En esta época en la que cada uno juega con sus colores, tira para su lado, se rasca con sus propias uñas, defiende sus ideas y denosta a las demás, recordé una palabra muy manipulada y mal entendida: empatía.
Empatía siempre me pareció una idea que, por ser usada para casi cualquier cosa, llegó a ser gelatinosa, un comodín para declaraciones de buenas intenciones, estrategias, conversaciones, un puerto seguro para cuando fallaban las conclusiones o los argumentos. Esto sucedió “por falta de empatía”, “porque eres poco empático”, “porque deberíamos empatizar más”.
Acotando, la empatía es la capacidad de comprender y compartir sentimientos con los demás (1). Si le quitamos el signo a la definición, la empatía es una habilidad humana que puede generar emociones positivas o negativas. Un ejemplo es cuando alguien afortunado es empático con otro menos, lo cual genera compasión que puede llevar a la caridad. En cambio, un ser desdichado puede ser empático con uno afortunado, lo que puede generar envidia que lleva al robo. Un sentimiento de injusticia puede generar violencia y uno de superioridad abuso. La empatía no tiene por qué se buena, solo es.
Prefiero este enfoque, porque muestra las diferencias y distancias reales que existen entre las personas y los esfuerzos que deben realizar para acercarse mutuamente. No es lo mismo que yo sienta y entienda al otro desde mi lado y tomar posición a que entienda qué siente el otro por mi o por una situación determinada. Para conocer la brecha real y actuar de forma efectiva debo reconocer ambas, porque la idea es que la empatía no solo se quede en los niveles emocionales personales, sino que esa emoción y nuevo conocimiento de la situación del otro permita tomar acción y producir un resultado de mejora o corregir un problema real de forma efectiva.
Si, estoy pensando en los conflictos como las guerras o las peleas ideológicas y pienso que quienes manejan esas situaciones han clausurado su capacidad empática dejando libre sus pasiones e intereses.
Cuando hay disposición a la empatía, hay disposición a una comunicación efectiva. La vieja fórmula de emisor, canal, mensaje y receptor se activa porque la empatía permite ponernos en el lugar del receptor y dirigir el mensaje a través de los canales y formatos correctos para generar el efecto deseado. Las preguntas ¿desde dónde se debe ver al otro? ¿desde qué lugar voy a entenderlo: ¿desde ideas inmutables, desde una tabla rasa, desde un marco considerado como superior, desde su posición?, ¿mis creencias y prejuicios condicionan la comprensión del otro? ¿estoy dispuesto a dejar esas creencias y aceptar las suyas para comprenderlo?, entre otras, se convierten en fundamentales.
La necesidad de empatía es tan natural como la necesidad de socializar, competir y cooperar. Proviene de una capacidad llamada “qualia” (2), que es que la experiencia subjetiva sobre la cualidad de las cosas, esto quiere decir lo caliente del fuego, el azul del cielo despejado, el blanco de las nubes, la transparencia del aire, lo ácido del limón, la repugnancia frente al sabor de lo podrido, todos estamos de acuerdo en lo picante que es el ají, aunque a unos les guste y a otros no. Estas experiencias son irreductibles y pueden variar un poco entre persona y persona (por ejemplo, el umbral del dolor físico hace que algunas cosas dolorosas duelan más a unos que a otros), pero todos estamos de acuerdo en los efectos que producen. Así, como existe esta convención natural con interpretación subjetiva, la empatía nos permite encontrar puntos comunes de compresión y emoción con-el-otro.
El asunto principal y central es que la “qualia” no nos quita energía y la empatía sí y cuando algo nos pide algún esfuerzo, le hacemos el quite. Es más fácil y cómodo seguir nuestras pasiones e intereses que lograr consensos y una relación win-win. Aquí sugiero leer mi artículo anterior, sobre todo lo relacionado con las consecuencias de las relaciones entre personas (3).
En resumen, la empatía es una habilidad humana que puede accionar consecuencias de diferentes signos (positivas o negativas), es natural a nosotros, como la qualia, requiere de energía para producir un efecto positivo y es fundamental para una comunicación efectiva.
(1) Definición de empatía en: https://www.unodc.org/unodc/es/listen-first/super-skills/empathy.html
(2) Definición de qualia en: https://es.wikipedia.org/wiki/Qualia
(3) Relación entre personas en: https://gestion.pe/blog/comunicacion-en-movimiento/2023/09/la-realidad.html/
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