el vino de la semana
La Estrella de la Ribera del Duero
Hoy probé una magia líquida, una edición limitada, botella numerada, llena de emoción tánica y largo final sedoso. Me hizo recordar mi último viaje antes de pandemia a Ribera de la Duero. Una conexión especial con ese lugar tan único, al que visité en el año 2000 y recientemente fui invitado por el consejo regulador.
Hoy degustamos Portia, 2018, edición limitada, de solo 3850 botellas al año, me bebí dos botellas como transfusión de sangre. No podía parar de beberlo, de compartirlo y sentir. Decantado con cristal Riedel Curly y saboreado con buenos amigos. Gran Bacchus de Oro 2021, Gran Oro en el Mundus Vini y tantos reconocimientos mundiales.
Un tempranillo, añejo único, que en sus recién 95 puntos y medalla de oro en Decanter, un sueño terciopelo que hace mucho no sentía.
Portia es una bodega diseñada por el afamado y prestigioso estudio de arquitectura Foster & Partners. Un proyecto arquitectónico espectacular, un símbolo de vanguardia y futuro. Una estrella de tres puntas en el corazón de Ribera del Duero.
Luz, materia y alma, un ícono de la arquitectura del mundo del vino. Acero, madera, hormigón y vidrio, su diseño aúna el equilibrio de los materiales con las formas, de la arquitectura con el paisaje y de la tierra con el cielo. Bodegas Portia, un símbolo y una certeza.
Inaugurada en octubre del 2010 su creación es el proceso pausado de materializar una idea, ponerle cimientos para que se sostenga en el aire. Aquí surge de la tierra lo que es el cobijo, el habitat y la antesala de los vinos que en ella se elaboran. Su impresionante estética y su arquitectura se conjugan a la perfección con la personalidad de sus vinos, de estilo moderno, de gran potencia, riqueza y elegancia.
Bodegas Portia posee 160 hectáreas en la zona de Roa, Gumiel de Izán, Villanueva y Gumiel de Mercado. En el corazón de la Ribera del Duero. La tierra es la esencia, tierra en la que nacen sus vinos, vinos con temperamento y personalidad. Tienen un perfil aromático intenso y tonos violáceos, en boca son untuosos y suaves como consecuencia de su clima extremo con heladas otoñales e incluso primaverales, e inviernos crudos y largos.
Y entre sus pagos destaca un viñedo excepcional Finca La Encina, en Gumiel de Mercado, en el “Triángulo de Oro” de la Ribera del Duero. Situada en una ladera con una excelente orientación norte-sur, a una altura de más de 850 metros y dedicada exclusivamente a la variedad Tempranillo. En ella se realiza una agricultura sostenible, con un respeto absoluto a la naturaleza, siendo la propia tierra la que alimenta a la vid.
Las específicas condiciones climatológicas que caracterizan el cultivo de la vid en la Ribera del Duero, tienen gran influencia a lo largo del ciclo vegetativo de las viñas, desempeñando un papel fundamental en el desarrollo de la planta y la maduración de la uva. De esas especiales condiciones depende, en gran medida, la calidad de los vinos obtenidos.
La climatología de la Ribera del Duero se enmarca dentro de un clima mediterráneo cuyo carácter primordial es la continentalidad, un clima extremo: veranos secos, inviernos largos y rigurosos, baja precipitación (400-500 promedio mm/año) y una gran oscilación térmica (de -20º a 42º C). Consecuencia de todo ello es la extraordinaria calidad de la uva, de pequeño tamaño, piel gruesa y maduración perfecta, lenta y tardía.
La cuenca ribereña, formada durante el Mioceno, presenta niveles horizontales, suavemente ondulados, limitados por la erosión diferencial, y convertidos hoy al estado de penillanura.
Se localiza en la gran submeseta septentrional de la Península Ibérica, formada por un gran zócalo antiguo arrasado y, en parte, recubierto por sedimentos terciarios.
Portia es una bodega diseñada por el prestigioso estudio de arquitectura Foster & Partners. Luz, materia y alma, un icono de la arquitectura del mundo del vino.
“El corazón de una flor con tres pétalos”. Foster & Partners
Bodegas Portia es la bodega más icónica de Ribera del Duero, un vínculo perfecto entre enología y arquitectura, una unión estratégica que proporciona el lugar idóneo en el que crear vinos únicos y diferentes, donde se trabaja con una equilibrada técnica y un toque artístico.
Fruto de todo ello son unos vinos singulares, herederos de los valores del Grupo Faustino (orgullo por la tradición y apuesta constante por la innovación, respeto a la naturaleza y el medioambiente, amor por la tierra y el viñedo), y la vocación de acercar arquitectura y enología a través de una experiencia única.
Cata:
Capa muy alta, limpio, brillante, bonito color rubí con evolución granate. En nariz, muy intenso, aromas de especias (clavo, canela), notas de chocolate negro. Recuerdo a mermelada, frutos rojos. Presencia de tostados. Entrada amplia, sabroso, buena acidez, homogéneo, muy suave. Final: Final muy largo. Persisten la fruta y ligeros toques de barrica. Recuerdos de cacao. Goloso y complejo.
Es fácil de maridar con cualquier tipo de carne y setas a la plancha. Algunos pescados de mucho sabor o grasos, como atún o bacalao. Quesos de mediana curación; emmental y gruyere. Pasta con tomate y/o queso. Y de hecho con nuestra gastronomía es un monumento de armonía y complementación. Va bien con nuestra complejidad, fuerza y carácter.
Sommelier Marca Perú
el vino de la semana
José Bracamonte
Gracias por este gran vino bodegat.pe
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