Vinos, piscos y mucho más

Sommelier Giovanni Bisso

Gastón Acurio “revolucionó” el Valle de Uco de la mano de Zuccardi

Generalmente las revoluciones se libran a través de las ideas, en ocasiones en un campo de batalla o en ámbitos políticos o estudiantiles, pero para el chef peruano, Gastón Acurio, la revolución pasa por la cocina. Porque a través de sus platos ha sabido decir lo que muchos no se animaron, que la cocina peruana en particular, y la latinoamericana, en general, pueden estar a la altura de cualquier cocina consagrada del mundo. Y es justamente, en ese afán por lograr la revolución, que encontró un aliado para dar por tierra a este statu quo gastronómico, en Mendoza, en el Valle de Uco. Ese aliado es Zuccardi.

La bodega mendocina propuso en Altamira, en los confines del Valle de Uco,  un festival gastronómico fuera de lo común, Latinoamérica Cocina”, una conjunción única entre la cocina peruana de Acurio, top 20  de la cocina mundial, distinguido por Le Cordon Bleu Paris ante la Unesco por su contribución a la difusión mundial de la gastronomía peruana; la argentina “universal”, representada por Pablo Rivero, del restaurante y parrilla porteña Don Julio, entre los 50 restaurantes más importantes de América Latina;  Piedra Infinita Cocina, el espacio gastronómico de Familia Zuccardi en su bodega del Valle de Uco y el propio Sebastián Zuccardi, el anfitrión, tercera generación de una familia responsables de poner el nombre del vino argentino en todo el mundo.

Sebastián Zuccardi, Gastón Acurio, Pablo Rivero y Julia Zuccardi

Para el asombro de muchos también fueron invitados celebridades de la cocina Latinoamérica como Harry Sasson, de Colombia, los híper reconocidos Donato De Santis (Cucina Paradiso), Christophe Krywoni (“Bake Off”) y Germán Martitegui (Tegui), entre otros.

Ante la expectativas de amigos que se reunieron para probar las exquisiteces de aquí y de allá, se fueron gestando momentos inigualables, en donde hasta una orquesta con típicas y populares canciones peruanas sonaba al son del fuego que abrasaba la carne y de la alquimia propuesta por el propio Acurio en sus platos: protagonizados por trucha, cordero, conejo, chivo,  la infaltable papa y ese sazón inconfundible de la cocina peruana aclamada por el mundo y que ha puesto a Lima entre una de las capitales gastronómicas del planeta. En detalle, el menú de Acurio en Piedra Infinita obedeció a una cocina peruana de “tierra adentro” –no fue de la partida el tan conocido cebiche-, donde se destacó el picante de conejo con almendras y pistachos, la trucha a la sal con hierbas mendocinas y peruanos con ajiaco de ollucos y papines mendocinos y el Seco norteño de chivo con kabutia y guiso de frijoles y arroz.