En mi experiencia como emprendedora he podido notar el valor del talento, con independencia de las etiquetas y la verdad, cada vez más creo en el talento de universidades nacionales, de provincias, de profesiones y carreras distintas, de estudiantes de educación adulta, de emprendedores que trabajan/estudian, de los que tienen maestría de la vida y sobretodo del talento joven con la suficiente actitud para hacerse notar (con humildad y compromiso) a pesar de no tenerla fácil.
Creo firmemente que uno no es su curriculum, sino su trabajo como Seth Godin lo planteó. Eso lo reforcé ayer al visitar la Universidad Nacional de Ingeniería en el Congreso de Estudiantes #CONEGP que aglutinó a jóvenes de diferentes instituciones públicas del país (Tacna, Cuzco, Huancayo, Piura, etc). Noté muchas almas inquietas, curiosas y con ganas de emprender, que es lo mismo que veo en mi equipo de trabajo de la consultora con jóvenes de la Universidad Nacional del Callao, la UNI y de diferentes partes del país. Empiezo a sentir que esta nueva generación tiene el talento y la actitud necesaria para destacar aunque muchos adultos o empresarios no lo vean así. Creo que a veces confundimos la “natural rebeldía” del joven (que es una etiqueta con la que les gusta presentarse) con su verdadera esencia. Muchas veces nos quedamos con la etiqueta (o el uniforme) y no vemos lo que oculta detrás.
Hace unos meses atrás, mi equipo y yo teníamos un encargo de revelar los insights y potencial estrategia de marketing para un instituto técnico profesional y nos pusimos manos a la obra para conversar con muchos jóvenes en tres ciudades del país. Durante estas jornadas de diálogo intenso e inmersión en su vida descubríamos que mucho de lo que abiertamente mis compañeros y yo pensábamos inicialmente por estigma o estereotipos se diluía. Como muchos peruanos habíamos configurado una imagen del estudiante de formación técnica debilitada y ciertamente distinta al estudiante profesional universitario. Me equivoqué. Mejor dicho, me caí de bruces. Pude notar jóvenes brillantes con sus manos (que es una cualidad inherente a la condición de técnico) pero también con ideas, decisiones y proyectos desafiantes que inclusive retaban al universitario promedio. “Dime que no, para convencerte que si” era la voz de muchos de ellos; mientras otros reclamaban “Hice esto porque me dijeron que no podía hacerlo”. Simplemente quedé fascinada. En verdad descubrimos que tras el uniforme, la apariencia callada y la actitud algo recelosa inicial se escondían grandes agentes de cambio. Incluso alguno de ellos había subido a youtube un Rap que contenía la siguiente frase gloriosa: “soy senatino, soy extraordinario, soy el que le quitará trabajo a un universitario”. PLOP. Realmente no pude esconder la cara de vergüenza, y es la misma cara que entiendo tienen muchos profesionales y empresas cuando en abierta discriminación escogemos a candidatos para nuestras empresas de universidades tradicionales, prestigiadas o centros educativos que se nos presentan “conocidos o seguros”. Y lo digo con firmeza de ser emprendedora y ejercer el cargo de empleadora también.
De hecho en mis inicios como emprendedora solía reclutar y dar preferencia a ciertas carreras, universidades y perfil profesional en mis requerimientos de selección de personal. Me equivoqué. Y lo digo con todas sus letras. Me equivoqué mal, y no porque el talento de estas instituciones sea inadecuado (para nada!) sino pues que tal vez no estaba midiendo con la “misma vara” a todos los candidatos, o tal vez, estaba dejándome llevar por la etiqueta y no la persona. Lo reconozco. Soy egresada de la Pontificia Universidad Católica del Perú y tengo un gran orgullo por esta institución. A mis amigos les digo que soy “ardilla corazón” (los de la PUCP me entenderán) y he sido profesora de pregrado como alumna de esta universidad durante años, como egresada de postgrado (MBA) también. Pero debo ser honesta, hoy el talento para mí no tiene etiquetas, ni banderas, ni preferencias. Hoy el talento está en cualquier lado, y lo más probable donde menos te lo imagines. El talento de hoy puede venir en forma de adulto, joven o “adolescente incomprendido con ideas brillantes”. El talento hoy puede venir de una carrera tradicional como el derecho, la medicina o ingeniería o bajo la forma de una profesión aún en ciernes y con alto potencial como la psicología del consumo (la dictan en ESAN), o administración de negocios turísticos y hasta chef con inquietudes en el marketing y los negocios (tengo en mi equipo a un profesional así y la verdad aporta muchísimo). En general, el talento viene hoy de cualquier lado y cualquier lugar.
Pero quizás lo que más me ha sorprendido en los 8 años que tengo de emprendedora, es el valor de las universidades nacionales y los institutos técnicos. Yo misma soy un ejemplo de mixtura profesional. Estudié en la PUCP psicología social y terminé una licenciatura con honores, pero al mismo tiempo estudié publicidad en el Instituto Peruano de Publicidad. Durante 3 años de mi vida estudiaba en AMBOS lugares al mismo tiempo con el consiguiente cambio mental que ello representaba. Salía de Pando-San Miguel para irme a San Isidro, allí nomás había una disrupción geográfica y de realidad social evidente. Durante los mismos años salía de estudiar el curso de “realidad social peruana” con Henry Pease (un gran profesor) a estudiar “semiótica y creatividad publicitaria” o “teoría de los medios” junto con profesores que usualmente eran directores creativos o de cuentas de agencias de publicidad, es decir DOERS y estrategas en acción. Creo que aprendí de ambas estructuras mentales: de la teoría, crítica social y la reflexión país en la universidad; y de la práctica, la capacidad resolutiva, la intensidad del hacer y la ejecución en el IPP. No podría ser lo que soy hoy sin haber tenido la formación técnica, y hoy la valoro mucho, como sé que hay muchos técnicos en mecatrónica, metalmecánica, reparación de motores y textil que son muy valiosos en sus puestos de trabajo. Lo sé pues tuve que conversar con muchos empleadores cuando tuve la posibilidad de hacer la consultoría en insights para SENATI. Los gerentes y dueños de empresas industriales me decían que valoraban mucho al técnico pues “daba soluciones” y no sólo análisis brillantes (que por supuesto reconocían también), y que estaban siempre llanos a resolver, hacer y brindar ideas prácticas y muy eficientes. Es más, algún líder industrial de Arequipa me comentó que muchas veces el llamaba a los técnicos industriales antes que a los jefes profesionales en búsqueda de soluciones (aunque por supuesto esto me lo dijo en voz baja). Creo que AMBOS tienen valor, pero hoy el Pareto de la mentalidad nos lleva muchas veces a dejarnos guiar por la etiqueta y no por la persona. Uno es su trabajo, no su curriculum vitae. Lo digo, lo afirmo y lo creo. Solo espero que las empresas y empresarios puedan verlo (reconocerlo) también.
Gracias! Cuéntame lo que piensas tú.
COMENTARIOS
Si tu curriculum es una farsa y no describe tu historia de vida, donde tu trabajo y logros se vean reflejados, entonces estaría bien esa tesis. Se supone que eres honesta y tu curriculum es tu carta de presentación ante la sociedad.
Extraordinario comentario, enaltecedor, quisiera poder reproducirlo al mundo tan lleno de etiquetas, paradigmas y complejos, el talento, la creatividad, está en todo lado, es cierto que Universidades e Instituciones de prestigio, allana y facilita el mundo a aquellos que tuvieron la suerte de estar allí, pero que eso cierra el camino a otros, es totalmente absurdo y profundamente discriminador, el talento, la inteligencia, la voluntad, de las personas, está en ellas, no en las organizaciones, son ellas quienes las hacen a estas. Agradecido por un testimonio tan valiente y sincero, valió la pena leerlo.
Saludos
1) “Uno no es su curriculum, Sino su trabajo”. Me gusta la frase ya que es una realidad muy cierta. En la actualidad muchas empresas no se atreven a trabajar con (estudiantes de educación adulta – estudiantes con maestría de la vida – jóvenes que buscan hacerse notar a pesar de no tenerla fácil), sin embargo se ha demostrado que muchos de los ya mencionados tienen ideas, decisiones y proyectos desafiantes que inclusive retan al talento universitario promedio.
2) Realizando una evaluación psicológica observando la actitud, las ganas de aprender y progresar del trabajador.
3) Es muy cierto lo que comenta mi compañera Jackeline ya que existen muchas personas exitosas que no fueron profesionales, pero llegaron a sobresalir por su actitud.
Efectivamente, uno es su trabajo y no su CV debido a que el CV no puede aglutinar todo lo que representa una buena experiencia laboral, un profesor de DBM(programa de recolocación) me decia, un buen trabajo es mejor que una maestria ¡¡ y es cierto, una experiencia laboral exitosa significa no solo la aplicación de conocimientos sino el manejo de equipo humano lo cual es bastante dificil si uno no tiene las habilidades para hacerlo. Yo tambien estudie el la PUCP, Ingeniería Mecánica sin embargo gire al area comercial especificamente en la venta de productos para empresas, lo que llaman B2B (Business to business en ingles) y me fue bien porque me sirvio de mucho mi base tecnica como Ingeniero para entender como funcionan los productos y ademas un maestria en ESAN de Administración de negocios (MBA) en ESAN.Todos estos estudios y mi voluntad de progresar me permitieron lograr experiencias laborales exitosas y al final eso es lo que hacen las personas que menciona Cristina Quiñones, por medio de su voluntad de querer ser más, aplican sus conocimientos en el logro de objetivos laborales produciendo experiencia exitosas.
Que bien que alguien muy bien preparada, entienda esto, en realidad el día que el empresario se de cuenta, este país cambiara, por que un profesional universitario o técnico debe estar en el lugar que le corresponde, no se trata de dejar de lado a uno u otro, por diversas “etiquetas”. Te digo que el “genio” esta donde el quiere estar, nunca estará, donde lo quieran encontrar.
Lo mejor que he leído en bastante tiempo Mientras hay gente que se conforma y quiere engancharse al sistema (haciendo huelgas y apelando a derechos ganados, entre otras perlas) para seguir haciendo los mismo que los anteriores, hay gente que quiere salir adelante HACIENDO y en ese camino lucha contra estereotipos, barreras culturales, presiones familiares, etc.
Hacer siempre va a ser más importante que parecer. Muchas gracias por el artículo, me ha parecido muy interesante y bueno para reflexionar
Cristina, aplaudo tu articulo lo leí completo, totalmente de acuerdo contigo, yo estudie en una escuela técnica y luego continué en la universidad, y efectivamente la tecnica se convirtio en mi potencial mas preciado, por motivos x no tengo mi titulo de contadora publica, sin embargo mas de una vez he comprobado lo que tu dices lo mas importante es el desarrollo de mi trabajo mas que un titulo, te abre puertas si, pero no basta para mantener un puesto.
Srta Cristina, Ud. no ha podido ser más clara, saludo su valiente comentario, porque en nuestro medio la mayoría de empresarios ( o negociantes ) le dan valor a la etiqueta., como dirían los jóvenes ; Ha dado justo en la yugular. Gracias.
Tienes mucha razón y comparto tus ideales como estudiante del 5° año de secundaria (Bachillerato Internacional) del Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú COAR-LIMA.
Pero si esta realidad es muy latente en Perú; suelen ajustarse a esquemas pre-elaborados y en la búsqueda de talentos optimizan hacia abajo; y muy proclives a lo foráneo, a la apariencia y no a la esencia;otro detalle que se observa es: el desperdicio de la creatividad, del esfuerzo, en la búsqueda de innovación y mejora se tienen que dejar de lado prejuicios: serrano, cholo, negro, universidad nacional, instituto, apellido, lugar de domicilio, edad, etc.
Recuerden que “lo esencial es invisible a los ojos”..
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