Recientemente se han realizado en Lima, en el marco de las actividades de APEC que este año el Perú preside, las sesiones de trabajo sobre Financiamiento y Aseguramiento del Riesgo de Desastre. En dicho taller, diversos países de este foro presentaron sus experiencias sobre el manejo de desastres naturales (terremoto, tsunami, erupción volcánica, etc.) y las lecciones aprendidas. Al respecto, una de las presentaciones resumió algunos hallazgos sobre la contribución de las empresas aseguradoras a la reducción de desastres, los cuales presentamos a continuación.
Establecer precios sobre la base del riesgo es un mecanismo esencial para mitigar el riesgo. Los daños causados por el terremoto de 1994 mostraron que tanto las autoridades como las aseguradoras habían subestimado la exposición de California al riesgo de terremotos. De hecho, tras el evento varias empresas de seguros se retiraron del mercado previendo futuros siniestros. En 1996, se creó la Autoridad de Terremotos de California (CEA) y se estableció un esquema de aseguramiento privado administrado por el sector público que proporciona una cobertura básica. Aunque el esquema es solvente y bien capitalizado, la penetración de mercado se mantiene baja, debido a la persistente percepción de que las primas son demasiado costosas, de que el riesgo de terremotos es bajo y de que el gobierno apoyará la reconstrucción. En consecuencia, existe la preocupación de que California sigue estando subasegurada, dada su considerable exposición a terremotos. Por ello, el gobierno federal ha promovido la adopción de códigos de construcción más estrictos y políticas de uso para los terrenos más sensibles, utilizando los precios como un instrumento de promoción de la construcción en sitios más seguros.
Construir conocimiento sobre el seguro es esencial. El Grupo Noruego para Peligros Naturales (NNPP, por sus siglas en inglés) se estableció en 1979. Se trata de un pool de aseguradoras privadas -solvente y adecuadamente capitalizado- destinado a cubrir las pérdidas causadas por catástrofes como terremotos, deslizamientos de tierra, tormentas, inundaciones y erupciones volcánicas. El NNPP se basa en la inclusión obligatoria de la cobertura por catástrofes naturales en todas las pólizas básicas de seguro patrimonial y alienta a sus clientes a buscar alternativas de cobertura mediante la política de no resarcir daños que puedan ser cubiertos por las empresas de seguros.
Aprovechar la experiencia de la industria en la atención de siniestros. El terremoto y el posterior tsunami de marzo de 2011, el más potente que ha enfrentado Japón, pusieron a prueba al Sistema de Seguro de Terremoto de Japón, una cooperación pública -privada establecida en 1964 entre la industria aseguradora y el gobierno japonés. El sistema está diseñado para proporcionar un rápido alivio financiero post-desastre, evitando los trámites burocráticos usuales en indemnizaciones convencionales. El sistema ha demostrado su eficacia y contribuyó en gran medida al proceso de recuperación: más de 90% de los siniestros reportados fueron resueltos dentro de los primeros tres meses y ninguna compañía tuvo dificultades financieras después del evento.
En balance, lo que muestran estas experiencias es que las mejores prácticas de gestión de riesgo de terremoto y las acciones de recuperación se basan en la coordinación entre sector público y privado, aun cuando las acciones tomadas sean diferentes en cada caso. Asimismo, éstas usualmente cuentan con esquemas de seguro obligatorio o cuasi – obligatorio complementarios a la contratación voluntaria, que sólo se gatillan en caso de catástrofe. Considerando que Perú es un país sísmico, de alta exposición al Fenómeno de El Niño y otros eventos catastróficos, las experiencias reseñadas deben ser tenidas en cuenta por todos los actores involucrados.
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