Ante cada cambio de las autoridades gubernamentales se insiste en la necesidad de implantar una reforma laboral. Desafortunadamente, no se trataría de mejorar los ingresos y las condiciones laborales de los trabajadores, sino todo lo contrario. La ofensiva ya se inició; participan como siempre las organizaciones empresariales del sector privado, casi todas las consultoras privadas y la mayoría de analistas económicos. El fin de semana pasado el presidente de la mayor encuestadora nacional propuso que el Congreso y el Ejecutivo hagan un pacto político para flexibilizar la legislación laboral para frenar la informalidad. La lista de lugares comunes y comentarios fuera de contexto fue numerosa.
De partida, colocó como ejemplos de flexibilidad laboral y buenos resultados en términos de desarrollo económico a EE.UU. y China. Aquí habría que preguntarnos si estos son los únicos buenos ejemplos y si estas experiencias han promovido el desarrollo humano sostenible. ¿Cuáles son los niveles de ingreso actuales en EE.UU. respecto del Perú? Asimismo, ¿dónde quedaron los países nórdicos y la mayoría de economías europeas?, ¿China es un buen ejemplo de buenas prácticas laborales y adecuadas condiciones de vida para sus trabajadores?
Se repitieron lugares comunes sin evidencia empírica alguna. Se afirmó que los sobrecostos laborales afectan a las empresas formales y generan mayor empleo informal. Según el Ministerio de Trabajo (2017) entre 2007 y 2016 el empleo formal ha crecido en 5.3% anual, el empleo informal en el sector formal aumentó 0.6% y el empleo informal en el mismo periodo varió 0.2% anual. Con esta evidencia queda claro que lo que crece más es el empleo formal y no el informal. Por otra parte, se exageró el rol de un fallo del Tribunal Constitucional de 2002 donde se promovió la reposición en el puesto de trabajo. Hay que recordar que sólo el 36% de los trabajadores tienen contratos de trabajo de plazo indeterminado, mientras que el restante está sujeto a contratos temporales y a regímenes especiales que limitan sus derechos. Se omite que la participación de los sueldos y salarios en el Perú está claramente por debajo de los estándares de la región e internacionales. En el mundo ideal del comentarista el seguro social, gratificaciones, vacaciones y CTS son sobrecostos laborales.
No sólo falla la base empírica de los promotores de la desregulación laboral sino que su enfoque responde exclusivamente a la teoría económica neoclásica donde los salarios son un costo y no fuente de ingresos y demanda. Se repite una propuesta previa a la crisis de los años treinta del siglo XX, nada que ver con la escuela keynesiana. Se olvidan del origen estructural de la informalidad. En fin, pura ideología para defender los intereses de pocos.
COMENTARIOS
Estimado Genaro, sirva mi comentario para reenfocar la verdadera lacra de nuestra actividad económica, en todos los sectores que participan en el PIB.
Debería haber más interés en controlar los Costos Financieros, el amplio sprite, del que gozan y permite la Superintendencia de Control de Banca, en vez de reducir costos de producción vía la flexibilización laboral.
Es necesaria la elevación de los sueldos y salarios, con el debido cumplimiento de las Leyes Laborales, que además redundarán el las jubilaciones y harán bajar la necesidad de informalidad.
La mayor disponibilidad de gasto del trabajador repuntala la actividad económica, de salud e instrucción. Además de las actividades de ocioso y distracción, que dan lugar a cientos de iniciativas.
Hace meses, me prometiste atender este ranking del sprite bancario, donde Perú queda apenas mas corto que Brasil que es el país más desregulado; vs. Chile en que se encuentra mucho más controlado y es bastante menos.
Un financiamiento pre-exportador de 10 puntos mayores en el costo del interés, repercute en salarios que deben ser el 10% de productores similares para alcanzar similares cotizaciones CIF.
Quedo atento a tu siempre valioso comentarios.
Saludos
Rolando
Estimado Rolando: muchas gracias por el comentario. Coincido contigo, los costos financieros son más importantes para muchas empresas que los sueldos y salarios. Los spread bancarios están en niveles record. Saludos cordiales, G.A.
Amigo Germán, tienes razón, “pacto político para flexibilizar la legislación laboral para frenar la informalidad”, no es mas que un subterfugio para mutilar los derechos de los trabajadores con el propósito de aumentar las ganancias empresariales.
Según la teoría económica, el espíritu empresarial es esencialmente la fuente de generación de nuevas funciones de producción y como tal crea nuevas condiciones, o reorganiza las pre-existentes, para la producción de nuevos valores, o para su aumento, capacitando a sus trabajadores para que sean mas productivos y sobre cuyos resultados excedentes ejercer su derecho de apropiación, constituyendo ello su mayor motivación.
Pero ¿ dónde están esos empresarios creativos y emprendedores? Aquí solo se ve a un espíritu depredador que quiere hacer ganancias sobre la base de cercenar derechos laborales, dizque con el propósito de fomentar la inversión y elevar el crecimiento, y con ello combatir la informalidad. Quieren elevar el crecimiento con el sacrificio de los trabajadores y también del Estado, pero ni un sol con la de los empresarios. Es evidentemente una simetría perversa.
Cordialmente:
G. D.
Estimado Gilbert: muchas gracias por el comentario. Totalmente de acuerdo contigo. Efectivamente, ¿donde están los empresarios creativos y emprendedores?
Saludos cordiales, G.A.
Buenas Tardes,
Perú, país con una de las regulaciones laborales mas restrictivas, puesto 129 de 137 países en practicas de contratación y despido, lo dice el ultimo reporte de Competitividad Global: http://reports.weforum.org/global-competitiveness-index-2017-2018/competitiveness-rankings/#series=EOSQ134
Mas evidencia que esa, imposible.
Rigidez ideológica? Creo que el columnista tiene que aplicar ese concepto a si mismo
Saludos
Estimado Cristian: Muchas gracias por el comentario. Son Profecías autocumplidas. Ver artículo adjunto publicado en Diario Uno (29/9/2017, p.9) sobre el tema:
Ranking de competitividad es un instrumento de presión empresarial
Entrevistado por Diario Uno, Germán Alarco de la Universidad del Pacífico señaló que el ranking de competitividad internacional tiene mucho de profecía autocumplida. Al respecto, recordó que más de 3/4 de las variables consideradas se obtienen de una encuesta de opinión que se aplica en cada país, mientras que menos de 1/4 corresponden a datos objetivos de fuentes internacionales, tales como el Banco Mundial, FMI, OMC entre otros. En este informe se consideraron 133 economías, 114 variables y 12,755 encuestas (menos de 96 promedio por país). Asimismo, recordó que en el Perú el responsable de aplicar estas encuestas es el Centro de Desarrollo Industrial de la Sociedad Nacional de Industrias. “Este ranking es más subjetivo que el aplicado por la Escuela de Negocios de la Universidad de Lausana en Suiza, donde la mayoría de variables son objetivas y no subjetivas”. Los resultados de este reporte son diferentes a los del Foro Económico Mundial.
Expectativas empresariales
El investigador anotó que este ranking recoge las expectativas empresariales, más que el real estado de situación de la economía. Desafortunadamente, en el Perú se utiliza como una herramienta de presión empresarial. Al respecto, anotó que el día de ayer estos resultados fueron utilizados por el decano de la prensa nacional y sus medios afines para señalar que es imprescindible desregular el mercado de trabajo, reducir la carga regulatoria a las empresas y hasta reducir las tasa de impuestos que se anota como el tercer problema más serio de la economía peruana. Sobre este punto el profesor de la Universidad del Pacífico recordó que la presión tributaria en 2015 fue de 17%, mientras que el promedio de América Latina fue 22.8% y el promedio de los países miembros de la OCDE 34.3%. En cuanto a la tramitología, el investigador recordó que habría que contrastar estos resultados con el Doing Business del Banco Mundial donde estamos en la posición 54 de 190 economías, esto es en el tercer decil del mundo, cuando en el PBI percápita y en los indicadores de desarrollo humano del PNUD estamos a la mitad del mundo. Por otra parte, llamó la atención como la encuesta refleja los sentimientos y percepciones empresariales al señalar que Argentina ha mejorado su posición global en 12 lugares, a pesar de que los indicadores macroeconómicos, a nivel intermedio y microeconómicos todavía no van bien.
Omiten verdaderos sobrecostos
Según Alarco este ranking no recoge los verdaderos sobrecostos a los que están sujetas las empresas y ciudadanos en el Perú. El sobrecosto energético por no utilizar gas natural (más económico) asciende a 1.4% del PBI; asimismo, los sobrecostos en las cadenas logísticas de comercio exterior ascienden a 1.6% del PBI; y los financieros equivalen al 2.5% del producto, con un total del 5.5% del PBI. Al respecto, recordó que nuestro país tiene los spread (diferencia entre las tasas de interés activas y pasivas) en segundo lugar más altas de América Latina, después del Brasil y compitiendo en esta pésima posición con Paraguay. Este último es un tema importante, pero pocos lo plantean por el poder de las instituciones financieras.
A pesar de todas estas observaciones, el profesor de la Universidad del Pacífico comentó que el mayor deterioro en los pilares de la competitividad fueron en el ámbito institucional, en el entorno macroeconómico, en la eficiencia de los mercados de bienes, la eficiencia en el mercado de trabajo y en el desarrollo del mercado financiero. Hubo algunas mejoras en los pilares de infraestructura, salud y educación, sofisticación del ambiente de los negocios, aspectos tecnológicos e innovación, aunque en este último estamos en la posición 113. por último, Alarco recordó que la competitividad depende no sólo del gobierno e instancias públicas como el Poder Judicial, sino de las propias empresas del sector privado. “El Estado tiene mucho por mejorar, pero también hay mucha responsabilidad en el sector privado por estos resultados” finalizó.
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