En la medida que los fenómenos naturales tienen efectos negativos para el desarrollo, consideramos necesario promover una cultura de la prevención y mitigación del impacto de algún eventual desastre natural. Dentro de ese marco, recordemos que hace pocas semanas Chosica (que formalmente está en el distrito de Lurigancho y pertenece a Lima Metropolitana) se vio severamente afectada por una serie de huaicos que dejaron 9 pobladores fallecidos y alrededor de 400 viviendas afectadas. Lamentablemente, solo tendríamos que retroceder hasta el 2012 para encontrar un suceso similar. Sin embargo, lo anterior es una fracción muy pequeña de lo que enfrentamos como ciudad en caso de un gran siniestro, como un terremoto o un tsunami.
En 2013, Swiss Re, una de las principales reaseguradoras del mundo, publicó el reporte “Mind the risk”, en el que se presentaba un ranking mundial de ciudades bajo amenaza de desastres naturales. Dicho trabajo se focalizaba en los desastres naturales más severos que podrían afectar a 616 de las más grandes áreas urbanas en el mundo y su potencial impacto sobre los residentes locales y en la economía en general. En dicho ranking, Lima se encuentra entre las ocho ciudades más expuestas del mundo a las consecuencias de un terremoto, ya sea considerando el número de personas potencialmente afectadas o el valor de producción perdida en términos absolutos o en relación a la economía nacional (en este último criterio, mundialmente Lima queda solo por detrás de San José de Costa Rica). Apremia entonces el análisis de los mecanismos más eficientes para reducir la exposición a los riesgos de desastres naturales en nuestro país.
Naturalmente, surge la idea de comparar nuestra situación con la de Santiago de Chile, ciudad que ha vivido al menos tres sismos de gran escala (de 7.0 en la escala de Richter o más) en los últimos 30 años, pero cuya exposición según los criterios mencionados resulta menor que la de Lima. En el caso de Santiago, al cierre del 2014, las primas por seguro de terremoto llegaron a US$ 436 millones, lo que equivale a 0.17% del PBI chileno (y si consideráramos el total nacional, dichas primas llegarían a 0.26% del PBI). Nosotros no contamos con desagregación de la información por regiones, pero la totalidad de las primas por este seguro a nivel nacional, que equivalen a US$ 249 millones, representan 0.13% del PBI, exactamente la mitad que en Chile.
Pero ni los eventos adversos se concentran solo en Lima ni pueden acotarse solo a terremotos. La experiencia histórica muestra que estamos expuestos también a eventos como el Fenómeno de El Niño, heladas, friaje e inundaciones, los cuales han impactado en varias regiones del país, siendo -fuera de Lima- las más afectadas Ica, Puno, Loreto, Piura y Cusco.
El 2014 se asignaron US$ 133 millones para proyectos de inversión en el marco del Programa Presupuestal 0068, Reducción de Vulnerabilidad y Atención de Emergencia por Desastres, en el marco del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres, vigente desde el año 2011. Si bien este monto apenas supera la mitad del aseguramiento, el gasto en prevención es clave. La experiencia del sismo de Ica en el 2007 muestra que se destinaron S/. 77.3 millones a proyectos de emergencia para la reconstrucción, pero que si la infraestructura que fue reparada se hubiese realizado con material antisísmico y hubiera recibido mantenimiento adecuado, habrían bastado S/. 2.9 millones para alcanzar el mismo nivel de infraestructura tras el sismo. Según estimaciones de Apoyo Consultoría, el ahorro de S/. 74.4 millones hubiese sido suficiente para instalar alrededor de 8 mil conexiones adicionales de agua y desagüe. Se dice que prevenir es mejor que lamentar; pocas veces la sabiduría popular ha sido tan cierta como en la gestión del riesgo por fenómenos naturales.
COMENTARIOS
Hay muchas ciudades, a parte de Lima que son vulnerables pero sin embargo sus autoridades no lo visualizan y siguen construyendo pistas parques y olvidan obras de protección, ojala reaccionen.
Gracias por tu comentario Carlos. Definitivamente implementar una adecuada cultura de prevención puede marcar la diferencia en momentos tan inesperados como la eventualidad de un fenómeno natural. Mantener a la población informada acerca de los riesgos de su entorno, y los mecanismos de prevención que existen, son algunos de los principales objetivos que tenemos como gremio.
DEJE SU COMENTARIO
La finalidad de este servicio es sumar valor a las noticias y establecer un contacto más fluido con nuestros lectores. Los comentarios deben acotarse al tema de discusión. Se apreciará la brevedad y claridad.