Los fines de año son siempre una buena oportunidad para hacer un balance y una revisión de cómo se ha avanzado en los temas. La supervisión macro-prudencial y la búsqueda más amplia de la estabilidad financiera no son la excepción. Y para reflexionar mejor al respecto, me parece necesario recordar un documento que publiqué en Junio del 2011 más otros dos del 2015, para luego hacer unos comentarios sobre lo avanzado y los retos pendientes.
Primero la versión resumida y anticipada de Junio 2011, del Cuaderno de Investigación sobre la Supervisión y Regulación Macroprudencial de Noviembre del 2011 publicado por el Instituto del Perú de la USMP; esta versión resumida fue publicada en ese mismo mes del 2011 en el sitio web de la Maestría en Derecho Bancario y Financiero de la PUCP. Sería interesante comparar lo explicado ahí con los avances registrados al respecto por las diferentes entidades públicas y privadas ahí mencionadas, por ejemplo en cuanto a construcción de indicadores de seguimiento y en cuanto a acciones y medidas efectivas.
Luego un comentario efectuado en un post de agosto del 2015 sobre los avances registrados en ciertos temas, algunos debates que se generaron, y ciertos desafíos adicionales que deberían tomarse en cuenta a la luz de evidencia científica creciente relacionada con los riesgos derivados de los desastres naturales.
Finalmente un post de noviembre del 2015 en el que aportaba elementos internacionales adicionales sobre los desafíos que los riesgos derivados de desastres naturales plantean para la estabilidad financiera, algo especialmente relevante para nuestro país. Se está tomando cada vez más conciencia a nivel internacional de la importancia de una buena penetración de los seguros para la estabilidad financiera, y más allá de ello, para la sostenibilidad de la calidad del riesgo país ¿pero cómo vamos en nuestro país?
https://blogs.gestion.pe/riesgosfinancieros/2015/11/riesgo-pais-desastres-naturales-y-seguros.html
De manera global, hay razones para pensar que estamos bien orientados, siempre y cuando se mantengan los esfuerzos. Por ejemplo:
. la nueva alta dirección de la SBS ya ha anunciado medidas adicionales para continuar con el reforzamiento de la supervisión del riesgo de sobreendeudamiento minorista, tanto en temas de conducta de mercado como de verdadera toma en cuenta del factor de conversión crediticia de las líneas no utilizadas, con el aumento de las provisiones crediticias en ciertos segmentos donde son manifiestamente insuficientes respecto de la evidencia estadística; o el reforzamiento en curso de las reservas de las empresas de seguros; y gran parte de los mismos bancos buscan tener ratios de capital más elevados que los mínimos regulatorios, lo que demuestra un sano realismo.
. los reportes sobre la estabilidad financiera del BCR no han dejado de mejorar su calidad, enriqueciéndolos con indicadores ligados al tema del sobreendeudamiento de las familias o un seguimiento de la deuda privada externa; además se ha visto al Presidente del BCRP decir recientemente lo que pocos se atreven a reconocer: que los créditos en dólares a empresas con expectativas de cobrar en dólares o de manera indexada al dólar reposan sobre cierto grado de ilusión, pues los deudores no siempre van a aceptar y/o poder aguantar alzas ligadas al dólar si sus ingresos son en soles. Basta revisar la historia de ciertas privatizaciones de servicios públicos en Argentina y su financiamiento, luego de los eventos del 2001-2002 para darse mejor cuenta. Una buena manera de hacer pedagogía sobre el riesgo cambiario crediticio.
. ya no se habla de que el BCR absorba a la SBS, cuyo rol esencial es reconocido; al contrario se busca aumentar las prerrogativas de ésta y se habla ahora de integrar al supervisor del mercado de valores, la SMV, a la SBS como se ha efectuado en otros países, reforzando así la supervisión consolidada; cabe mencionar que la SMV, igual que la SBS se dotó una superintendencia adjunta de riesgos; a pesar de altibajos en el tiempo, la importancia de la “función riesgos” en las entidades de supervisión es crecientemente reconocida; y recuerdo lo mencionado en el documento del 2011 sobre la “gobernanza de la supervisión”; sin “checks and balances” internos, a los supervisores les puede ir mal.
. El MEF, la SBS y el sector privado asegurador (más el MINAGri en el tema agropecuario) están trabajando de manera cada vez más coordinada para buscar una mayor penetración de los seguros entre las familias y las empresas, en el marco de una estrategia financiera integral clara frente a los desastres naturales, que es muy reconocida a nivel internacional; el desafío se reconoce como gigantesco, pero se sabe lo que se debe y se quiere lograr; hay un Norte, y los principales actores juntan sus esfuerzos con la ayuda de la cooperación internacional.
. Aunque lentamente, hay una mayor conciencia progresiva de la importancia de la continuidad del negocio en el sector privado y de la continuidad operativa en el sector público, y ya se ven iniciativas público-privadas SBS/BCR/MEF/ASBANC/APESEG, bajo un liderazgo de la SBS que se ha mantenido, y se ha visto un rol más activo de la PCM en este tema, como rector del SINAGERD, lo que debería mantenerse.
Por supuesto, como en otros países emergentes, hay todavía mucho por hacer, por ejemplo, la creación e implementación de un Consejo de estabilidad financiera formalizado, un rol más activo aún del sector financiero en la penetración de los seguros y regulaciones que lo incentiven (no sólo los que cubren activos, sino hasta los seguros personales, que también contribuyen a la resiliencia global), o el cerciorarse de que los niveles de capital permitan aumentar la capacidad de resistir también a choques de gran magnitud (y esa búsqueda es una tendencia internacional, aunque haya dificultades en lograrlo, como un reciente estudio de Accenture sobre los “bancos globalmente sistémicos” lo demuestra), adecuándose a la realidad del riesgo en el país.
Pero factores recientes de gran importancia, como un renovado activismo de la SBS frente al riesgo de sobreendeudamiento minorista, la creación del Capítulo Peruano de la Iniciativa ARISE, fomentada por las Naciones Unidas como parte del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres (y que tiene el potencial de agrupar a todos los actores clave que ya están coordinados en el grupo de trabajo empresarial de apoyo a la gestión del riesgo de desastres), y los esfuerzos para entrar a la OCDE, que recomienda de manera creciente y muy firme a sus países-miembros el desarrollo de la gestión de sus riesgos críticos, entre ellos el de desastres, deberían ser de mucha ayuda para seguir avanzando. No se puede seguir ignorando a las lecciones de la historia, incluyendo a la más reciente, ni a los nuevos riesgos, ni a la evidencia científica.
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