La RS ¿se cacarea o se vive?

“No “cacareamos” suficientemente bien todo lo que hacemos en
favor de la sociedad”.

Curioso argumento este, que más de una vez he escuchado de
boca de algún alto ejecutivo que intenta explicar el porqué de la mala imagen
de su empresa, a pesar de las intensas campañas de responsabilidad social (RS) emprendidas. 

Asumo que para muchos directivos es frustrante ver cómo sus
soles se invierten en cientos de acciones de “responsabilidad social” ­­y, en
contraprestación, sus bonos en términos de reputación no se incrementan. Peor
aún, pese a posar para innumerables fotos cargando niños desfavorecidos,
abrazar a madres de comedores populares, o inaugurar colegios, postas médicas o
guarderías, en algunos casos ven cómo las mismas comunidades que intentan beneficiar
son aquellas que impiden su trabajo.

Lo cierto es que en los últimos años la responsabilidad
social se ha convertido en una especie de “jaloneo” donde los privados
reemplazan en muchos casos al Estado, buscando a cambio algunos puntos de
popularidad o paz social que les permitan realizar sus actividades. Una
dinámica en la que “hay que estar”, porque se ve bien y porque se asume,
erróneamente, que de ella sacaremos algunos puntitos en imagen.

Pero cuando esto no ocurre –me arriesgo a decir que es en la
mayoría de los casos–, la primera culpable es “la comunicación”. Se asume inmediatamente
que el equipo de comunicación institucional no ha hecho su trabajo de dar a
conocer –de preferencia a través de los medios masivos–, lo “buenos y
caritativos que somos”.

Lamentablemente, esto ocurre cuando entendemos la RS como
actos de filantropía o caridad. Aún recuerdo el día siguiente del terremoto de
Pisco, cuando muchas empresas, embargadas por una ola de solidaridad y
conciencia social, realizaron una serie de donaciones a favor de los
damnificados.

Por supuesto, la primera llamada fue para sus agencias de
PR, con el mismo discurso: “Prepara una nota de prensa sobre el donativo y que
salga. ¡Pero ya! ¡Ah, con foto por favor!”.

Un medio, asumo que cediendo al hartazgo, no tuvo otra
opción que abrir un espacio en su web para darle cabida a tanta “noticia”,
donde circunspectos ejecutivos posaban junto a botellones de agua, pilas de
frazadas o toneladas de comida.

(Me pregunto dónde estarán esos donantes ahora, y si ellos o
sus empresas se preocupan hoy por Pisco).

Lo cierto es que la RS debe ser una estrategia trasversal a
una organización, que debe respirarla y actuar convencida de la importancia de proceder
de una manera consistentemente responsable con su comunidad, empleados, proveedores,
accionistas, el Estado, etc., hayan o no cámaras cerca.

Ello, sin embargo, ocurre en pocas oportunidades. El año
pasado, en un foro sobre el tema donde  exponían tres de los más importantes CEO del
país, todos se quejaban, sistemáticamente, de que a pesar de todo lo invertido
en comunicación, no sentían que la RS los beneficiara. Sin embargo, cuando se
les pidió enumerar en qué proyectos estaban involucradas sus empresas, solo uno
de ellos pudo responder con solvencia.

La RS no es una moneda de cambio que deba usarse buscando
reflectores y réditos inmediatos, sino una herramienta útil que no solamente
puede mejorar las condiciones de vida de su comunidad, sino sumar a su negocio.

Se lo pongo más fácil: construya la historia de cómo sus
acciones tienen, o pueden tener, un impacto profundo y permanente; no se
desgaste queriendo informar acerca de la posta médica o escuela que construyó.

¿No me cree?

Revise esta gran historia de Alkatraz, un proyecto de RS de
Santa Teresa –una empresa no necesariamente involucrada con la más responsable
de las actividades (fabrica ron)– y la forma como lograron cambiar la realidad
de grupos de pandilleros, sumándolos a su proyecto empresarial.

¡Eso señores, es una gran noticia! Una noticia que ha
llevado a Alberto
Volmer
, CEO de Santa Teresa, a exponer en
todo el mundo sobre esta iniciativa, y a consecuentemente generar grandes
beneficios de imagen para Santa Teresa –el año pasado Volmer estuvo en Perú
para el evento organizado por la red SEKN de la Universidad de Harvard–.

No quiero extenderme y pontificar sobre este tema –en esta
misma plataforma Elsa del
Castillo
, cada dos semanas nos da clases magistrales sobre experiencias
exitosas–, solo me permito dejarlos con una frase pronunciada hace un par de
semanas por un ejecutivo minero:

“La mala imagen que tiene la minería en el Perú es porque
hemos fallado en comunicación”.

Totalmente en desacuerdo.

Me gustaría escuchar sus opiniones al respecto. 

COMENTARIOS

  • 1
  • 11.09.2013
  • 08:29:41 hs
Pedro Hurtado Cánepa

La Responsabilidad Social Empresarial es un proceso que empieza con un acercamiento a la comunidad, debe mantenerse y no culminar, tema que no es aceptado por muchas empresas o empresarios que se sienten ‘preocupados’ por los gastos que ello le puede representar.

¿Debe difundirse las acciones de RSE? Pero por supuesto, ¿Por qué no? Uno puede comunicar todo aquello que represente impacto, trascendencia, etc.

Ahora bien, la RSE debe asumirse como un largo proceso de inversión necesario para cada empresa en el cual deben establecerse alianzas estratégicas con nuestros stakeholders y así lograr objetivos comunes a corto y largo plazo.

Pedro Hurtado C.
Comunicación + RSE

  • 2
  • 23.05.2013
  • 05:38:21 hs
Luisiana

Me gustò su comentario , estoy totalmente de acuerdo con ello, trabajo en un Centro Educativo que por muchos años hemos brindado formaciòn Tècnica a los jovenes de escasos recursos econòmicos sin pago de pensiones , pero a pesar de todo ello , es muy poco el alumnado que tenemos.

¿En que hemos fallado ? ¿ la comunicacion tal fue vez no fue la adecuada?

  • 3
  • 23.05.2013
  • 05:47:11 hs
Pablo Rubianes

La RS se caerá o vivirá en la medida que el compromiso responsable de una empresa sea asumido por todos sus miembros. Es decir, no puede ser un improntus o interés individual del máximo ejecutivo de una organización, si no hay participación y respaldo efectivo de quienes integran la empresa.
Por tanto, la RS debe planificaRSE, programaRSE, llevaRSE a cabo y evaluaRSE como toda gestión empresarial, de manera que transversalmente estén TODOS informados, comunicados, motivados, capacitados y dispuestos voluntariamente a emprender estas acciones de respeto y solidaridad con nuestra sociedad.
Claro está, quienes lideran la RSE son los primeros responsables en provocar transparencia, innovación y comunicación (interna y externa) entre todos los actores sociales vinculados con la propia organización.
Pablo

  • 4
  • 23.05.2013
  • 06:49:28 hs
Susana Ortiz

Interesante análisis de la realidad de la Responsabilidad Social Corporativa en nuestro país. Concuerdo en que el core de la RS debería formar parte de la estrategia misma de las corporaciones, ¿pero qué tan factible es esto? Recomiendo la lectura del blog de Antonio Argandoña en este tema, en particular su columna Confusion about CSR“Confusion about CSR”.

  • 5
  • 23.05.2013
  • 06:54:08 hs
Éttore

Hace algunos años, hubo un conflicto social minero similar al de Conga,recuerdo el reportaje del Sr Augusto Thorndike,donde entrevistó al funcionario de una minera, el cual manifestaba que para los cuidados del ambiente,aplicaba las directivas de su casa matríz, ello ante la ausencia de Reglamentación estatal.
Hechos como este, ponen de manifiesto que la madre del cordero “nace” de la propia indolencia del Estado Peruano,lamentablemente los conflictos hoy, resultan demasiados difíciles de manejar,pues mucha agua ha pasado por el río.
Existe una fuerte corriente ambientalista en el mundo y nuestros recursos minerales se encuentran en las alturas y pegadas a fuentes de agua, inexplicablemente los estudios de éstas, de una institución anterior a la A.N.A. ,desaparecieron, estando por tanto hoy, en etapa de desarrollo, sin embargo se han incrementado los procesos exploratorios de mineras, otro factor es que nuestros poblados en las alturas están diseminados en grandes extensiones.
Todo esto crea una gran problemática que con un acertado DIAGNÓSTICO, es MANEJABLE, sólo se trata de EJECUTARLO.
Lo expresado merece mucha precisión, son informaciones recogidas, no corroboradas, es cuestión de verificar y definir el real panorama.

  • 6
  • 23.05.2013
  • 06:54:53 hs
Cesar Norabuena

Estimado Miguel como fiel seguidor de tu blog no puedo dejar de opinar.

En mi opinión la RS en las grandes compañias es solo estrategia de marketing (mal comunicada o no) no existe en los empresarios un verdadero interes en la comunidad, el medio ambiente o cualquier cosa que implique un costo adicional, en ese sentido la hipocresia es facilmente captada por la gente la tipica imagen de politicos, empresarios o cualquier personaje cargando un niño pobre es la estragea mas pobre, trillada e hipcrita que hay. Por lo tanto mientras no exista este interes real poco o nada se lograra en tener a favor a las comunidades y en la minera hay que ser mucho mas escrupulosos hay ejemplos lamentables en africa de empresas que han contaminado y enfermado aldeas completas. Mejor pidamos a los lobos ser vegetarianos

  • 7
  • 23.05.2013
  • 07:02:16 hs
Javier Arteaga

Creo que mientras las empresas vean la RS solo con criterios de Costo Beneficio esta situación no va a cambiar. Deberían empezar a mirar un poco más su misión, esa que debe estar colgada en un cuadrito en la oficina del Gerente General o escrita en las memorias anuales pero que no se aplica realmente en el día a día de la plana directiva. En todo caso deben ser sinceros y redactar una nueva misión que diría algo como: “Maximizar las utilidades a cualquier costo”.

  • 8
  • 23.05.2013
  • 07:26:57 hs
Milagros Neyra

Me uno a tu crítica a cerca de lo malentendida que está la esencia de la responsabilidad social y la importancia de que sea transversal en todo y que se conciba como un compromiso ético.
He visto muchos casos en que se apela a las obras sociales con la bandera de la pobreza para figurar, como bien dices Migue, “en la foto”.
El siguiente punto es que muchos no tienen claro cuál es la labor del comunicador, que de hecho va mucho más allá de hacer productos técnicos. Si se concibe a la comunicación y a la RS como un fin y un medio estratégico en si mismo, transversal a toda la cultura empresarial estoy segura que otros serán los resultados.

  • 9
  • 23.05.2013
  • 08:09:01 hs
Antonio Noriega

Estudie el caso de Ron Santa Teresa en aulas, CENTRUM Catolica en el curso de Ética y Responsabilidad Social, estoy completamente de acuerdo que muchos CEO o Gerentes acá en el Perú estan pensando que Filantropía es igual a Responsabilidad Social, el ser una empresa Responsable Socialmente es involucrar a todos los grupos de interes y sea sostenible en el tiempo, un claro ejemplo es el que das con el tema de Pisco, las empresas que en un tiempo estuvieron ya no están.
Una recomendación sería que dentro de los organigramas de la organización ya se contemple al departamento de RSE con presupuesto asignados y colaboradores capacitados.

  • 10
  • 24.05.2013
  • 12:24:03 hs
Jimmy Venero

Buen artículo, preciso respecto a la forma en que muchas empresas confunden la RSE. No es reprochable que traten de dar a conocer en medios los programas que realizan, sino que esto se establezca como el fin de las iniciativas empleadas, nada mas improductivo. Coincidentemente la mayoría de comentarios apuntan hacia el valor y función estratégico que tiene emplear un buen programa RSE (las empresas que lo entienden incluso generan departamentos propios), sin embargo, como bien se indica en el artículo, muchas de las iniciativas llegan a un nivel netamente filantrópico. La pregunta es, ¿acaso no caería bien que el Estado establezca un marco de acción e incentivos para que las empresas empiecen a desarrollar más el verdadero campo de la RSE?. Sé que de esta manera se perdería en cierta medida la propia “voluntad” de las empresas por emprender independientemente RSE, sin embargo, creo que con el pasado aprendemos que en nuestro país muchas veces se necesitan de estos empujoncitos para que empresas y Estado empiecen a desarrollar este campo. La disposición del “óbolo minero”, por ejemplo, si bien se estableció como un “aporte voluntario” para que 39 de las mineras más importantes en el país empredan programas de inversión social con ejes determinados para su inversión, esto de por sí obligo a las empresas a verse inmersas en estrategias de acercamiento y mayor identificación con su entorno, así como con el desarrollo de conceptos y fines de colaboración social. Lamentablemente el nuevo gobierno cortó esta iniciativa y por el contrario amplió la base tributaria minera. Sin embargo sirve como experiencia, no necesariamente para exigir emprendimiento RSE como este ejemplo, sino como repito, generar incentivos y marcos de accionar que ordenen emprendimientos y sumen, no superpongan, responsabilidades de los propios gobiernos.

  • 11
  • 02.06.2013
  • 09:19:47 hs
N Mendoza

Muy de acuerdo con los comentarios. Trabajo para una minera, y hasta hace 3 años anualmente la empresa reportaba para los empleados y público en general los decenas millones de dólares gastados como parte de su responsabilida social en comunidades aledañas a su actividad. Llamese en construccion de postas, escuelas, canales, agro, ganaderia e incontables proyecto que por ciert muchos de ello todavia subsisten hasta ahora, pero mas del 50% de las obras ejecutadas han colapsado o fracasado porque simplemente se ejecuto para salvar el momento. Pero despues?. Los problemas de intransgencia de la comunidad hacia la ampliación de operaciones mineras continuan. Lo que puedo concluir de lo que he visto, es que porque la empresa no ha tenido consistencia en sus RS con sus stakeholders, y lo que es peor, esta falta de consistencia existe y persiste como sino hubieramos aprendido la lección en sus casi 20 años de actividades continua de la empresa.

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