Rodrigo Oblitas, alumno de Economía de la Universidad del Pacífico.
Durante la semana pasada, se amplió el plazo de la suspensión perfecta de labores hasta el día 5 de enero del próximo año, con el fin de aliviar presiones de pagos sobre MYPES y buscar mantener la estabilidad de los empleos formales durante el Estado de Emergencia. Por ello, buscaremos observar si es que la extensión de esta medida extraordinaria que ha sido, cuando menos, controversial, desde su inicio en abril, podría cumplir de manera eficaz sus metas y contribuir a la recuperación económica nacional.
Primero, ¿en qué consiste la suspensión perfecta? Haciendo concisa la definición brindada por el Gobierno, la podemos entender como el cese temporal de las obligaciones de trabajar, para los empleados, y de pagar sueldos, para las empresas, sin que se rompa el vínculo contractual entre ambos. Asimismo, es importante aclarar que son estas últimas quienes solicitan la adopción de la suspensión y que para calificar a esta deben contar con menos de cien trabajadores y no estar en posibilidad de aplicar el trabajo a distancia. Como se dijo anteriormente, esta medida se adoptó en las primeras semanas del segundo trimestre y se ha ido ampliando su plazo conforme ha proseguido el Estado de Emergencia.
Por el lado de los trabajadores, ¿cómo ha impactado la medida? Cabe mencionar que la suspensión solo aplica para empleados formales que perciben un sueldo menor a 2400 soles. Con la implementación de la cuarentena obligatoria y el cese de actividades, fueron aproximadamente 290 000 los empleados que dejaron de percibir ingresos y que entraron a este régimen, por lo que muchos de estos tuvieron que recurrir al retiro de fondos de CTS y de pensiones o incluso saltarse las normas para trabajar en alguna vía informal.
Por el lado de las compañías, a pesar de que se puede afirmar que la adopción de la suspensión logra frenar los despidos de sus trabajadores, la eliminación de pagos de salarios conduce a la reducción de la demanda interna, lo que, a su vez, como señala Germán Alarco, investigador de la Universidad del Pacífico, frena a la producción y conduciría al desempleo, en vez de ser una plataforma para la protección del empleo formal.
Ahora, ¿hay intentos de mejora en la aplicación de la suspensión perfecta de labores? Desde los últimos meses, se ha buscado implementar propuestas complementarias para paliar las consecuencias del cese del pago de sueldos, como los subsidios del Estado. El efecto de este subsidio, otorgado a través de bonos de 700 soles en el mes de agosto, sobre la masa de trabajadores, no resulta suficiente: solo 31 000 empleados fueron aprobados para cobrar esta ayuda estatal, por lo que se deja a una enorme cantidad de trabajadores en situación de riesgo. Con la extensión de la suspensión perfecta, se evalúa la posibilidad de un segundo subsidio.
Aunque se pueda entender de que, efectivamente, la suspensión perfecta y su ampliación son positivas en cuanto protegen la posición de las compañías, como motor del empleo, y a la estabilidad contractual de los puestos de trabajo, es también, como señala Jorge Castillo, coordinador general de la Gaceta Jurídica, hay que saber ubicarla y evaluarla en el marco de una economía altamente informal, con poca capacidad de absorción de la mano de obra y un bajo control de los procedimientos dentro del mercado laboral, por parte de la Autoridad de Trabajo, de modo que los métodos de aplicación de esta medida estén orientados a la eficiencia en este contexto o, en caso de no ser suficiente, cambiar la estrategia abordada para la protección del empleo formal.
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