Escrito por Renato Dextre, alumno de Economía de la Universidad del Pacífico
Actualmente, las economías pertenecientes al Sistema Euro (Francia, Alemania, Italia, etc.) han desarrollado paquetes de estímulo para contrarrestar los efectos de la pandemia. Una consecuencia de esta herramienta es el incremento en el nivel del endeudamiento de los gobiernos, que —si no es manejado correctamente en el mediano plazo— puede generar una segunda crisis económica.
En este artículo se analizan dos experiencias pasadas, en las que esta sub-región de Europa sucumbió a los efectos no deseados de una política expansiva. Y veremos cómo fue limitado su accionar por el hecho de pertenecer a una misma comunidad monetaria; el euro.
Semblanzas con la Eurocrisis post Crisis Financiera Global del 2008
Para Europa, la crisis financiera se puede considerar como un ‘shock’ en el sentido de que estas economías tenían considerables inversiones en Estados Unidos y, una vez colapsado ese país, los efectos se propagaron al resto del mundo. Por ello, una inmediata acción de los gobiernos fue el rescate de alrededor de 200 billones de euros a las principales instituciones financieras de su país.
Sin embargo, se argumentó que, dada la burocracia y la necesidad de contar con un consenso político por parte del Banco Central Europeo, no se tuvo a disponibilidad todos los instrumentos monetarios para afrontar la crisis y encaminar lo más rápido posible a una recuperación económica.
Debido a este retrasado accionar, algunos países tuvieron un proceso lento de resurrección e inclusive otros, luego de estabilizarse financieramente, regresaron a tener recesión. Por ejemplo:
- Irlanda: Luego de registrar un crecimiento del PBI del 2.5% en el 2011, sufrió una desaceleración posterior hasta registrar una reducción en la actividad económica en el 2013.
- Grecia: Con un endeudamiento del 113% del PBI en el 2009 y un movimiento político de descontento social, el manejo de deuda fue insostenible lo cual generó la declaración de default soberano en el 2012.
Semblanzas con el patrón oro durante “La Gran Depresión”
En este escenario, las principales economías de Europa se encontraban regularizadas bajo un sistema similar a la comunidad “euro” denominado “patrón oro”, que implicaba que la moneda de los países podía ser convertida a un valor estándar de oro.
Durante la Segunda Guerra Mundial, varias naciones suspendieron la convertibilidad hasta dar por terminado el conflicto bélico. Al término, la transición de vuelta a este sistema monetario no fue completa porque algunos países decidieron desvincularse del patrón oro.
Los siguientes gráficos permiten visualizar la recuperación post-guerra de las naciones que pertenecían aún al patrón oro (barras azules) y de las que tomaron la decisión de separarse (barras rojas). Se observa que, a diferencia de los países del patrón oro, los países que no formaron parte pudieron escapar del problema de la deflación (fenómeno que implica que el valor de una economía empieza a reducirse en el tiempo) y mostraron señales de crecimiento sostenido a nivel industrial. (Ojo: No significa que esta mejor recuperación se debió a que estaban o no en el patrón, sino que fueron hechos relacionados).
Fuente: Yale University
Estos dos capítulos pueden servir como evidencia para argumentar que el Sistema Euro quizá no sea óptima para todos los países que forman parte de la comunidad. No se discute las ‘bazookas’ de los gobiernos europeos para contrarrestar el panorama económico actual, pero muy probablemente tengan que enfrentar y lidiar con un nuevo desafío de acá a algunos años.
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