Mis primeros recuerdos me llevan a una época complicada, como todos los peruanos que sobrevivimos a la escasez del Perú de los 80´s. A veces se me vienen a la cabeza las imágenes de esos tiempos en que estudiábamos con velas y ahorrábamos cada gota de agua que lográbamos juntar en las tinas, ollas y todo reservorio que nos garantizara el abastecimiento, aunque sea para el día siguiente. Cada gota, hacía la diferencia y cada minuto con energía eléctrica nos cambiaba la calidad de vida.
Aparentemente, esa escasez y desorden no significó para todos nosotros, mi generación, una lección aprendida para ahorrar, cuidar y pensar en todos aquellos peruanos que aún no tienen agua, luz y servicios de saneamiento.
Tampoco nos sirvió a muchos para reconocer la necesidad de proteger lo que la naturaleza nos dio. Creo que existen pocas personas que pueden decir que las playas de la capital están limpias. Aunque algunos municipios han avanzado en la gestión de residuos sólidos y las campañas de sensibilización para impulsar el reciclaje entre los vecinos, aún falta demasiado camino por recorrer.
El Ministerio del Ambiente reportó que en el Perú existen 24 rellenos sanitarios para almacenar nuestros residuos sólidos de manera adecuada, sin embargo, para las casi 20,000 toneladas (7,400 toneladas provienen Lima) que generamos por día, necesitamos 246 adicionales . Ya sabemos y vemos cada día dónde queda lo que no llega a los rellenos, una parte está en las calles, en nuestro litoral y en los ríos, mientras que el restante se encuentra en los 1144 botaderos que originan problemas de calidad ambiental y salubridad. Todavía no se ha instaurado el hábito del reciclaje.
El consumo y producción sostenible, es un tema prioritario que se ha venido trabajando en América Latina y el Caribe desde el 2003, a través de un impulso muy grande de la ONU (es su décimo segundo ODS), con varios avances a nivel empresarial, organizativo y legislativo.
A pesar de que la responsabilidad es de todos los actores de la sociedad, somos las personas las que promovemos los cambios en las organizaciones, y somos nosotros los que tenemos memoria, los que reconocemos las necesidades del resto y los que miramos el estado de nuestro mundo cada vez que salimos de casa ¿Qué es lo que queremos para el futuro?
Por Vanessa Macher, miembro de L+1 y gerente de asuntos corporativos y sostenibilidad de Natura.
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