Por Andrew Cheek
Hace varios meses recibí una llamada de mi padre. Respondí de manera típica preparado para la cadena habitual de preguntas. Pero antes de que pudiera compartir con él mi última noticia me interrumpió: “Estuve en un accidente de automóvil…”, me explicó y añadió: “Pero no te preocupes, estoy bien. Sólo unos moretones y raspones, nada demasiado serio. Sin embargo, mi automóvil, ha sido destruido”. El automóvil al cual se refería era su bebé, su diversión de fin de semana, un trozo de metal comprado tres años atrás que él mismo había transformado en el vehículo de sus sueños.
A pesar de que la pérdida del automóvil fue devastadora, la mayor pérdida fue la del sentimiento de seguridad en la carretera. Lo más aterrador de todo fue que el accidente ocurrió a causa de una dama que iba concentrada en su teléfono. Si bien en el momento del choque yo me encontraba sano y salvo en la biblioteca el accidente me dejó perplejo. Lo que alguna vez consideré un acto mundano, el de ponerse frente al volante, se transformó en un constante recordatorio de que en cualquier momento podría ser golpeado por un conductor distraído, quedar seriamente herido y hasta morir.
Como jóvenes, a menudo sentimos una falsa sensación de invencibilidad al volante. Pero debemos recordar que estamos navegando con un trozo de metal de casi mil kilos y que no importa qué tan invencibles nos sintamos pues no lo somos en absoluto.
Si cada conductor dejara su teléfono celular, bajara su música, mantuviera sus ojos en la carretera y estuviera atento a su entorno los accidentes de tráfico y el número de víctimas mortales disminuiría. Pero ¿cómo podemos animar a los conductores a que adopten estos comportamientos? Hablando sobre ellos. Por ello los invito a participar en el Proyecto Luz Amarilla. Haz un video, gana un premio y salva una vida.
Gracias al apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, de MTV y de la Federación Internacional de Automovilismo el Proyecto Luz Amarilla LAC es una gran oportunidad para difundir conocimiento sobre la seguridad vial y hacer que nuestra región sea un lugar más seguro. Desde el inicio de esta campaña he comenzado a notar los errores de conducción que cometemos muchos jóvenes.
Al participar puedes ayudar a proteger a tus amigos, a tus hermanos, a tus compañeros de clase, a tu región y a ti mismo del mayor asesino de jóvenes en Latinoamérica y el Caribe: los accidentes tránsito. Únete a mí hoy.
Esta columna fue publicada originalmente en el blog Moviliblog del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
COMENTARIOS
Estimado Andrew:
Me parece una excelente iniciativa, para que las personas tomen conciencia del riesgo que corren cuando no usan las medidas de seguridad o, en su defecto, deciden hacer carreras con sus autos, hablar por celular sin valorar su vida ni las de las demás personas.
Considero que debemos ser conscientes de que el hecho de tener un brevete no te hace invencible, te hace responsable.
Saludos,
Karina G.
Realmente el Perú necesita este tipo de columnas y sobre todo las iniciativas de concientización que mejorarán la actitud de las personas.
Muchas gracias, Proyecto Luz Amarilla.
Lo que al país le hace mucha falta es implementar un curso de seguridad vial y tráfico, y en todos los niveles educativos adecuados a las edades. Por ahí podemos comenzar. Solo es el inicio.
Que grave puede resultar una distracción de segundos en contestar una llamada o sintonizar la música de nuestra preferencia al estar al volante, esta aparente e inofensiva distracción, puede ser letal y fatal para la vida de una persona inocente que puede ser impactado por otro vehículo por la irresponsabilidad de otra persona y, lo más grave, que le puede costar la vida. Es vital para todos que tomemos conciencia, esta iniciativa es muy valiosa, puede evitar accidentes con resultados trágicos.
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