La pandemia de la COVID-19 nos ha empujado, tanto a personas como a negocios. a adaptarnos a una nueva normalidad donde lo virtual es clave.
Y es que, fueron precisamente los pequeños y medianos comercios los que resultaron más afectados por la coyuntura actual, no solo en el Perú sino en la mayoría de las naciones. Las PYMES son un elemento vital para la prosperidad económica, además de un componente clave del motor que impulsa el crecimiento económico. Sin embargo, a pesar del rol fundamental que desempeñan las pequeñas y medianas empresas y del espíritu emprendedor que les permite superar una variedad de obstáculos diarios, siguen siendo especialmente propensas a sufrir imprevistos económicos incluso en las mejores circunstancias.
Es precisamente por esto que 2020 fue un año como ningún otro. La pandemia llevó a las PYMES al borde del abismo, les presentó desafíos sin precedentes, y dejó al descubierto debilidades sistémicas, reduciendo las opciones de recuperación. Estos escenarios de adversidad son oportunidades para repensar el sector para que gane en resiliencia, estabilidad y prosperidad a largo plazo.
Las PYMES deben estar en el centro de las estrategias para reactivar las economías nacionales, y el sustento y la prosperidad de miles de millones en todo el planeta con miras a una economía emergente posterior al COVID-19. Como lo relata un estudio reciente de Mastercard y Kearney denominado “Reimaginando el apoyo a las pequeñas empresas” al respecto, solo podemos restaurar un crecimiento económico más amplio a través de estrategias específicas basadas en un conocimiento profundo de las necesidades de las pequeñas y medianas empresas.
En particular, se identificaron tres grandes retos que deben resolver las PYMES: i. hacer pagos electrónicos lo cual implica el acceso a servicios de pago que les permitan recibir recursos de sus clientes y pagar a sus proveedores de una manera rápida y segura; ii. obtener capital, que involucra la capacidad de acceder a recursos que le permitan crecer en largo plazo; y iii. volverse digitales, que se asocia a la posibilidad de hacer parte de un ecosistema en línea para vender y obtener servicios, lo cual se ha convertido una línea de vida durante la pandemia.
Para resolver esos tres frentes, – pagos, capital y digital -, los autores recomiendan ocho acciones de política pública que pueden adelantar los gobiernos dentro de cuatro grandes categorías.
Un primer grupo corresponde a iniciativas en la cuales el gobierno crea condiciones para facilitar el levantamiento de capital de trabajo, por ejemplo, mediante soluciones de facturación electrónica que faciliten el uso de acreencias como colateral, y la promoción de financiación dentro de la cadena de suministro por parte de los mismos proveedores de las PYMES. Un buen ejemplo de esto son los estímulos y facilidades dispuestos para el uso de la facturación electrónica en los negocios como la emisión gratuita del Certificado Digital Tributario, que sirve para dar validez a las firmas electrónicas en los comprobantes.
La segunda categoría sugiere que el gobierno asuma un rol de “Protector” promoviendo la educación y uso de soluciones en materia de ciberseguridad, dado el gran impacto que eventos de este tipo pueden significar. Tal como lo ha hecho para impulsar el uso de billeteras electrónicas como BIM u otras.
La tercera línea de acciones corresponde a la función de “Educador”, estableciendo programas que eleven la conciencia y el conocimiento sobre las herramientas digitales y crear conexiones entre los hacedores de política pública y los emprendedores, con foros especialmente diseñados, como por ejemplo a través de “focus groups” o seminarios abiertos en línea.
El último rol que puede jugar el gobierno es el de fungir como plataforma o ser “quien convoque” a la industria y terceros relevantes, para que las PYMES se encuentren, bien sea a través de foros y ferias, así como a través de asociaciones público-privadas que faciliten la interacción por parte de ONGs y agencias internacionales de desarrollo.
Como muchos hemos podido experimentar, la situación vivida por la COVID-19 presentó muchos retos para los emprendedores y las PYMES. Sin embargo, también ha traído de la mano diversas oportunidades que les permitirán, a la larga, obtener un mayor alcance dentro de sus públicos, enfocándose en incursionar en el mundo de la tecnología y los pagos emergentes como respuesta a una coyuntura que te obliga a innovar día a día. Es así como reitero lo comentado líneas arriba, haciendo un llamado a la unión del Estado y el sector privado para poner a las PYMES y a los emprendedores en el centro de los esfuerzos de reactivación económica en un país como el Perú, donde la importancia de las PYMES como crucial motor de la economía peruana debe ser resaltada al generar empleo para más de 7 millones de personas, es decir, el 45% de la PEA, lo que representa el 21% del PBI nacional.
Juntos podemos lograrlo, a través de asociaciones y alianzas creativas, y este nuevo reporte puede ser una referencia para superar muchos de los desafíos que enfrentan las PYMES, sumando fuerza sobre fuerza.
Link de acceso al estudio de Mastercard y Kearney: https://www.mastercard.com/news/research-reports/2021/reimagining-sme-support/
COMENTARIOS
DEJE SU COMENTARIO
La finalidad de este servicio es sumar valor a las noticias y establecer un contacto más fluido con nuestros lectores. Los comentarios deben acotarse al tema de discusión. Se apreciará la brevedad y claridad.