No subestimes el Poder de la Motivación en tu empresa
Antes de empezar con éste artículo, quiero dejar muy en claro mi respeto hacia todos los coaches, oradores motivacionales que hayan o no estudiado Coaching per se, porque el solo hecho de querer motivar a alguien me dice mucho de ellos; me dice por ejemplo que quieren cambiar el mundo, a través de cambiar mentes, pero sobretodo corazones y eso para mi es un montón, independientemente de que si el estilo del coach sea el mío o no, me guste o vaya conmigo o no, me da igual, no lo dejo de respetar por la intención de querer hacer un mundo mejor.
No lo podemos negar, ser Coach está de moda y el coaching también y sigue en crecimiento. Es increíble la cantidad de nuevas empresas de Coaching, así como la creación de programas de formación de Coaching por diversas universidades, instituciones, empresas locales, escuelas de negocio en diferentes países por abarcar nuevos segmentos de mercado como es el Coaching como modelo de negocio, con el fin de vender más cursos y así provocar mayores utilidades para la empresa. Así como hay empresas responsables que se encargan de educar y entrenar bien a los futuros <Coach>, están también las empresas que lejos de preocuparse por brindan una buena calidad en la educación del <Ser>, su foco principal es dar la certificación, priorizando el dinero en sí mismo y no el proceso de educar bien a los futuros profesionales. Y ojo, no es que esté mal buscar la ganancia empresarial, ¡para nada!, la crítica constructiva va hacia el foco o la intención.
¿Tener un cartón que dice que eres Coach, te hace Coach?
En mi experiencia de vida, he tenido charlas increíbles y transformadoras con muy buenos amigos(as) que me han resultado, hasta podría decir que terapéuticas, pero eso no los convierte en psicólogos(as) o psiquiatras, ya que no han estudiado para ello ni tienen un título que lo abale, lo entiendo, sin embargo el resultado para conmigo fue el mismo o mejor que el de un psicólogo X. Yo siempre digo que mi mamá es la mejor <Coach> del mundo y no fue a ningún Instituto especializado de Coaching ni le dieron ningún diploma. Decir quién es o quien no es Coach, solamente por un pedazo de cartón me parece debatible, sin ganas de ofender o faltar el respeto a todos los Coaches (incluyéndome) que nos hemos preparado en diferentes instituciones o escuelas de Coaching, en mi caso en el ICF (International Coach Federation). En mi experiencia he conocido personas que se han preparado para ser Coaches, tienen el título (el cartón) y que a pesar de haber también practicado mucho, no tienen ese “no se qué” que conecta con el otro para facilitar su proceso, así como también he conocido gente que no ha estudiado para ser “Coach”, muchas veces porque no tuvieron el dinero en su momento para hacerlo y son excelentes <Coach de Vida> porque saben conectar con la gente, transmitiendo el mensaje de una manera verdaderamente reflexiva y simplemente hermosa, volviéndose en verdaderas leyendas. Definitivamente, considero que hay personas que nacen con el “don” o con el “talento” y que solo necesitan practicarlo y desarrollarlo.
Parte de <Ser Coach> es quitarte el traje del ego al lado y ser humilde para aceptar que no lo sabes todo y que a pesar de haber estudiado mil cursos, mil diplomados, mil métodos, estrategias, dinámicas, etc, sigues en el camino de aprenderlo todo y más. Entonces, independientemente del certificado que tengo que dice que “Soy Coach”, también sé reconocer a un <Coach> sin estudios teóricos, aunque suene descabellado y/o contradictorio. Si comparamos el debate de quién o quién no debería llamarse Coach, lo mismo entonces debería pasar con los grandes empresarios ¿no?; entonces la gente diría sobre Jack Ma:
“No ana, es que él no puede ser rico/millonario ni billonario porque no ha estudiado en una escuela de negocios, entonces no se ha preparado pues, no se lo merece, no se merece llamarse empresario”
Me encanta Jack Ma, porque rompe con todos los esquemas y/o estereotipos de lo que un millonario o perdón billonario de cuna es, y es que Ma representa el fracaso en persona, además de no sabe leer una hoja de contabilidad; sin embargo es lo suficientemente inteligente porque contrata a los mejores contadores de las grandes firmas empresariales para que lean y supervisen su dinero y hagan su tarea. Otro ejemplo como personaje reconocido a nivel mundial que hoy por hoy brinda charlas motivacionales pero que se formó en otra carrera que no tiene nada que ver con el mundo de la motivación es Nick Vujicic, un hombre australiano que sin brazos ni piernas, logró especializarse en Contabilidad y Planificación Financiera, pero que al día de hoy vive como <Orador Motivacional>, viajando con regularidad a distintos píses para hablar en congregaciones, escuelas y grandes congresos.
El cartón siempre es una herramienta, pero no es tu ventaja competitiva. Es lo que HACES con el cartón a través del desarrollo de tu talento, lo que te da el éxito.
Pretender que hay un orden para el éxito es tan absurdo como pretender que exclusiva y únicamente <el famoso cartón> te va a dar el éxito. El cartón es una herramienta, si, pero no es tu ventaja competitiva, es lo que HACES con el cartón a través de tu talento lo que te da el éxito. Métetelo bien en la cabeza, tener el cartón no te hace Coach, TÚ te haces coach en el proceso, el cartón es un instrumento más. Independientemente de la carrera que hayas estudiado, saldrás con un título que no te diferencia en nada de las demás personas que se graduaron contigo. Si estudiaste derecho, serás el n° 3764873648 abogado en el mundo que ha salido de estudiar las mismas técnicas, misma teoría, mismos exámenes. Lo mismo si estudiaste contabilidad, administración, comunicaciones, actuación, música o coaching.
Tu haces al “cartón”, no al revés. Hazte Cargo de ti
Apuesto que hay millones de músicos que cantan mejor que Miguel Bosé y que seguramente han ido a mejores escuelas distinguidas y prestigiosas que el mismo cantante, pero que sin embargo no han llegado ni a la cuarta parte de su éxito o reconocimiento mundial. Lo mismo pasa en el complejo mundo de la actuación, en donde siempre ha existido la eterna duda, ¿el actor nace o se hace? Y como en el deporte, la música o la danza, no hay una respuesta absoluta que aclare la duda. Muchos actores y actrices han aprendido, mejorado y perfeccionado sus cualidades en academias, escuelas o en la propia universidad, pero hay otros que jamás han pisado una escuela de actuación y también han llegado a lo más alto en Hollywood y que claramente se han ido preparando y perfeccionando en el camino. Ejemplo de lo que digo es el mismísimo Brad Piit, Jennifer Lawrence o El ganador del Oscar por la película “Gladiador”, Russel Crove, que tampoco estudió nunca actuación. Lo suyo era innato. Los padres del neozelandés estaban estrechamente relacionados con el mundo de la interpretación mediante su empresa de catering. Desde pequeño se vio atraído por ese mundo y a los 6 años fue cuando apareció por primera vez en televisión en un pequeño papel en la serie ‘Spyforce’. A medida que creció se fue interesando más por la actuación, aunque se negó a estudiar en el National Institute for Dramatics Arts de Sydney, a pesar de la insistencia de sus padres. Pero eso no impidió que Crowe terminase convirtiéndose en un gran actor para convertirse en la estrella que es a día de hoy.
La perseverancia y la actitud ante la vida es lo que te hará grande, no el título ni donde estudiaste
Como en la música, la actuación, en el coaching he escuchado, escucho y lamentablemente seguiré escuchando gente tan tóxica hablando mal del otro (que generalmente es la competencia y que “coincidentemente” está teniendo mayor visbilidad o éxito que tu), diciendo cosas como: “Lo que él(ella) hace es vender humo, no sabe nada realmente”, “qué habrá hecho para estar en donde está” y miles de calificativos más, de colegas hablando o la palabra mejor colocada sería “envidiando” la felicidad y éxito del otro. Me resulta incoherente e irónico escuchar tanta toxicidad de Coaches supuestamente intelectuales y ontológicos, refiriéndose así del <otro>. Recuerdo que una vez no me aguanté y de tanto raje que escuchaba en una reunión, a mi estilo directo y sin filtro le pregunté sin asco: ¿Tanto te jode el éxito ajeno?, a lo que se quedó callado(a), seguramente que la respuesta era afirmativa, pero el silencio lo(a) embargó y el tema quedó ahí. Hasta el día de hoy, Seguimos siendo amigos, pero sabe que conmigo no puede rajar, esta prohibido. Las orejas del <Coach> en disputa me debieron de agradecer, el raje era salvaje y rojo, color que no dudo habrían tenido sus orejas en ése momento. La perseverancia y la actitud ante la vida es lo que te hará grande, no el título ni donde estudiaste, recuerda siempre que tu haces a la universidad, instituto, escuela, etc no al revés. Sin desmerecer a las grandes Instituciones, ellas te podrán dar los contactos, depende de ti conservarlos, ésa es tu chamba , no la de ellos, deja de quejarte, deja de envidiar y deja de ser víctima que no te va. Hazte cargo.
Todos somos espejos, antes de señalar, mira tu espejo primero
Con ésto no te quiero decir que opinar o criticar esta mal, para nada. De hecho, estas en todo tu derecho de hacerlo, pero si lo vas a hacer, hazlo bien, de manera correcta y hasta elegante diría: como te expresas de los demás refleja tu espejo interior y créeme que me he encontrado con tantos espejos rotos que francamente llega a decepcionar. Esta todo bien si no te gusta el estilo o la manera de las <charlas motivacionales> a las que hayas ido, insisto, estás en tu derecho de que te guste o no, pero de lo que no tienes derecho es en desprestigiar el trabajo de alguien que como tú quiere salir adelante. Para crecer profesionalmente, no tienes que necesariamente pisar a los demás ni destruirlos con tu “crítica”, porque seamos claros, hay dos clases de críticas; la primera es la crítica constructiva, en donde se da la opinión sobre la oportunidad de mejora que quieres llegar a transmitir para que desde tu visión, <el otro> mejore y está la segunda clase de crítica que es la crítica destructiva, la que muchas veces es <envidia pura camuflada en crítica>, con el único afán de humillar al otro y dejarlo en el piso sin aire en los pulmones. ¿ Eres coach o dices ser coach ? Si tu único argumento para <Ser Coach> es el cartón, creo que deberías de reflexionar sobre ello y atreverte a ver más allá de lo evidente, empezando por casa, haciendo con el ejemplo, mirando tu espejo, en resumen, empezando por ti.
Criticar y destruir al otro no me hace bien, ni me hace ganar dinero, entonces no lo hago.
Insisto, Tienes todo el derecho de que no te guste tal actor, actriz, coach, comediante, empresario, etc, sin embargo te aconsejo que hablar mal del otro no te hace superior ni te hace tener la razón de nada, independientemente de que la tengas. Nunca olvidaré cuando tenía 21 años y recién me iniciaba en el mundo del stand up comedy, estaba haciendo mi monólogo y recuerdo que no había hecho “mi tarea” (que era aprenderme el monólogo); fueron los 15 minutos más largos de mi vida. Nadie se reía y pensé “Mierda, la cagué”. Para ése público, en ése momento, yo fui la peor comediante de la historia, no conecté, comencé a sudar, al final del monólogo me aplaudieron por pena y tu sientes los aplausos por pena, fue horrible! Gran Lección para mi la del fracaso y humillación para no volver a dejar que eso me pase, es así que me seguí preparando en las canchas de los escenarios del Satchmo, Jazz Zone y la Estación de Barranco para que 2 años más tarde fuese la Campeona de Stand Up Comedy en Lima, haciendo reír a Carlos Alcántara (Cachin) en el público y al recordado y querido Ricky Tosso como Jurado. Nunca nada esta dicho, no subestimes a nadie porque lo único constante es el cambio y depende de uno mismo(a) saber adaptarse a la montaña rusa de los altos y bajos, saber sobreponerse y seguir adelante siempre, aunque duela.
El Dinero siempre viene por default, primero tienes que ser leal con tu misión
Debo de admitir que no fui siempre la mujer que poco o nada le interesaba las etiquetas o los roles de cargos, en el pasado me interesaban y mucho; sin embargo con el tiempo aprendí a hacer menos juicios y conocer a las personas mucho más allá de las etiquetas y no sólo desde la óptica empresarial, sino desde su humanidad, la que me permitió abrir mi mente y mi corazón conectando con la gente. En mi experiencia en el mundo del Coaching Corporativo, aún sigo aprendiendo en mi camino y nunca lo dejaré hacer. Cada vez que La gente me pregunta que dónde puede ir para aprender a ser Coach, antes de darles una respuesta, les pregunto lo siguiente: ¿ Cuál es tu foco, tu intención de querer ser Coach, tu propósito?, si me contestan que por el dinero, me perdieron. A ver, no te voy a negar que no me gusta el dinero, me encanta, de hecho no le veo nada de malo cobrar por tus servicios, sin embargo en mi opinión personal lo que te debe mover para entrar a éste mundo no debe ser el dinero como principal fuente de motivación, si no el ayudar a las demás personas. El dinero siempre viene como resultado. De hecho, hay mucha gente que se me acerca para que les recomiende cual es el mejor lugar para aprender a ser coach y antes de darles el dato, les digo que primero sería interesante que pudieran investigar en paralelo, otras áreas o campos como el clown, la impro o el stand up comedy, ya que si quieres ser Coach para ayudar a otros a conocerse mejor, suena coherente primero conocerse uno primero y el clown es una forma realmente increíble de hacerlo. Hace poco probé hacer clown con nada mas ni nada menos que con una de las mejores payasas que tiene no sólo el Perú, si no me atrevería a decir que el mundo entero, mi genial amiga Wendy Ramos en su Taller <Mondo> en donde reforcé mi ser interior y me atreví a conocerme más. ¡Gracias Wen por formar parte de mi aprendizaje, eres realmente un crack!
No tienes que hablar mal del otro para crecer
Mi función como <Coach Corporativo y oradora motivacional>, es poder facilitar tu proceso de ser más consciente con las cosas que estas haciendo en el hoy (presente) de tu vida, a través de acciones claves y concretas que nos permitan jugar en el inconsciente de tu ser, para reflexionar sobre lo que quieres pero que todavía por alguna razón, todavía no se manifiesta en la realidad. Parte de mi trabajo entonces, es justamente eso, FACILITAR & MOTIVAR a las personas para que ellas mismas se encuentren y puedan encontrar su camino hacia el éxito, sin imponer ni tratar de convencerles u aconsejarles qué “receta mágica” deben de realizar para obtener mi tipo de éxito, ¡NO, NADA DE ESO!, si no que por el contrario, facilito a que ellos(as) mismas(os) encuentren su propio tipo de éxito, su propia felicidad a su manera, a su estilo y ritmo sin juzgarlo, respetando la libertad de lo que ellos elijan para sus vidas. Por ejemplo, cuando voy a dar las Conferencias Power enfocadas a las mujeres, ellas no van porque quieren ser como yo, si no que van porque ellas quieren ser como ellas y aprender a re-descubrirse por y para ellas mismas, para finalmente sacar a la Mujer Power que siempre tuvieron dentro.
La primera vez que me lancé a dar una charla motivacional no era lo que soy ahora y éso que ahora tampoco soy la mejor. Nadie lo es. Para <ser mejor>, que no es lo mismo que <ser el mejor> o <la mejor>, tienes que primero enfocarte en dar lo mejor y nadie da lo que no tiene, por ello es tan importante siempre prepararte en el tiempo y mantenerte actualizado con la coyuntura social, económica, política, cultural porque en mi opinión, todo influye si vas a dar una charla integral, independientemente si vas a una empresa, una ong, un ministerio, una escuela, cualquier lado.
El papel o el cartón resiste muchas palabras, de hecho no siempre el primero de la clase es el mejor, quizás lo sea en ése momento, pero no significa que siempre lo será. Nadie ni nada determina nada nunca y es que la vida es un equilibrio entre el Destino vs el Control aparente del cual estamos invitados a formar parte. Es en la cancha donde aprendes y en la práctica donde te equivocas para seguir aprendiendo siempre. Mis primeras charlas motivacionales nunca las cobré, así como cuando daba mis primeros monólogos de stand up comedy y nunca lo hice por la sencilla razón de que me estaba preparando en la cancha y necesitaba practicar para equivocarme muchas veces. Mucha gente me creía loca y hasta tonta por no cobrar nada y de vez en cuando pasar gorra. Y no se trataba de <mi falta de visión empresarial> en los negocios por no cobrar, era más bien el valor de respeto hacia el público que me escuchaba que no cobraba, porque a pesar de que mucha gente me inflaba el ego de lo buena comediante que empezaba a ser, yo siempre pise tierra y me parecía injusto cobrarle a personas que estaban yendo a ver prácticamente mis ensayos.
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