esta misma, a quienes yo llamo “rebeldes corporativos”.
Esto es un reflejo claro de que las empresas en Latinoamérica no buscan innovar sino, sólo actualizar sus modelos de negocio y a sus colaboradores al mundo actual. Buscan crear nuevas áreas, nuevos roles, pero no delegar poder, ni recursos, ni transformar su core organizacional.
Y por más que ejecuten talleres de Design Thinking, Scrum, armen células ágiles y áreas de innovación continuarán comportándose como grandes máquinas burocráticas, con miedo a transformarse y generando fricciones para moverse hacia esquemas realmente ágiles y con autonomía distribuida.
Sebastián Ossés es CEO de Continuum. Consultor en diseño estratégico y charlista. Director del Programa de Lean UX y Service Design, junto a UTEC.
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