Cristian Huicho, alumno de Ingeniería Universidad del Pacífico
En las últimas semanas se ha visto al comercio electrónico como una gran alternativa para la reactivación económica. No obstante, ¿solo se necesita tener un medio digital para comprar y vender por Internet? Para responder esta pregunta debemos tener una visión integral del comercio electrónico, ya que nos permitirá entender los factores que permiten tener una experiencia exitosa de compra o venta de productos.
Antes de dar a conocer estos factores, quisiera acotar que, según el Ministerio de la Producción (PRODUCE), las micros, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) representan el 99.5% del total de empresas en nuestro país y generan el 86.0 % del empleo en el sector privado, lo cual muestra su gran importancia para la economía de Perú. Ya es sabido que muchas de ellas se están viendo afectadas, debido al distanciamiento social que debemos respetar por la pandemia.
Además, debido a la importancia de estos emprendimientos, es necesario encontrar mecanismos alternativos para fomentar su reactivación.
En ese sentido, se muestra como una alternativa la adopción del comercio electrónico. Según la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (CAPECE), al 2019, el e-commerce en Perú representaba apenas un 5% del valor del comercio electrónico en la región de Latinoamérica con $4,000 millones, a diferencia de Argentina que tiene movimientos por más de $8,000 millones.
Al revisar esta data, avizoramos como un gran reto el fortalecimiento de las ventas por Internet. Por ello, quisiera compartir algunos de los factores que se relacionan con las operaciones del comercio electrónico para promover su correcto funcionamiento.
Urgen cambios. En primer lugar, está el tema de la adaptación tecnológica por parte los compradores y los pequeños emprendedores en el Perú. Un estudio de Mastercard reveló que el 94% de peruanos tiene un smartphone; el 83%, una laptop o computadora; y el 34%, una tablet. No obstante, solo el 50% de ellos utiliza uno de estos dispositivos para realizar compras virtuales.
Por otro lado, como menciona una investigación de GfK, compañía de investigación de mercados, el 39% de los peruanos desconfía de la entrega de los productos correctos y en la dirección indicada. Desde mi punto de vista, es acá donde juegan un rol muy importante las operaciones logísticas y las tecnologías de trazabilidad que explicaré a continuación.
Con operaciones logísticas me refiero a los procesos de almacenaje, selección de productos (picking), empaque de productos (packing), despacho, distribución de última milla y logística inversa que hay detrás de cada entrega de un pedido.
Esta es la parte del comercio electrónico que el consumidor final no nota, pero que es clave para asegurar el nivel de servicio ofrecido y para aumentar la confianza en las compras por Internet. Con la coyuntura, estos procesos deben ser cada vez más ágiles, óptimos y seguros sanitariamente, tomando en cuenta el ofrecimiento de costos competitivos de distribución a los consumidores finales.
Punto clave. En ese sentido, quisiera resaltar la existencia de operadores logísticos, distintos a las aplicaciones de delivery, que son especializados en estas operaciones y cuentan con la tecnología necesaria para que el emprendedor y el consumidor final puedan tener la trazabilidad de los procesos por los que pasan sus pedidos, desde que se confirmó la compra.
Una investigación de la Midlands State University (Zimbabue) menciona que una mejora en la trazabilidad de los procesos aumenta en un 36% el performance de la cadena logística.
Otra ventaja de este servicio es que las empresas de logística ofrecen protocolos de entrega para evitar la propagación del coronavirus.
Con estos operadores logísticos, las empresas con volúmenes de venta más altos podrían tercerizar desde el manejo de los almacenes hasta la distribución de última milla y los pequeños emprendedores, el último proceso mencionado, solamente.
Desafíos. Sin embargo, estos operadores también enfrentan grandes retos para descentralizar la distribución de productos por todo el Perú. Por ejemplo, la localización de los domicilios ubicados a lo largo de la complicada geografía de nuestro país. He ahí un reto en el que el Estado podría colaborar para darle mayor usabilidad y utilidad a los códigos postales. Cabe resaltar que, según CAPECE, las compras por Internet están centralizadas en Lima y Callao.
De otra parte, se encuentra el porcentaje de bancarización que existe en el Perú. Según la encuestadora IPSOS, solo el 41% de peruanos es cliente de una entidad financiera. Es en este rubro donde se encuentra otro reto para el Estado porque debería regular a las entidades financieras para que proporcionen facilidades a los peruanos para acceder a productos financieros, como tarjetas de crédito o débito. De esa manera, se facilitarían las ventas por Internet, se evitaría el contacto físico (por el uso del dinero en efectivo), y se tendría mayores datos para analizar el consumo.
Por otro lado, el tema de la seguridad de los datos también es relevante analizar. El estudio mencionado de GfK reveló que el 55% de los peruanos desconfía al brindar los datos de la tarjeta de crédito o débito, lo cual tiene que ver con la ciberseguridad.
En este aspecto, hay que destacar la seguridad que ofrecen las pasarelas de pago en el mercado peruano pues cumplen normas para asegurar la confidencialidad de datos a través del Cumplimiento de la Industria de Tarjetas de Pago (PCI- Compliance). Asimismo, encontramos plataformas seguras que no cobran comisión como Yape, Tunki, Plin y Lukita, con las cuales se puede transferir dinero de una forma rápida y sencilla.
Por último, se encuentra la infraestructura tecnológica que posee nuestro país para proveer de internet a los ciudadanos. Según datos del 2019, proporcionados por el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (OSIPTEL), el Perú cuenta con una penetración de Internet de un 79.2 % en su territorio.
No obstante, como menciona Christian Libaque, profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Pacífico, la infraestructura tecnológica actual está soportando un tráfico de datos de 4 o 5 veces mayor a la que ha sido dimensionada, para lo cual se necesita la instalación de fibras o antenas de telefonía móvil. Ello es otro gran reto para el Estado y los operadores de telefonía.
Oportunidades. Es importante resaltar que el Gobierno, a través del Ministerio de la Producción, ya está tomando acciones para fomentar un ecosistema digital e innovador en nuestro país. Antonella Romero, directora ejecutiva de “Tu Empresa”, comentó que -como parte de la reactivación económica- se está relanzando el programa “Kit Digital” que brinda herramientas, capacitación y recursos necesarios a las micro y pequeñas empresas.
Uno de los pilares de este programa es incentivar la migración del canal tradicional al canal digital, y promover una gestión empresarial adecuada. Un dato importante también es que se tiene una alianza con los principales market places del país, los cuales cobrarán el 5% del valor de la transacción comercial (tarifa por debajo del mercado) a las empresas inscritas en el programa mencionado. Asimismo, este relanzamiento tiene como meta beneficiar a 100,000 MYPES a nivel nacional, en una primera fase.
Por otro lado, existen los Centros de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica (CITE) que promueven la innovación y tecnología en las empresas. Igualmente, encontramos al programa Innóvate Perú que acompaña técnicamente el desarrollo de los negocios y financia su lanzamiento y potenciamiento.
Es relevante difundir a organizaciones como la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (CAPECE) y la Asociación de Emprendedores del Perú (ASEP) que fomentan redes de contacto entre agentes promotores del ecosistema emprendedor y digital, como compradores, vendedores, operadores logísticos, market places, entre otros.
En conclusión, dada la pandemia del coronavirus, el comercio electrónico ha cobrado mayor importancia por sus operaciones que evitan el contacto físico. No obstante, este va más allá de contar con un canal digital, por lo que debemos tener una mirada integral para que todo el sistema brinde una buena experiencia de compra a los clientes finales.
Asimismo, es relevante dejar en evidencia la importante articulación de tres actores relevantes en una sociedad, quienes han sido mencionados a lo largo del artículo. Me refiero al Gobierno, que apoya a los emprendedores a través de las políticas públicas que promueven la competitividad empresarial; la gran empresa privada, cuyo conocimiento y apoyo financiero ayuda al surgimiento de pequeños emprendimientos; y la academia, que promueve la investigación y nuevos conocimientos para poder enfrentar los requerimientos del cambiante ecosistema innovador y emprendedor.
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