En los últimos días, el Presidente Martín Vizcarra, por lo general sereno y de buen ánimo, se mostró preocupado en sus comparecencias ante la prensa: “Las imágenes que damos en los mercados tenemos que cambiarla, no podemos seguir teniendo este tipo de aglomeraciones (…). Si vas a un mercado que está lleno de gente, regresa otro día”, amonestó.
Su frustración ante la afluencia masiva a mercados y a ferias era evidente. Sin decirlo, admitía el fracaso de sus últimas medidas. Con el “segundo martillazo” falló en darle al clavo (la curva de infección) y terminó golpeándonos a todos en los dedos.
El error no está, como ha querido culpar, en el mal comportamiento de un grupo de “irresponsables” que sigue saliendo a las calles. El problema radica en que no se analizó lo suficiente los hábitos de consumo de los peruanos, por lo que no se consideró a los mercados de abastos como puntos clave en la estrategia para combatir la pandemia.
Desde el 2016 se sabe con certeza, por el Censo Nacional de Mercados de Abastos 2016 (realizado por Produce y el INEI), que el 75% de los peruanos compra alimentos y abarrotes en mercados de abastos y en regiones este porcentaje se eleva al 91%. Estas cifras bastaban para que se les hubiera puesto especial atención al dictar las medidas de confinamientos, en especial porque estas buscaban ordenar la compra de víveres, artículos de primera necesidad y medicinas.
El Censo, arroja otros datos valiosos que no debieron obviarse. En el Perú existen 2,612 mercados de abastos. Mayoristas 44 y 2568, minoristas. Es decir, en todo el país existen 2,568 puntos (1,403, en Lima y Callao y el resto en las regiones) que debieran ser el foco de una estrategia sanitaria y de control público que evite que se conviertan en centros de contagio.
Esta estrategia era imprescindible, puesto que no es necesario recurrir a ningún estudio para conocer las severas deficiencias de limpieza, orden y seguridad que tienen los mercados. Más graves aún son sus problemas en la manipulación de alimentos y en el manejo de residuos sólidos. Basta decir que solo el 56.3% de estos lugares cuentan con licencia de funcionamiento y menos del 50% tiene certificado de defensa civil. Por si fuera poco la presencia de ambulantes (en el 64.5% de ellos existe comercio ambulatorio en los alrededores) complica aún más esta situación.
Dadas las deplorables condiciones sanitarias de los mercados, sumadas a que son los principales centro de expendios de alimentos y abarrotes del país, no se explica cómo fueron dejados de lado en el plan para combatir la pandemia.
Esta es una omisión grave, pues los lugares donde la gente adquiere lo que come se han convertido en peligrosos focos de contagio.
La Ministra de la Producción, nos debe una explicación por la escasa previsión y por no haber alertado al Presidente sobre esta situación. Los mercados de abastos son su competencia y, da la casualidad que el mismo día que saltaban las alarmas en el mundo por el coronavirus (31 de diciembre del 2019), se publicaba el Decreto Supremo Nº 021-2019-PRODUCE, con el que se creaba la Comisión Multisectorial de naturaleza temporal para el diseño de los pilotos de mercados de abastos. Esta comisión debía elaborar un informe técnico final con una propuesta de diseño de los pilotos de mercados de abastos para el Perú. Está conformada por medio gabinete: Ministerio de la Producción (que la preside), Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Ministerio del Ambiente, Ministerio de Salud, INDECOPI, INDECI, SENASA, la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales y la Asociación de Municipalidades del Perú – AMPE.
Apenas se desató la emergencia por la pandemia, esta comisión debió preparar un plan para enfrentar el desafío que se venía. Los mercados eran vitales para mantener abastecida a la población, pero era obvio que serían centros de aglomeración en los que había que extremar los controles sanitarios, tal y como se viene haciendo en los supermercados que son cerrados y desinfectados cada vez que se detecta un contagio en sus instalaciones.
La guerra contra el Covid-19 la podemos perder en los mercados, es por ello que se debe pasar a la acción: Reunir a las juntas administrativas de los mercados para coordinar con ellos y capacitarlos. Además se debe establecer los ingresos y salidas que deben ser resguardados por las fuerzas armadas; controlar los aforos; dotar de guantes, gorros y mascarillas a los vendedores; armar cuadrillas para desinfección y recojo de residuos; en la medida de lo posible colocar túneles sanitizadores (en algunos mercados de regiones se los ha instalado).
Otra medida a considerar debiera ser la de extender los horarios de atención para reducir las aglomeraciones. Cuanto más tiempo estén abiertos, menores tumultos se formarán.
Se ha perdido demasiado tiempo. Se tiene que actuar de inmediato. La batalla debemos darla ordenando y desinfectando los mercados, de lo contrario el virus lanzará una ofensiva más dura contra los hospitales y, está claro, que si perdemos ese combate… ganar la guerra se hará más difícil aún.
COMENTARIOS
Los mercados siempre serán un foco infeccioso,más aún en la coyuntura q vivimos,ya que la ignorancia y falta de información o la falsa información que nos dan las autoridades hace q la ciudadanía actúe con bajísima responsabilidad ante sus pares,el resto de nosotros que tratamos de cuidarnos.Baja educacion,malos hábitos.
Tremendo artículo!, reunir a las juntas administrativas de los mercados es clave para asignar responsabilidades y protocolos de control y auto auditoria en los mercados.
Los mercados son en esencia un punto clave para el movimiento de la economía en este contexto. Los cuidados del caso deben de exigirse para que, como indica el artículo, no se pierda contra el Coronavirus.
Bien observado Pablo. Es verdad, una oportunidad perdida en la lucha contra el Covid-19 y las consecuencias se sentirán muy pronto. Yo nunca he entendido porque los mercados de abastos tienes que ser lugares tan sucios, mal organizados y peligrosos. Sí se puede educar y cambiar hábitos en los mercados de abasto distritales pero debe liderar el estado junto con las municipalidades en este cambio. Por otro lado, es interesante que casi la totalidad de la cobertura de los medios televisivos en Peru refiere al chaos diario en los mercados y sobre todo en los conos. Aún no es tarde en iniciar una verdadera transformación.
Extraordinaria información técnica estimado Pablo, has identificado objetivamente el principal punto crítico de contagio del Coronavirus. Definitivamente es muy grave está omisión, más aún, si el Gobierno ya contaba con una Comisión Multisectorial para el diseño de pilotos de mercados de abastos.
Sabemos que, una de las grandes falencias en nuestro país es la seguridad sanitaria, la cual se agudiza muchísimo más en estos puntos de abastecimiento de alimentos de primera necesidad para la población peruana, situación que ha determinado con el principal punto de contagio del Coronavirus.
Urge, tomar en el término de la distancia las acciones y medidas correctivas en los puntos de los mercados de abastos, tanto desde el punto sanitario, almacenamiento y distribución de los alimentos de primera necesidad en óptimas condiciones de inicuidad
Acertado y muy buen articulo Pablo.
Los mercados mayoristas deben ser solo para comerciantes no para público en general, el problema que vemos es que los horarios se han reducido no solo en mercados si no también los bancos otro foco de infección, los días de cofinamiento del jueves , viernes santo y los domingos ocacionan al día siguiente unas aglomeraciones donde el contagio del virus es mucho mayor que si no hubieran sido días de encierro , resultando el remedio peor que la enfermedad.
Es notorio que ninguno de los autoridades que participaron en las decisiones recientes hace el mercado diario/semanal en centros de abastos y que, muy ocasionalmente van de acompantes a los supermercados…
Mucho de la gente que hace sus compras en centros de abasto no tienen capacidad suficiente para hacer compras semanales, sea porque su nivel de ingresos no se los permite, no tienen sistemas de frío en casa, o porque viven del comercio ambulatorio o similar que con las justas les permite ganar lo que van a consumir en el día.
En esta emergencia, la mayor concurrencia aglomeración que no puede ni tiene como detenerse son los mercados, en sus distintas variantes -desde puestos de mercados minoristas hasta bodegas, supermercados y centros de abastos; esto es así porque la gente tiene que seguir comprando suministros para poder vivir. En estos lugares, los focos potenciales de contagio y propagación no son sólo los consumidores sino también lo son las fuerzas del orden (soldados, policías y demás autoridades) que resguardan dichas instalaciones. Por tanto, em los puntos de entrada/salida de los establecimientos de mayor concurrencia deberían ponerse no una sino VARIAS cabinas de desinfección para que pueda ingresar una mayor cantidad de público y aligerar las largas colas y esperas que congestionan el ingreso y rompen el distanciamiento necesario.
Igualmente, el segundo foco de concurrencia de personas son el personal que atiende en los establecimientos de salud. Todo este personal también debe estar debidamente protegido permanente con su EPP.
El tercer foco de gran concurrencia son los cuarteles y comisarías, donde diariamente se congregan para organizar sus tareas y salir a resguardar la ciudad. Aquí también deberían ponerse varias cabinas de desinfección en el ingreso a dichas instalaciones y control de temperatura, porque no hay cómo saber si el personal que retorne de la calle es portador o no del virus.
Mención aparte merecen los penales, donde podría contemplarse la liberación de quienes hayan cumplido 80% o más de sus penas, aplicando excepciones específicas cuando el caso así lo amerite.
El objeto de todas estas medidas en todo momento debe ser siempre romper la cadena de propagación del virus !!!
La única forma es sacar esos mercadillo a un parque abierto y la gente haga colas distanciados y no estén rozando se. Deben poner una especie de ducha desinfectante donde todos deben pasar por ahí obligatoria mente antes de comprar.
Pablo muy acertado tu enfoque, pocos analistas han comentado de este gran foco de infección. Si bien hay buenas decisiones para el control, pero parece que faltó “calle’ en el manejo de los mercados.
Bien
En efecto no hay , ni hubo, ningún tipo de prevision para este problema de aglomeración en medio de una pandemia, pero cabe precisar que este hábito de consumo está asociado a que muchos de nosotros vive y gana para el día a día, esto hace que muchos de ellos tengan que salir a hacer sus compras a los mercados de abastos , este patrón de consumo data de muchas decadas.
Pablo O’Brien nos tiene acostumbrados a no solo darnos su mirada macro de las cosas, con este artículo nos precisa que en el aspecto micro, como son los mercados de abastos, se encuentra el problema central.
Excelente artículo. Si bien aun se puede hacer algo para atenuar la posibilidad de contagio en los siguientes días y semanas, es indispensable que se elabore un plan a mediano y largo plazo con respecto a las condiciones de salubridad y operatividad de los mercados de abastos. Tomen como ejemplo al CC Minka.
Buenísima información Pablo!
Esperamos que está pandemia nos sirva para mejorar los mercados, la disposición final de residuos sólidos, la venta ambulatoria de alimentos incluso alrededor de colegios y hospitales, la instalación de agua y desagüe en zonas urbano marginales y rurales. Es tarea urgente. Si no aprendemos ahora la próxima pandemia o cualquier desastre natural será fatal.
Se tienen 2612 mercados, se deben instalar 2612 bóvedas de cuatro metros de largo con atmósfera de gases clorados que limpien de todo virus, bacteria,etc a la entráda y salida de todos los que van, La curva de infección caería de FORMA VERTICAL en poco tiempo
Excelente artículo!! Hay mucho por hacer!!
Me parece interesante el análisis pero no comparto del todo la apreciación
Es verdad los “mercados de abastos” son desordenados pero sucios y deplorables no…hace un buen tiempo algunos alcaldes se han dedicado a ordenarlos y que mantengan un orden y limpieza…no es bueno generalizar …los males se vencen con educación y esta se dá en casa…no en el mercado, no en colegio, no en la universidad, no en el trabajo…en casa y es responsabilidad de los padres.
La mas cruda realidad a desnudado esta pandemia, ver que nuestros mercados públicos de abastos de hace décadas representan lo peor en Higiene, en congestión, en informalidad, en seguridad, en mafias intaladadas por corrupción de autoridades ediles que conviven con ello; Talvez esto sea una oportunidad para que el estado y la sociedad tome conciencia y de una vez por todas curemos éste cáncer que mina la salud de cada persona que vamos alli. FUERZA VIZCARRA Y TRANSFORMEMOS ESTO URGENTE..
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ES EL MOMENTO DE REPENSAR UNA NUEVA FORMA DE COMERCIALIZAR LOS ALIMENTOS EN LOS DISTINTOS CANALES DE DISTRIBUCION, DONDE SE DE CABIDA A LOS PRODUCTORES. LAS AUTORIDADES DEBEN PLANEAR MERCADOS SOLO PARA MAYORISTAS UBICACADOS CONVENIENTEMENTE EN LA CIUDAD.
AL AGRICULTOR LE PAGAN MUY POCO POR SUS PRODUCTOS, MUCHOS CULTIVAN Y CUANDO VENDEN SUS COSECHAS NI SIQUIERA OBTIENEN LO INVERTIDO.
SE DEBE REPLANTEAR LA ZONIFICACION DE LA CIUDAD.
Estimado Pablo. Como se dice después de la guerra todos somos generales. Y esto hacemos alusión a que tus comentarios vienen después que han ocurrido los hechos. Es decir estás en la misma situación de los asesores y especialistas del gobierno en la elaboración de las estrategias de lucha contra esta pandemia que antes que ellos ocurran – es decir las aglomeraciones de la gente comprando, vendiendo, paseando, etc. – hubieras advertido de que ello iba a pasar sino se tomaban las medidas correspondientes cuando se dictaron las medidas restrictivas de aislamiento social y, especialmente, del toque de queda dado tus conocimientos sobre el tema dado a que has sido asesor en diversos despachos ministeriales. Olvidas que la gente en el Perú no es fácil de disciplinar y ello lo puede haber advertido dada la gran cantidad de detenidos por incumplir las normas restrictivas y ahora ya contamos con más de 12,000 contagiados a pesar de que ya tenemos de implantados más de 01 mes del aislamiento e inamovilidad social. No obstante, hay que presentar la solución ante tal problema y creo que haga lo que se haga la gente trata de evadir todo control del Estado. De todo lo expuesto debo resaltar la propuesta que es necesario ampliar las horas de atención de los mercados que deben ser de las 6:00 a.m. hasta la 5:00 p.m. en la mayor parte del Perú y en la parte norte y Loreto de las 06:00 a las 3:00 p.m.
Muy acertado el artículo, pienso primero que se debe explicar mejor como se contagia el virus, y es por acumulación de personas asintomáticas, que podemos estar muy protegidos pero si hay varios asintomáticos, nos vamos a contagiar. El segundo ampliar los horarios de los mercados y supermercados. El tercero, colocar puntos de lavado de manos o desinfección cada 20 metros en los mercados y en los supermercados. Que los enfermos confirmados sean retirados de su domicilio, para evitar mas contagios. Ir remodelando los mercados, que los comerciantes lleguen y se coloquen su uniforme, mandil con mangas largas, toca, barbijo, y antes de ingresar se les controle la temperatura, sus manos y pasen al lavado de manos y desinfección. Que se empiece a implementar los codigos de los Principios Generales de Higiene
Se debe penalizar al vendedor que no ordena su cola, la primera vez con no se 100 soles, la segunda 400, y la tercera con 1200, y así . solo así funcionó con mascarillas, desde que salió la multa todos sin excepción la usan; antes de la multa solo el 50 por ciento lo usa.
Yo pienso que el mayor problema es el vendedor.
A los 20 días de la cuarentena los ambulantes del mercado san Hilarión, vendían como antes de la pandemia, sin embargo había pocos entre ellos un vendedor de huevo que vendía por java y planchas a precio comodo, era uno de los 5 vendedores que no vendía sin su respectiva cola, o llamemos lo distancia social, ahí pude percibir que es el vendedor el que tiene q poner el orden, por que cuando se acercaba alguien que no había respetado la cola, el vendedor no le vendia.
me dió un gusto ver a ese vendedor responsable y el resto q eran unos 30 vendedores q no acataban nada.
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