Hace poco conversaba con el propietario de una empresa sobre si el negocio que él tenía junto con 3 socios más podía convertirse en empresa familiar a futuro. Me afirmaba que los conflictos en las empresas familiares eran más complejos, y que felizmente ellos no eran una empresa familiar. Cuando le pedí información sobre su negocio para ver si era cierto lo que me comentaba, me explico lo siguiente:
Son cuatro socios, uno tiene el 50% de las acciones de la empresa, otro tiene 20% y los otros dos tienen 15% cada uno. El que tiene el 50% de las acciones es bastante mayor que el resto, tiene 3 hijos y 4 nietos, ninguno de los hijos trabaja dentro de la empresa. El que tiene 20% de las acciones tiene 4 hijos, dos bastante grandes con un primer matrimonio, y 2 pequeños con un segundo matrimonio. Los dos socios que tenían 15 % eran solteros y bastante más jóvenes, uno de ellos con quien estaba conversando.
Yo le pregunté si habían definido que pasaría el día en que los dos socios con mayor cantidad de acciones decidan retirarse, él sonrió y dijo que ese escenario estaba muy lejano de ocurrir, todos trabajaban dentro de la empresa, tenían una amistad sólida, habían definido tareas para cada uno muy claras que les evitaban conflictos de grandes dimensiones; y los socios minoritarios tenían un gran respeto por sus pares mayores, quienes habían iniciado el negocio.
Entonces le propuse la siguiente situación para su análisis: Los socios principales bordeaban los 60 años, y los socios minoritarios los 40, si por alguna circunstancia de la vida el socio con el 50% de las acciones no estuviera, su propiedad quedaría dividida de la siguiente manera:
Esposa |
31.25 % |
Hijo 1 |
6.25 % |
Hijo 2 |
6.25 % |
Hijo 3 |
6.25 % |
Ahora no tendrían solo que ponerse de acuerdo entre 4, sino que probablemente entre 7, salvo que el socio mayoritario hubiera definido previamente un sucesor dentro de su familia. Si bien la empresa no era familiar, dicho componente está presente en algunos negocios, que tienen ya cierto tamaño, y si no se prevé con anticipación podríamos tener algunos inconvenientes, y podría terminar una empresa No Familiar convertida en una empresa Familiar. Además a nivel de gestión faltaría definir quién asumiría las funciones de esta persona de acuerdo al caso que nos estamos planteando.
Cuando existe mucha diferencia generacional entre los integrantes de una sociedad, siempre es bueno tomar en cuenta el componente familiar, así la empresa no lo sea en sí misma. El futuro es tan incierto que lo más prudente es prever posibles conflictos que podrían generarse por la distribución de la propiedad aunque actualmente las relaciones entre los socios se den de la mejor manera.
COMENTARIOS
las incertidumbres se pueden suavizar, estableciendo reglas y/o políticas en el pacto social de las empresas.
Así es José por eso el mejor momento para hacer un Protocolo es cuando no hay conflictos, o cuando estos son pequeños, esto se da cuando la segunda generación todavía en muy joven aún.
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