El contexto actual brinda un escenario adecuado para hacer negocios de creciente fragmentación y complejidad en muchos sentidos. De ese modo, los directorios de las empresas tienen como principal responsabilidad la búsqueda, identificación y ejecución de estrategias empresariales que sean coherentes y consistentes, acorde con la realidad de hoy en día.
Sin embargo, situaciones como las siguientes dificultan el propósito en mención:
1. La inestabilidad local, relacionada con temas políticos y sociales que alientan la incertidumbre económica.
2. La inteligencia artificial generativa (GenAI), que está revolucionando los esfuerzos de transformación digital en las empresas y se encuentra lista para impactar el alcance de casi todas las actividades empresariales.
3. Proyectos importantes que, de manera definitiva, impactarán no solamente nuestra economía, sino también la de la región, como el mega puerto de Chancay, que debe entrar en operaciones a fines de este año, la ampliación del aeropuerto y la construcción del metro; por mencionar los más resaltantes.
4. La inestabilidad global (violencia en Medio Oriente, la interminable guerra de Rusia contra Ucrania), está obligando a los líderes empresariales a reconsiderar alianzas y rehacer las cadenas de suministro.
Todo lo mencionado genera incertidumbre y, por lo tanto, implica una gestión integral de riesgos cada vez más madura y evolucionada. De ese modo, el gobierno corporativo respectivo debe seguir el ritmo y ser el adecuado, así como un oportuno articulador de las piezas del mosaico que cambian constantemente. Por su parte, los directores tienen que abordar temas recibiendo información de más partes interesadas.
En ese sentido, reguladores como la U.S. Securities and Exchange Commission (SEC por sus siglas en inglés), la Unión Europea y la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), entre otros, exigen una mayor responsabilidad de las juntas directivas y transparencia corporativa. Así, los accionistas aprovechan su influencia a través del activismo para iniciar cambios y los clientes obligan a las empresas a reconsiderar sus modelos de negocios.
Por otro lado, hay una creciente reacción contra las iniciativas ESG (criterios de desempeño e impacto empresarial en los ámbitos ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés), donde los críticos argumentan que estos esfuerzos priorizan las preocupaciones sociales y ambientales sobre el valor para los accionistas. Esto añade otra capa de complejidad al gobierno corporativo, puesto que las empresas deben afrontar las expectativas y demandas de diversas partes interesadas y, al mismo tiempo, garantizar la sostenibilidad y rentabilidad a largo plazo.
Acciones a tomar en cuenta
A pesar de todo, los líderes empresariales esperan que sus juntas directivas vayan más allá de las funciones y conocimientos tradicionales. Con las presiones, los cambios en el panorama y la urgencia de adaptarse o quedarse atrás, los ejecutivos esperan que sus juntas directivas puedan ofrecer mayor orientación, liderazgo y conocimiento en áreas emergentes como lo digital, GenAI y/o los aspectos ambientales/de sostenibilidad; no obstante, por falta de interés/conocimiento, esto no siempre se logra.
En ese sentido, de acuerdo con lo indicado en la “Encuesta Anual de Directores Corporativos 2023” de PwC, es fundamental que los directores se mantengan al tanto de las tendencias actuales y la evolución general de los negocios, con el fin de que la estrategia de la empresa siga siendo sólida y acorde a sus necesidades actuales. En esa línea, pueden mejorar sus conocimientos asistiendo a conferencias y talleres e interactuando con expertos de la industria sobre los cambios y riesgos que podrían tener en cuenta.
De lo dicho en el párrafo precedente, se desprende que los directores deberían ir más allá de la sala de juntas y cultivar relaciones más significativas con toda la alta dirección, no solo con los directores ejecutivos y directores financieros. Muchos presidentes de comités ahora realizan llamadas periódicas con funcionarios relevantes antes (e incluso fuera) de los calendarios de reuniones de la junta directiva y de los comités. Asimismo, programan reuniones individuales con diferentes ejecutivos para establecer conexiones personales; esto para obtener una comprensión más profunda de los asuntos relevantes de sus áreas específicas de la empresa.
Además, se sugiere solicitar asistir a reuniones departamentales o participar juntos en eventos de la industria, ya que estas oportunidades pueden ayudar a forjar relaciones más sólidas y facilitar la colaboración. Al realizar estas actividades es muy importante no caer en el micro management, que lejos de ayudar y aportar a la relación director – ejecutivo, logra el efecto contrario. Por otro lado, los directores deben mejorar las habilidades en áreas emergentes de supervisión que exigen innovación y visión estratégica. Esto es especialmente fundamental para aquellos que no se desempeñan activamente como ejecutivos.
“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino.”. (Gabriela Mistral).
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