Los pagos digitales están transformando la manera en que las personas acceden al transporte público, facilitando no solo la experiencia del usuario, sino también la eficiencia del sistema de transporte en general. A través de la incorporación de tecnologías de pago sin contacto y billeteras digitales, los pasajeros pueden pagar de forma más rápida y segura, lo que reduce la necesidad de llevar efectivo y agiliza los tiempos de abordaje.
En varios países de América Latina, los pagos digitales ya son una realidad en el sector transporte. En Costa Rica, a dos años de la implementación de pagos electrónicos en su servicio nacional de trenes y, posteriormente, algunas líneas de transporte, se ha logrado una reducción del 30% del efectivo, mejorando la experiencia del usuario final. En Chile, el sistema de transporte público también implementó pagos sin contacto con tarjetas de crédito, débito y prepago y dispositivos móviles, en las estaciones del tren urbano de EFE Valparaíso, conectando a 5 ciudades y beneficiando a más de 80 mil pasajeros diarios. En Brasil, las principales ciudades ya cuentan con pagos sin contacto, y recientemente Brasilia ha habilitado esta modalidad de pago en todos sus medios de transporte público.
En Perú, aunque el proceso de digitalización del transporte aún está en marcha, el país está avanzando hacia la adopción de estas soluciones digitales, impulsado por el creciente uso de billeteras electrónicas y tarjetas de crédito y débito para la mayoría de las transacciones. Entidades gubernamentales como el Banco Central de Reserva (BCR) y la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) promueven la modernización de pagos en el país, debido al gran alcance y éxito que está teniendo esta adopción como método de pago instantáneo.
Desde la ATU, a través del reglamento del Sistema de Recaudo Único (SRU) que fue publicado este año, se permitirá integrar los medios de pago en el transporte público mediante una tarjeta única interoperable, lo que permitirá una mayor eficiencia operativa y una mejor planificación financiera para futuras inversiones en infraestructura y vehículos.
En ese contexto, es necesario fortalecer las infraestructuras y sistemas de pago que tenemos en el país para que los usuarios del transporte público puedan pagar de manera más eficiente, utilizando sus tarjetas de débito, crédito o billeteras digitales, sin necesidad de cargar múltiples tarjetas específicas para el transporte. Esto permitirá que las transacciones sean más rápidas y convenientes, promoviendo una mayor adopción de los pagos digitales en la vida diaria, especialmente en un entorno de transporte público más moderno y accesible.
La implementación de pagos digitales en el transporte público no solo facilita la vida de los usuarios, sino que también impulsa la inclusión financiera en el país. Al permitir que más personas utilicen sus tarjetas de débito, crédito y prepago, se amplía el acceso a servicios financieros formales, contribuyendo a un mayor desarrollo económico y financiero. Esto estimula la formalización de transacciones y reduce la dependencia del efectivo, mejorando la transparencia y seguridad en el sistema. También, genera un efecto positivo en los comercios cercanos, ya que estudios demuestran que las personas que comienzan a pagar crean el hábito del pago sin contacto después de que lo hacen por primera vez en transporte público.
Al reducir la necesidad de emitir billetes en papel o tarjetas de transporte desechables, se minimiza el uso de recursos naturales y se disminuye la generación de residuos, generando un impacto positivo en el medio ambiente. Además, la eficiencia en los pagos digitales optimiza los tiempos de abordaje y reduce la congestión en las estaciones, lo que contribuye a un uso más eficiente y cómodo del transporte urbano. Todo esto promueve un sistema de transporte más ecológico y sostenible, alineado con las metas globales de desarrollo sostenible.
La seguridad financiera es un aspecto clave en la implementación de pagos digitales en el transporte público. Tanto el gobierno como las empresas privadas necesitan garantizar que las transacciones sean seguras, protegiendo los datos y el dinero de los usuarios. Con sistemas robustos, se protege no solo a los usuarios, sino también a las empresas que operan en el sector, promoviendo un sistema más seguro y eficiente.
Es importante que las empresas privadas y el gobierno trabajen conjuntamente para mejorar el sistema de transporte público mediante la implementación de pagos digitales. La colaboración público-privada permite que las autoridades regulen y gestionen eficientemente el sistema, mientras que las empresas tecnológicas y financieras aportan innovación y soluciones avanzadas. Este trabajo conjunto puede acelerar la adopción de tecnologías, mejorar la experiencia de los usuarios, y asegurar que las infraestructuras de pago digital sean accesibles y sostenibles, lo cual hace que los sistemas de transporte sean más modernos, inclusivos y eficientes para todos
La adopción de pagos digitales en el transporte público es una tendencia positiva que debe continuar en toda la región. No solo mejora la experiencia de los usuarios, sino que también ayuda a las economías locales a digitalizarse, promoviendo la inclusión financiera y la sostenibilidad. A medida que más países como Brasil, Costa Rica, Chile y Perú sigan incorporando estas soluciones, el transporte público en América Latina estará más preparado para enfrentar los desafíos del futuro.
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