¿A qué tipo de riesgos está expuesta una vivienda? Generalmente cuando pensamos en seguros domiciliarios, lo que se nos viene a la mente es la cobertura por terremotos. Pero los seguros domiciliarios abarcan más que desastres naturales.
Por ejemplo, ¿sabías que la primera cobertura que ofrece un seguro domiciliario es el seguro contra incendios? Entre el 2010 y el 2013, los bomberos atendieron cerca de 12,000 incendios por año en nuestro país, de los cuales más de la mitad se dieron en Lima, Callao e Ica. Los incendios son más de un tercio de las emergencias que atienden cada año los bomberos.
El robo es, también, uno de las contingencias que suele cubrir este seguro. Cubren tanto los objetos que suelen romperse en caso de una incursión forzosa (vidrios rotos, puerta rota) como aquellos objetos que se roban, como joyas, lámparas, televisores y artefactos. Según el INEI, el 6% de las viviendas en zonas urbanas de nuestro país son objeto de robo cada año.
Y claro, el seguro domiciliario también cubre siniestros ocasionados por desastres naturales, como sismos, tsunamis y huaicos. Muchos pueden pensar que ante una catástrofe el gobierno ayudará a todos a reconstruir sus casas. En efecto, esto puede darse, sin embargo el gobierno debe preocuparse primero por los puentes, carreteras y servicios públicos; por lo que una ayuda a las familias sería difícil o limitada. Tras el terremoto de Pisco el 2007, las aseguradoras cubrieron pérdidas por un valor de S/.300 millones de soles, principalmente daño a empresas o infraestructura pública. A pesar de esta evidencia de cumplimiento, las primas de seguros no crecieron significativamente y el riesgo al que estamos expuestos sigue in crescendo.
Quizá lo más importante de este tipo de seguros, además de las situaciones antes mencionadas, es cómo ayudan a sobrevivir en los problemas que vemos hoy todos los días. Responsabilidad civil por ejemplo, que ayuda ante el reclamo de una tercera persona por un daño generado por el asegurado o su familia; daño interno, que cubre los daños ocasionados por artefactos de uso de hogar; deshonestidad de los empleados del hogar; todo depende del tipo de producto que se haya escogido dentro del seguro domiciliario.
Contratar un seguro de vivienda es muy sencillo. El seguro puede ser contratado por el mismo dueño de casa o por un familiar. Uno puede llamar a la empresa de seguros elegida para pedir la visita de un asesor o ir a alguna de las oficinas de la compañía. Si se quiere asegurar solo el contenido, es el cliente quien determina el valor de esta cobertura. Para ello tiene que hacer una lista de los bienes que tiene en su casa. El valor de estos en su conjunto será la suma asegurada. También es recomendable entregar a la empresa aseguradora recibos de compra de algunos bienes valiosos o fotos de ellos. Esto es muy útil a la hora de un siniestro en el que el bien desaparece, como un robo o un incendio; pues demuestra su existencia.
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