En febrero de 2016 el Producto Bruto Interno (PBI) creció en 6.04%, lo que significa que la producción realizada dentro del país, aumentó 6.04% comparada con febrero de 2015. Para muchos sorprende la cifra, al igual que la de diciembre de 2015. Sin embargo, hay que precisar que cuando se menciona una tasa de variación, ella es el resultado del comportamiento de los diferentes sectores de la economía, por lo que puede que algunos estén creciendo muy por encima de esa cifra y otros inclusive se encuentren en recesión.
El caso es que en febrero de 2016, el sector que más creció fue minería (23.6%) y ello fue gracias a la entrada en producción de dos proyectos: las Bambas y la ampliación de Cerro Verde así como la continuación de Toromocho y Constancia que entraron en producción en diciembre de 2015. Son proyectos básicamente de cobre, pues en febrero disminuyó la producción de hierro, zinc, estaño, entre otros metales.
¿Qué significa el resultado? En primer lugar, muestra la dependencia de la minería para retomar el crecimiento económico. En segundo lugar, es fundamental diseñar políticas públicas de alto impacto para que el crecimiento minero se refleje en el bienestar de la población. Veamos.
Para que el crecimiento económico, medido por la variación positiva del PBI (que dicho sea de paso, tiene diferentes problemas de cálculo), impacte sobre el bienestar existen dos caminos: el primero es la generación de empleo adecuado; si bien es cierto un crecimiento basado en minería genera empleo, no lo hace en la cantidad que lo hacen otros sectores, aunque ciertamente este aporte no es desdeñable como sugieren algunos. En segundo lugar y aquí está la clave, la minería significa un porcentaje muy elevado de la recaudación tributaria, que es justamente la que permite que el gobierno eleve el gasto público.
En simple, minería financia gran parte del gasto público, que a través del canon y otros mecanismos, provee de liquidez al gobierno en sus tres niveles (central, regional y local o municipal). La llave es que el gobierno “sepa cómo gastar”, de modo que ello impacte sobre el bienestar; sin embargo, si el dinero se pierde, sea porque no se gasta o se gasta mal, de nada habrá servido la recaudación tributaria.
De ahí que a semanas de la segunda vuelta electoral, son fundamentales las propuestas respecto de cómo se va a gastar. El círculo virtuoso entre crecimiento minero y bienestar debe estar en el tope de la agenda de cualquiera sea el gobierno que asuma el poder el 28 de julio. ¿Reforma del Estado como se denomina genéricamente? ¿ ¿Cómo y a qué ritmo? ¿Cómo logramos un gobierno que simplemente funcione? De lo contrario, para crecer seguiremos dependiendo de la entrada en producción de nuevos proyectos mineros, lo que no significa un cambio de tendencia, sino algo solo estacional.
COMENTARIOS
Un gran desafío, sin duda. No basta con crecer, es indispensable promover el DESARROLLO. Mejor educación, más empleo estructural, un estado que funcione como bien señalas. Saludos
Ademas no se si el dinero que se va originar por la producción de mineral de acuerdo a esos proyectos mineros mencionados serán suficiente para que el déficit sea cubierto o al menos se equilibre.
Alguien tiene cifra cuanto representa lo recaudado por mineria vs lo recaudado en IGV?
muy buenas sr. parodi sobre el crecimiento del PBI me explicaria porque el peru a pesar de crecer mas que el PBI chileno inclusive sobrepaso al pais del sur desde el 2011 valor PPA hasta este año se revierten ultimo que esta detras en valor PPA nuestro PBI ?? gracias de antemano por la explicacion
Estimado Profesor: De acuerdo con lo expuesto y extraigo como conclusión que los anti-mineros conspiran contra el crecimiento del Perú. Al atacar el principal motor de la economía están impidiendo la generación de fondos necesarios, indispensables e impostergables, para atender las necesidades apremiantes de gran numero de peruanos. Pero la otra gran conclusión es que el Estado, en su integridad, muestra una gran incapacidad de gestión y por ello conspira contra el desarrollo del país. Si esto es así, ninguna tendencia, ningún modelo económico permitirá superar la pobreza y encaminar a nuestra patria al desarrollo. Tenemos que ser realistas y admitir que nuestro Estado tal como está es una rémora, que crece inorgánicamente creando constantemente nuevas dependencias, plazas que normalmente son otorgadas con criterios politiqueros y que adquieren con el tiempo “estabilidad” insuperable, engrosando las planillas públicas.
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