Más allá de nuestra orientación política,
todos podemos estar de acuerdo en que una prohibición que no logra reducir la
cantidad de veces que se realiza la actividad prohibida carece de algún
elemento esencial de una prohibición. Del mismo modo, más allá de nuestra
orientación política, podemos estar en acuerdo en que se requiere una buena
razón para coactar la libertad de las personas y que -aun si hubiese una buena
razón- no estaríamos dispuestos a reducir una actividad a cualquier costo. ¿Tienen
las prohibiciones de publicidad efectos en el consumo? ¿Existe una buena razón
para prohibir la publicidad del tabaco o fumar en lugares públicos? ¿Los
beneficios de la prohibición superan sus costos?
[Foto por Adrian Sampson de un letrero
en un hotel Hilton: "Sala de no fumadores. Tú querías un lugar para
no-fumadores. Esta habitación quería un huésped que no fumara. Es el destino"]
En el caso de la prohibición
total de la publicidad del tabaco, dado que su demanda es inelástica
(aunque no todas las opiniones coinciden en esto) y su mercado es maduro; los
efectos de la publicidad sobre el consumo están en seria duda. Para no
contarles yo la película, vean el siguiente cuadro preparado por Saffer
y Chaloupka en 2000:
Si bien los estudios -mayoritariamente-
consideran que no hay efecto de la publicidad, hagamos de cuenta que están
divididos. Si están dividimos, antes de saltar en un pie porque se haya
aprobado una prohibición de publicidad en Perú, ¿no deberíamos hacer un estudio
propio acerca de los efectos de la publicidad sobre el consumo?
Prohibición
de fumar en lugares públicos
Aun personas que están en contra de la
prohibición de publicidad, se sienten obligadas a estar a favor de esta otra
prohibición. Entre otras cosas, se cree que esto está justificado por las
externalidades [daños] ocasionadas por el tabaco en los no-fumadores y porque
la prohibición sería económica y socialmente inocua.
En relación al primer punto, se olvidan
del carácter recíproco de las externalidades. El daño del humo lo provoca tanto
la persona que fuma, como la persona que está parada a su costado [por ejemplo,
cuando decide entrar a un bar donde hay gente fumando]. No existe una razón
evidente para preferir a uno sobre el otro [de manera similar al caso del ruido
de Calabresi
y Melamed], más allá de nuestra opinión subjetiva sobre el valor relativo
de los fumadores o no fumadores. Además, se pasa por alto que existe un potencial
árbitro de las preferencias sociales, el cual tiene un método para valorar
-objetivamente- dichas preferencias: los establecimientos o empresas. Son las
empresas las que -a través de las demandas de los consumidores- pueden atender
las preferencias tanto de fumadores, como de no-fumadores. Si no existiese
prohibición, muchos lugares igual podrían no admitirían fumadores, para
salvaguardar a su clientela de no-fumadores [ver: foto de este post, como ejemplo].
No es evidente que esto funcionaría, pero
tampoco es evidente que es una mala opción. Un estudio por Shiell y Chapman sugiere
que la auto-regulación podría tener efecto en las oficinas, pero no en los
lugares de diversión. No pretendo agotar la discusión, solo decir que lo que
para todo el mundo parece ser evidente, en realidad no lo es. Es perfectamente
posible pensar en un escenario donde la auto-regulación de los establecimientos
sea más efectiva y socialmente menos costosa que la regulación estatal.
Nuevamente, ¿dónde está el análisis de nuestras autoridades?
El
costo del tabaco para el Estado
Cuando son cuestionados por el derecho a
elegir de las personas, los defensores de las prohibiciones suelen responder
que el consumo de tabaco ocasiona un costo en salud para el Estado. Uno de los
mayores expertos en regulación económica del mundo, el director del Ph.D en
análisis económico del Derecho en Vanderbilt y ex profesor de regulación
económica de Harvard, Kip Viscusi, puso esto a prueba. Él demostró que el tabaco
significaba, contrariamente a la creencia “popular”, un ahorro para el Estado.
Esto porque las personas que fuman pagan más tributos y porque mueren más rápido.
Obviamente, le dijeron a Viscusi que era un desalmado por hacer ese cálculo, a
lo que él replicó: “son ustedes los que han traído este tipo de análisis de
costos sobre la mesa”. Él solo hizo el análisis más exacto.
El
costo social de las prohibiciones
Cuando se cuestionó
ante el TC peruano la prohibición de fumar en lugares públicos, la Clínica
de Acciones de Interés Público de la Facultad de Derecho de la PUCP, participó
como amicus curiae. Ante el
argumento de que la prohibición representaría un alto costo para los
establecimientos y que afectaría el empleo, señalaron lo siguiente:
“[Las prohibiciones] [t]ampoco afectan
los negocios el establecimiento de lugares públicos cerrados libres de humo de
tabaco. No existe lesión a la libertad de empresa, pues importantes estudios
realizados en Noruega, Uruguay y EE.UU, demuestran que no hay pérdidas
económicas asociadas con estas restricciones, pues en ninguno de los casos en
donde se crearon espacios libres de humo de tabaco disminuyeron los ingresos
del sector de servicios (específicamente en bares, restaurantes y hotelería),
no reduciendo la recaudación de estas empresas”.
Lo cierto es que existen abundantes y
variados estudios que contradicen esta afirmación. La Clínica de la PUCP no
cita ninguno, pese a que está presentando un documento formal ante una
autoridad pública en un proceso judicial. Yo estoy haciendo un post para un blog, sin embargo me he tomado el trabajo de citar algunos que
contradicen la afirmación de la Clínica [miren el final del post]. Los costos no se miden solo en
pérdidas de ingresos y desempleo, sino en efectos no previstos como el incremento
de los accidentes de tránsito debido a la complementariedad del tabaco y el
alcohol o reducción de ingresos en otras industrias. Además, se debe considerar
también el “costo político”. Muchas veces son las propias empresas y los
intereses de los políticos los que explican las prohibiciones, antes que el
interés de los ciudadanos. Un estudio de Jon Nelson demostró que cada vez que
se reducía el consumo de tabaco en un país, también aumentaban las
prohibiciones [citado en un anterior artículo, aquí].
Nuestra desconfianza general en la política contrasta, así, con nuestra
confianza acerca de estas prohibiciones específicas.
Mi intención no es convencer a nadie, no
soy ni activista, ni político. Como dice la descripción del blog, mi meta es llevarlos a cuestionar
lo obvio. Actualmente, en Perú, parece que regular el consumo de tabaco es
-”evidentemente”- algo que debemos hacer. Creo haber demostrado que muchas de
las cosas “obvias” para los activistas o el Estado, en realidad no lo son. ¿Es
mucho pedir que hagan algún tipo de estudio antes de prohibir?
Ahora,
los dejo con algunos de los estudios acerca de los costos de la prohibición de
fumar en lugares públicos:
ADDA, J. S.
BERLINSKI, y S. MACHIN. “Short-Run Economic Effects of the Scottish Smoking
Ban”. En: International Journal of Epidemiology 36. 2007. pp.
149-154.
ADAMS,
Scott y Chad COTTI. “Drunk driving after the passage of smoking
bans in bars”. En: Journal of Public Economics 92. 2008. pp. 1288-1305. En:
http://pdfcast.org/pdf/drunk-driving-after-the-passage-of-smoking-bans-in-bars
ADAMS,
Scott y Chad COTTI. “The Effect of Smoking Bans on Bars and Restaurants: An
Analysis of Changes in Employment.” En: The B.E. Journal of Economic
Analysis & Policy 7. Disponible en: www.bepress.com/bejeap/vol7/iss1/art12.
FLECK,
Robert y Andrew HANSSEN. “Why Understanding Smoking Bans is Important for
Estimating Their Effects: California’s Restaurant Smoking Bans and Restaurant
Sales”. 2006. Disponible en: http://ssrn.com/abstract=929583
DUNHAM, J. y M.
MARLOW.. “Smoking Laws
and Their Differential Effects on the Restaurants, Bars, and Taverns”. En:
Contemporary Economic Policy 18. 2000. pp. 326-333.
CHALOUPKA, F. J. y K.
E. WARNER. “The Economics of Smoking”. En: The Handbook of Health
Economics IB, J. NEWHOUSE and A. CULYER, eds. (Amsterdam:
North-Holland). 2000. pp. 1539-1612.
DEE, T., a. “The
Complementarity of Teen Smoking and Drinking”. En: Journal of Health Economics 18.
1999. pp. 769-793.
DEE, T., b. “State
Alcohol Policies, Teen Drinking and Traffic Fatalities”. En: Journal of
Public Economics 72. 1999. pp. 289-315.
PAKKO, Michael R. “The
Economics of Smoking Bans: Peering Through The Haze” En: The Regional
Economist. 2005. pp. 12-13.
PAKKO, Michael. R. “No
Smoking at the Slot Machines: The Effect of Smoke-Free Laws on Gaming
Revenues”. En: Applied Economics 40. 2008.
PAKKO, Michael R. “The
Economic Impact of a Smoking Ban in Columbia, Missouri: A Preliminary Analysis
of Sales Tax Data.” CRE8 Occasional Report. 2007. Disponible
en: http:// research.stlouisfed.org.regecon/op/CRE8OP-2007-002.pdf.
PALFAI T.P., P.M.
MONTI, B. OSTAFIN, y K. HUTCHISON. “Effects of nicotine deprivation on
alcohol-related information processing and drinking behavior.” En: Journal of
Abnormal Psychology 109. 2000. 96-105.
PHELPS, Ryan. “The
Economic Impact of 100% Smoking Bans.” Kentucky Annual Economic Report
2006, Center for Business and Economic Research, Gatton College of Business
and Economics, University of Kentucky. 2006. pp. 31-34.
THALHEIMER, Richard y
ALI, Mukhtar M. “The Demand for Casino Gaming with Special Reference to a
Smoking Ban” En: Economic Inquiry 46. 2008.
SCOLLO, M.; Lal, A.;
HYLAND, A.; y GLANTZ, S. “Review of the Quality of Studies on the Economic Effects
of Smoke-free Policies on the Hospitality Industry”. En: Tobacco Control 12.
2003. pp. 13-20.
SOLBERG, Christy.
“Effects of Smoking Ban Still Debated”. En: Columbia Missourian. 2007.
En:www.columbiamissourian.com/ stories/2007/09/27/effects-smoking-ban-stilldebated/.
COMENTARIOS
Muy buen post Óscar. Creo que lo esencial, independientemente del tema implicado (tabaco, alcohol, “comida chatarra”, etc), es que antes de proponer regulaciones, nuestras autoridades sean conscientes de los costos y beneficios que ocasionarían en el funcionamiento del mercado y la sociedad, sobre la base de estudios y experiencias en otros países como los que has reseñado.
Pienso que a partir de ese razonamiento (que sería un avance importante a lo que se hace actualmente), se pueden evaluar las diversas opciones disponibles antes de que el Estado decida intervenir en el mercado. Una consecuencia puede ser no hacerlo, pero también hacerlo de manera razonable y proporcional, sopesando los pros y contras de su accionar.
OSCAR:
INTERESANTE QUE DEDIQUES LINEAS AL TEMA TABACO.
A ESTAS ALTURAS, NO HACE FALTA DEMOSTRAR LAS CONSECUENCIAS DEL CONSUMO DE TABACO. HAY MUCHO PUBLICADO, QUIZA DEMASIADO, PERO NO ESTA MAL.
VERAS, ME TOCO LA ENTRADA EN VIGENCIA DE LA LEY DEL TABACO EN ESPAÑA. EL DERECHO DEL NO FUMADOR Y EL DERECHO DEL FUMADOR. AMBOS CIUDADANOS, AMBOS TRABAJADORES, AMBOS CONTRIBUYENTES.
LO COMUN, POR ESOS LARES, ERA FUMAR EN TODO SITIO, A TODA HORA, AL QUE NO LE GUSTABA EL TABACO Y SUS EMANACIONES, COMO SE DICE POR AQUI… “AJOS Y AGUA”, ES DECIR… A JODERSE Y A GUANTARSE.
SIN EMBARGO, LA LEY DEL TABACO, SEÑALO LUGARES PARA FUMADORES Y RESCATO EL DERECHO DE AREAS SIN TABACO. ES UN LOGRO TANGIBLE. EL AIRE NO VICIADO POR HUMO, ES AGRADABLE Y DESEABLE, NADIE PUEDE DECIR LO CONTRARIO.
¿PORQUE DEBO CENAR CON MI FAMILIA, EN MI RESTAURANT FAVORITO Y SOPORTAR HUMOS Y ALQUITRANES DE OTROS COMENSALES?
¿PORQUE TENGO QUE VER EL BARCELONA – REAL MADRID, EN EL BERNABEU, TRAGANDO FUMAROLAS DE TABACO NEGRO, RUBIO, HABANOS MONTECRISTOS, FARIAS Y COHIBAS, DURANTE 120 MINUTOS SEGUIDOS?
ANTES DE LA ENTRADA EN VIGENCIA DE LA LEY DEL TABACO, NO HABIA “OTRA” POSIBILIDAD, HOY SI Y LA GENTE LO AGRADECE.
NO FUE FACIL ADECUAR LOCALES Y NEGOCIOS A LA LEY DEL TABACO, PERO PASADO EL TIEMPO, EL PUBLICO SE ADECUO Y PUDO COMPROBAR QUE LA NORMATIVA NO ES UN CAPRICHO.
HOY EN MADRID, SURGE DEBATE. DENTRO DE POCO, SE INICIAN TRABAJOS PARA CONSTRUIR “CIUDAD DEL JUEGO Y APUESTAS”, AL ESTILO DESIERTO DE “LAS VEGAS”. JUEGO, MAQUINAS, HOTELES, RESTAURANTS, Y TODO LO DEMAS AL RITMO DEL DINERO Y LUCES DE NEON…. UNO DE LOS REQUISITOS DE LOS INVERSORES PARA CREAR CIUDAD, ES QUE PERMITA EL CONSUMO DE TABACO SIN RESTRICCIONES: 24 HORAS AL DIA.
¿CAMBIARA LA COMUNIDAD DE MADRID SU VIGENTE NORMATIVA? DE MOMENTO NADIE LO SABE. PERO COMO DICE EL DICHO: PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO.
SALUDOS. NO SMOKING. KEEP WALKING.
Comprendo el análisis económico que intentas hacer de la situación, pero pienso que no todo puede depender del impacto económico que tiene. El control de la natalidad es una política económica importante, sin embargo, no justifica los abortos selectivos sobre todo contra el género femenino, en algunos países. Mi derecho es un ambiente de tranquilidad y eso implica para mí aire limpio, y suficientemente vulnerado está con la contaminación de la industria, de los autos, de tantas otras cosas, como para no poder ir a comer a un restaurante sin preocuparme por que se activen las alergias que ya me ha generado la contaminación.
Estimado Oscar,
En primer lugar la tabla que reseñas, muestra que TODOS LOS CROSS-SECTIONAL STUDIES afirman que reducir la publicidad si afecta el consumo. Hay una serie de razones por las que los cross-sectional studies suelen ser más robusto que un time series análisis para este caso, aunque son sustancialmente más caros de hacer.
Ahora hay distintos tipos de prohibición a la publicidad, por lo que la “pregunta”/”research question” , la prohibición de la publicidad del tabaco reduce el consumo no tiene una respuesta definitiva.
Es más se puede refinar / dividir la pregunta en varias partes: RQ1: Una prohibición sectorial de la publicidad del Tabaco reduce el consumo (e.g prohibir publicidad en los deportes) ? RQ2 Una prohibición absoluta de la publicidad del Tabaco reduce su consumo ?
Los autores de ese estudio en cierta manera hacen eso, y analizando una muestra de los estudios y los detalles internos de ellos, que la respuesta a la RQ1 es no (para las prohibiciones parciales implementadas).
En cambio muestran que la respuesta para el RQ2 es sí.
Ahora este estudio no busca ser un “systematic literature review” completo. Eso sería el primer paso y hay muy buenos papers y technical reports sobre como realizarlos, para responder a las preguntas. Es más no he buscado, pero me sorprendería mucho si no existe alguno. Si una vez realizado dicho trabajo (o una aproximación / simplificación de él), se encuentran dudas sobre las preguntas cabría realizar un nuevo estudio.
Hola Oscar:
Quería contarte dos experiencias. Mi jefe era un fumador compulsivo que cuando se implementó la ley de no fumar en lugares públicos cerrados y oficinas, ordenó retirar del piso los detectores de humo para que pudiese seguir fumando. Cuando teníamos una reunión donde él participaba, todos teníamos que soportar el humo. En este caso no había alternativa sobre elegir otra sala u otra reunión. Si, podíamos buscar otro empleo (de hecho, un compañero con problemas respiratorios lo estaba haciendo porque el humo permanente ponía en riesgo su salud), pero, comprenderás que no es tan rápida la movilidad laboral. Fue la salud del Jefe quien realizó el cambio. Si quería seguir vivo, tenía que dejar de fumar y ahora la oficina ya no goza de ese olor permanente. No siempre tenemos una alternativa.
Tengo un tío que fue fumador durante la mayor parte de su vida. Ahora tiene más de ochenta años y tiene una vejez muy triste por problemas respiratorios y arteriales causados por el cigarro. No ha muerto joven y tiene una atención de todas las semanas en Essalud debido a las diversas complicaciones. No todos los fumadores mueren jóvenes y si son una carga al sistema de salud.
Un ejemplo no es una regla, lo sé, pero no dejan de existir.
Sobre el derecho de cada quien, tienes razón. Sólo que me parece, salvo me corrijas, que el derecho de muchos (aire sin humo) si debe prevalecer sobre el de unos cuantos (aire con humo).
Un abrazo.
Estimado Oscar, un gusto escribirte a través de este medio. He leído tu interesante post y me he quedado con algunas dudas.
Una primera es sobre el estudio de Saffer y Chaloupka. Encontré el texto (http://www.nber.org/papers/w6958.pdf) y veo que del estudio no se concluye que no hay mayores efectos en debido a las restricciones a la publicidad (aunque generosamente concedes un “hagamos de cuenta que están divididos”). Ellos concluyen, literalmente, que limitaciones de gran alcance en la publicidad tendrían efectos notables en el consumo, si bien pequeñas restricciones carecen de impacto o tendrían uno muy mínimo. Siendo así, me parece que el corolario es que, si se quiere combatir al tabaquismo, los Estados (cuando menos los vinculados al estudio) deben encaminar sus politicas a restringir totalmente la publicidad de cigarrillos. Entiendo que por ello el tema del Día Mundial Sin Tabaco 2013 (31 de mayo) promovido por la OMS fue “la prohibición de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco”. Claro está, la OMS es la más optimista respecto a los efectos de prohibir la publicidad: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs339/es/.
Respecto a la prohibición de fumar en lugares públicos, entiendo que desde una perspectiva liberal cualquier deseo o interés valga lo mismo y, por tanto, se considere que valen igual el que fuma y el que no fuma (asimismo, que cada quien es libre de hacerse daño si le parece). Pero, al mismo tiempo, no veo porqué es criticable que el Estado (que no tiene ningún deber de ser liberal ni promover esta ideología) no pueda desincentivar que la gente se haga daño, sin prohibir que lo hagan. De esta forma, si bien el Estado no puede prohibir a las personas fumar (es un ámbito de libertad intransigible), si puede desincentivar ello (desde su ideología) poniendo límites a la publicidad y a fumar en lugares públicos. Además de esto, incluso para la mayoría de liberales, no todas las actividades importan lo mismo, pues hay actividades que producen daño a terceros (como fumar) y otra que no (pararse al lado del que fuma). En general, es más fácil justificar la limitación de una actividad dañosa para terceros (el principio de “no daño” es prácticamente una regla de oro en la ética) que una que no lo es.
Sobre los demás asuntos, completamente de acuerdo: puede sonar feo, pero no puede alegarse falsamente que se trata de un costo para el Estado si los datos demuestran los contrario; los argumentos (éticos o económicos) van por otro lado. Igualmente, tienes toda la razón en lo central: (1) es necesario desmitificar muchas creencias buenistas (que suelen ser indiscutibles por ser políticamente correctas) y (2) toda restricción a la libertad debe estar sustentada en argumentos suficientes y análisis sobre sus efectos reales.
Saludos ¡y felicitaciones por tu interesante columna semanal!
Oscar:
Mi comentario iba en relación a tu respuesta a Andrea donde cuestionabas la creencia de que el aire libre es un bien superior al aire con humo.
Pero siguiendo tu respuesta: ¿El aire libre de humo es un derecho fundamental? Entiendo que no, entonces la comparación sería la suma de utilidades, por consiguiente las utilidades que produce en la genrte el aire libre de humo frente a la de aquellos que gustan del mismo sería la que definiría qué es lo más eficiente.
Esto se prestaría a muchas especulacionesy formas de medir la misma, pero a ojo de buen cubero.. creo que gana el aire limpio.
Un abrazo.
“Juan Manuel, efectivamente ellos creen que la publicidad tiene efectos. No he mencionado su opinion en mi comentario, sino compartido un cuadro de investigaciones pasadas elaborado por ellos. ”
Sería interesante re-elaborar dicho cuadro, separando los estudios que evalúan prohibiciones sectoriales de la publicidad con las prohibiciones totales a la publicidad del tabaco. Habría que leer los abstracts de cada uno y quizas algunos detalles de cada estudio.
No es su opinión sino su evaluación e interpretación de dichos estudios, lo que los lleva a dicha premisa aunque limitada al caso de prohibiciones totales, muestran detalladamente como llegan a dicha conclusión. Uno puede discrepar de su análisis y argumentación (o no tener el background estadístico/matemático para formarse una opinión sobre su confiabilidad).
Sobre la necesidad de elaborar este tipo de estudios en el Perú, por lo menos para el caso de las prohibiciones totales de publicidad de tabaco no es posible puesto que esta aún no se ha implementado en el perú. Por lo tanto solo cabe ver si es generalizable a demás países los resultados de prohibiciones totales de publicidad del tabaco.
En verdad creo que las leyes anti-Tabaco están más orientadas a apoyar a los que queremos una vida más saludable que ha disminuir el consumo de los ya fumadores, en mi caso estas leyes han cambiado la cultura de la personas que me rodean. Ej.: hace 15 años cuando alguien quería fumar sacaba un cigarro y simplemente lo hacía, donde sea, ahora estas mismas personas se retiran ha un lugar abierto o si ya estamos en un lugar público preguntan antes de fumar. Para mi eso es un cambio tangible que no necesita un studio para comprobarse.
Estimado Oscar:
El Derecho y la Legislación que generan las diversas actividades humanas tienen como materia principal el proteger la persona humana …no se entiende que objeto tendria el legislar en favor de determinada actividad en detrimento de “la persona humana”.
Condensando , condensando.
Yo soy una ferviente defensora del derecho que tiene cada persona de morir como le venga en gana. Si junto con la cajetilla de cigarros viniera un globo para que se lo pusieran en la cabeza y todo el humo les entrara sólo a sus pulmones, enbuenahora…dale, sigan. Pero es difícil dividir el aire ¿no?..y hacer que el humo no invada el espacio de los demás. Lo de la publicidad es marginal son poses “políticamente convenientes”.
Como hija de fumador y desgraciadamente asmática por ello, (pues me fumaron en la cara casi todos los días de mi niñez y tuve la mala suerte de que me afectara), creo que en este caso lo que se sobrepone es mi derecho de escoger cómo quiero morir….y no es precisamente por una enfermedad respiratoria.
Lo mismo pasa con el ruido..genera stress…si alguien quiere ponerse audífonos a todo volumen y quedarse sordo por ello o no dormir….es su derecho, yo no se lo voy a prohibir…. Pero cuando decide “compartir” sus costumbres, invade mi derecho al silencio…lo mismo que el humo, el sonido viaja y no puede limitarse.
Ese creo yo es el punto.
En cuanto a las empresas, es complicado de aplicar, es más antes de la ley abundaban las zonas para fumadores al lado de las de no fumadores. Hubiera requerido de una presión ciudadana más fuerte e informada (por lo menos en el Perú).
Complicado de trazar los límites ¿no?.
El no fumador tiene derecho al “aire puro”. Ejerce su derecho sin afectar absolutamente a nadie.
El fumador tiene derecho satisfacer su vicio. Ejerce su derecho generando impacto en los demás.
Por qué para el estado ambos “derechos” deberían valorarse igual??
Oscar:
Entiendo tu comentario sobre la publicidad y obviamente una iniciativa del congresista Delgado (tu principal fuente de inspiración) que obvia el análisis de costo – beneficio y las recomendaciones del MEF sobre citar estudios y demás detalles.
Pero los comentarios también se refieren a la regulación de lugares donde fumar. Entiendo por tu respuesta que efectivamente el derecho de uno (o utilidad) por un aire con humo o sin el no debe ser tomado como dogma. Sin embargo, tengo una consulta:
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ
TÍTULO I
DE LA PERSONA Y DE LA SOCIEDAD
CAPÍTULO I
DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA PERSONA
Artículo 1°.- La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el
fin supremo de la sociedad y del Estado.
Artículo 2°.- Toda persona tiene derecho:
1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre
desarrollo y bienestar.
Si la integridad física es un derecho fundamental. El aire sin humo, considerando los daños que sufren los fumadores pasivos, ¿no podría ser un sustento para regular los lugares donde fumar?
Walter.
Consulta:
Si el fumador y el no-fumador pueden alterar su comportamiento para lograr el mismo resultado y debido a que ambos son conocedores de los efectos que implica su comportamiento ¿podría aplicarse el mismo razonamiento para las bebidas alcohólicas? ¿todos los seres humanos se encuentran en un disposición constante de respetar al otro? ¿que hacer con quienes no alteren su comportamiento? Me parece que es realmente complicado, dado que no poseemos un método que nos permita calcular en su totalidad los efectos a corto y largo plazo del ejercicio irresponsable de nuestra libertad. ¿Qué alternativas tendríamos?
Estimado Oscar, interesante articulo, consulta: ¿si la publicidad de tabaco no incide en su consumo para que invertian en publicidad?
La verdad en nuestro país es que llegó la prohibición de fumar en lugares públicos cuando las múltiples crisis económicas, incluyendo la hiperinflación obligó a muchísimos fumadores a priorizar el alimento que el tabaco, en pocas palabras, no había plata para fumar. La pregunta ahora y la observación que hago con frecuencia es que son los jóvenes los que están cayendo en ese hábito en mayor magnitud, tal vez por el mayor poder adquisitivo?. La pregunta clave aqui, es qué significa fumar. Las peliculas de cine, más que las de TV, siempre, siempre tienen un personaje que fuma y si se observa, es obvio que muchos ni saben fumar ni saben como hacerse los que fuman (no botan humo). Observen con detenimiento lo que les digo. Sin embargo, el mensaje subliminal es lo más importante por lo que simbolizan, glamour? coraje? inteligencia? sagacidad?. Todas la imágenes horribles en mis cajetillas de cigarros son menos poderosas que esos símbolos.
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