Nos encontramos en una era de constante innovación, donde la digitalización avanza a un ritmo sin parar, y cada vez se presentan nuevos desafíos y oportunidades para el sector financiero. El open banking es una de las tendencias más disruptivas en la banca, debido a que ofrece a consumidores y empresas una nueva manera para interactuar en su vida financiera. Pero ¿qué implica este cambio?
Este modelo ofrece a los usuarios la oportunidad de compartir su información financiera de manera segura con terceros, promoviendo la competencia y estimulando la creación de soluciones que de forma más eficiente ofrezcan opciones financieras personalizadas y accesibles.
Por ejemplo, al facilitar el proceso de compartir mi historial crediticio con diferentes entidades financieras, no solo se consolida la información, sino que también se garantiza que un tercero pueda verificar la integridad y precisión de los datos. Esto permite a los demostrar su capacidad crediticia y su manejo responsable de las finanzas personales. Esta transparencia puede ayudar a resolver gran parte del problema de asimetría de información, que a menudo genera fricciones cuando un prestamista potencial evalúa el riesgo al otorgar un crédito.
No obstante, esta apertura trae consigo retos cruciales en términos de seguridad y protección de datos. Para que el open banking funcione eficientemente, es fundamental que exista confianza entre los consumidores y las instituciones financieras, asegurando que los datos compartidos estén protegidos contra accesos no autorizados y fraudes.
América Latina ha mostrado un avance significativo en la adopción de este modelo. En Brasil, la infraestructura avanzada y un entorno regulatorio favorable han sido factores clave para impulsar esta tecnología. México es otro mercado que ha avanzado, pero enfrenta desafíos, como la falta de estandarización de APIs (Interfaces de Programación de Aplicaciones), que son conjuntos de reglas que permiten que diferentes sistemas de software se comuniquen entre sí. Esta falta de estandarización ha ralentizado la implementación en el país.
En Perú, aunque el desarrollo de estas tecnologías aún está en una fase inicial, existe un creciente interés y oportunidad para expandir su implementación. La digitalización y la adopción de nuevas tecnologías financieras están creando un ambiente propicio para su expansión, lo que podría facilitar una mayor inclusión financiera y nuevas oportunidades para consumidores y empresas.
En su Reporte de Estabilidad Financiera (2021), el Banco Central de Reserva (BCR) destacó que la adopción del nuevo modelo financiero está empoderando tanto a consumidores como a empresas, al facilitar la gestión de su información y permitirles elegir con qué agentes desean trabajar. Este cambio está impulsando la innovación en el sector bancario, donde la colaboración entre instituciones financieras y fintechs está mejorando y diversificando la oferta de productos.
Asimismo, señaló que la mayor competencia resultante de este modelo tiene el potencial de reducir costos financieros, como las tasas de interés, lo que ofrece beneficios directos a los consumidores. Este sistema también expande el acceso al crédito al permitir a personas sin historial financiero demostrar su capacidad crediticia.
Se acelera la transformación digital, permitiendo que tanto personas incluidas como no incluidas en el sistema financiero tradicional puedan utilizar herramientas digitales proporcionadas por empresas de tecnología financiera, facilitando el acceso a servicios financieros más amplios y modernos.
Así también, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), en su boletín semanal de 2022, destacó el potencial transformador del open banking en la oferta y distribución de productos y servicios financieros. Este modelo tiene la capacidad de mejorar significativamente la eficiencia y accesibilidad del sistema financiero. Sin embargo, para maximizar estos beneficios, es fundamental abordar aspectos clave de su implementación, como la cobertura del sistema, la participación de diversas instituciones, el acceso a la información y la financiación de la infraestructura necesaria.
En este contexto, la tecnología juega un papel vital. Soluciones avanzadas como la inteligencia artificial están siendo implementadas para analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real, identificar patrones de comportamiento y detectar anomalías antes de que se conviertan en amenazas para los usuarios y entidades financieras. Estas herramientas no solo mejoran la seguridad de las transacciones, sino que también ofrecen una experiencia de usuario más fluida, accesible y personalizada.
Con el apoyo de políticas públicas y el avance de la digitalización, el open banking en el país tiene el potencial de consolidarse como una herramienta clave para contribuir con la expansión del sistema financiero.
Las inversiones en ciberseguridad y la implementación de tecnologías avanzadas serán claves para asegurar que esta revolución financiera se traduzca en un sistema más seguro y eficiente. Esta evolución no solo beneficiará a los consumidores al ofrecerles más opciones y control sobre sus finanzas, sino que también contribuirá significativamente a la inclusión financiera en la región, abriendo nuevas oportunidades para millones de personas.
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