Por Lady Chung, Alumna de Economía de la Universidad del Pacífico
Si bien se pueden desarrollar negocios aislados de la religión, existen casos en los que el éxito de estos se encuentra respaldado por las creencias de los empresarios. Como se sabe, India es un país en donde la sociedad se encuentra organizada por el sistema de castas y esto es debido a la influencia de la religión. Dado esto, existen actividades que determinadas castas pueden o deben realizar. Además de ello, la interpretación de la religión permite que estas actividades tengan un factor “extra” en el desempeño de las labores. Dos ejemplos de esta situación son los Dabbawalas y los sijes.
De acuerdo con un estudio realizado en la Escuela de Negocios Kenan- Flagler de la Universidad de Carolina del Norte sobre negocios sostenibles, los Dabbawalas son hinduistas que pertenecen a la casta Malva y al movimiento religioso llamada Varkari. Su nombre proviene: Dabba significa recipientes y Walla, servicios. Se trata de un grupo de personas que se enfocan en el negocio de delivery de comida casera en Mumbai. El proceso comienza en la casa con el recojo del recipiente con comida y este es trasladado a la oficina del consumidor antes de la hora de almuerzo. Luego de un par de horas, el recipiente es recogido para ser devuelto a la casa.
En la actualidad, más de 200 000 dabbas son repartidos por día y es importante no confundirse de destinatario ni de recipiente. Esto es debido a que la religión también influye en la alimentación de las castas, dado que algunas son vegetarianas por las mismas creencias que tienen. Esta agrupación es mundialmente conocida por el éxito de sus actividades y, por ello, cuenta con el reconocimiento de Six Sigma Plus (significa un error en seis millones de entregas). Detrás del éxito se encuentra el nexo con la religión. Para los Dabbawalas, su trabajo es una forma de acercar al dios a los demás debido a que la comida es amor y amor es dios. En otras palabras, al llevar la comida, se lleva amor y, al llevar amor, el dios se encuentra más cerca de la persona. Además de ello, los Dabbawalas creen en que donar comida es la mejor forma de caridad y ello es considerado una buena acción que será recompensada en la reencarnación.
Por otro lado, los sijes que son reconocidos en el rubro médico y tecnológico. La religión Sijiista (la palabra significa “discípulo que aprende”) es considerada como la quinta más grande en el mundo dado que tiene, aproximadamente, 30 millones de adeptos. Geográficamente, sus seguidores se encuentran concentrados entre India y Pakistán. Los sijes creen en un solo dios, la honestidad y la igualdad. Creen que el trabajo no debería involucrar emociones, porque estas corrompen la actividad, y en el trabajo honesto para que no tengan que mendigar. Para ellos, el único fin de los negocios es ganar dinero bajo tres leyes: producir, vender y compartir. Esta última ley busca que la retribución sea a través de programas educativos para que la calidad de su población mejore. Finalmente, para los sijes, cuando los negocios no resultan significa que Dios lo quiso así, es decir, Él creó la oportunidad y la destruyó para que las personas aprendan a no apegarse a las riquezas.
Los Dabbawalas y los sijes son ejemplos claros sobre la relación entre religión y los negocios. Las actividades que realizan se encuentran influenciadas por sus creencias: para los Dabbawalas, el éxito de sus labores se encuentra respaldado por la idea de acercar a dios a través de la comida y, para los sijes, el trabajo tiene como fin generar ingresos para luego compartirlos con los que menos tienen. Sus enseñanzas se basan en la igualdad de oportunidades, honestidad en las tareas y, finalmente, a no apegarse a las riquezas para no corromper el alma.
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