En el decano de la prensa nacional están embrollados por las conclusiones que se deducen naturalmente de los desafortunados acontecimientos en Las Malvinas. Allí comentan que esa tragedia no debe servir para insistir en la sobre regulación laboral. Para ellos, las rigideces laborales explican la alta tasa de informalidad por un sector privado estrangulado que no ha podido generar suficientes empleos productivos y seguros. Recomiendan, repetitivamente, desregular para abrir las puertas de la formalidad. Desregular para regular mejor, todo un oxímoron.
La lista de errores de este razonamiento es larga. Trabajan con una estructura macroeconómica neoclásica que se inicia en el mercado de trabajo, donde las primeras decisiones están en los ofertantes de trabajo (familias) y los demandantes (empresas). Se olvidan que las empresas contratan mano de obra cuando hay demanda y producción de bienes y servicios rentables. La abundancia de mano de obra barata, como lo planteó J.M. Keynes hace 90 años, no es garantía alguna para que las empresas ocupen más trabajadores; menos en tiempos de crisis. Otros supuestos neoclásicos criticables son la flexibilidad plena en los mercados, la Ley de Say en que la oferta siempre crea su propia demanda y donde las posibilidades de crisis de demanda efectiva son mínimas. No comentamos a profundidad las críticas que se pueden hacer a la oferta de trabajo, donde una reducción del salario real a los trabajadores de ingresos de subsistencia en lugar de reducir la oferta de trabajo la incrementa.
Tampoco la evidencia empírica les hace mucho favor. No se entiende de que sobre regulación laboral y sobrecostos laborales hablan cuando la participación de los sueldos y salarios en el Perú es del 30% del PBI, mientras que el promedio de América Latina está por encima del 38%; en EE.UU. y Europa es mayor del 55%. Cuando sólo el 10% de los asalariados están sindicalizados y realizan negociaciones colectivas. Sólo el 36% de los trabajadores tienen contratos de trabajo de plazo indeterminado, mientras que el restante está sujeto a contratos temporales y a regímenes especiales que limitan sus derechos (Mintra, 2015). También se olvidan que según el Doing Business del Banco Mundial que evalúa la facilidad para hacer negocios el Perú se ubicó en la posición 54 de 190 países (tercer decil), ganándole a Chile y con una mejor posición relativa respecto del PBI per cápita, ya que allí estamos en la mediana del Mundo.
La última información del INEI sobre informalidad (2016) debe ser revisada. Al 2015 el 73% de la PEA ocupada es informal. Según esta sólo hay 4.3 millones de empleos formales. Sin embargo, de acuerdo a su propia Enaho (2016) hay 5.9 millones de afiliados a los sistemas de pensiones privados y públicos. Asimismo, no hay estadísticas integrales sobre la informalidad en el largo plazo y no se observa la causalidad esperada por el decano de la prensa nacional, ya que en los últimos años mientras suben los sueldos y salarios reales cae la informalidad y no al revés. En el largo plazo la informalidad está aumentando respecto de lo ocurrido en los años sesentas y setentas pero la participación de los sueldos y salarios en el PBI se reduce. Lo contrario a la hipótesis neoliberal que promueve y defiende ese medio de difusión. No se equivoquen, una cosa es facilitar trámites en la que todos podríamos estar de acuerdo y otra es desregular.
COMENTARIOS
Estimado Germán, con todo respeto pero todos su argumentos se estrellan con la realidad y el cerrar los ojos no hará que desaparezcan. Pero su error es compartido por muchos especialmente por los laboralistas como el Dr. Neves (ex Ministro de Trabajo). Le sugiero revisar este video (son 2 partes) donde Enrique Ghersi “escuelea” a Neves: https://www.youtube.com/watch?v=DWynUq2oQOg
Estimado Luis: muchas gracias por el comentario. Se te estaba extrañando, sin embargo no rebates uno sólo de mis números objetivos. Te han capturado mentalmente, no te dejes (¡ja,ja!). Ellos han inventado una falsa realidad. ¡Pura ideología e intereses particulares! Saludos cordiales, G.A.
Estimado Germán, muy acertado sustentar con la teoría económica a los problemas del día a día, pero en el Estado se esfuerzan en implementar acciones que promueven la informalidad; dejando de la lado el conocimiento probado, en el caso del mercado de trabajo peruano, sucede que se cree que la solución es crear regímenes laborales para cada actividad; pero el resultado es que estos conducen al incremento de la informalidad. Por lo que debe ser un único régimen laboral con derechos laborables iguales para todos (Vacaciones, Tributos, Pensión, Salud), muy a parte los beneficios que los empleadores por voluntad propia quieran dar a sus trabajadores. El otro aspecto es que los salarios deben responder a la productividad de la mano de obra, por lo que la formación de esta tome el verdadero valor; y así los entes capacitadores tomen su verdadero rol capacitador que les corresponden y el aporte que realizan las empresas al (SENATI-SENCICO etc.) , realmente contribuya a la mejora de la calidad de vida de los trabajadores y la productividad del país.
Estimado Julio: muchas gracias por el comentario. Efectivamente mejor un solo régimen laboral. No hay que confundir la facilitación de trámites que es imprescindible con la desregulación. Saludos cordiales, G.A.
Estimado Germán: Creo que al centrar tu argumentación en la participación del salario en el PBI, que es más baja que otros países, olvidas que los generadores de la porción informal de PBI (alrededor del 20%) y que dan trabajo al 80% de los trabajadores informales no tienen por lo general el margen de ganancia que les permita dar los beneficios laborales completos, es decir 4 sueldos anuales (vacaciones, 2 gratificaciones, CTS) más las aportaciones laborales de EsSalud y ONP. Recuerdo que en los años 70 la informalidad no superaba al 40% de la PEA y hoy en 73%, pero la economía peruana de entonces era cerrada con muchos fabricantes y manufactura local que no tenían la fuerte competencia debido a los altos impuestos a la importación de bienes; ergo, el margen de ganancia era muy alto y permitía el pago de los beneficios laborales indicados. Hoy, ¿cómo harías para que un taller de confecciones o un taller de mecánica o una pequeña industria de productos naturales otorgue esos beneficios? Saludos cordiales.
Estimado Jorge: muchas gracias por el comentario. Tu punto de vista es interesante; sin embargo, cualquier negocio que no pueda cumplir con las condiciones mínimas de trabajo no debe existir. La única excepción sería el negocio unipersonal o el exclusivamente familiar con el consentimiento expreso de las partes. Ojo la información de la participación salarial incluye todos los pagos y prestaciones a los trabajadores. Saludos cordiales, G.A.
Teorías existen para todos los gustos. Pero tengo amplia experiencia en evaluar y asesorar mypes. Simplemente éstas no resisten más “costos laborales”, hacerlo empujaría aún más a la informalidad sin duda.
Estimados Jesu´s: muchas gracias por el comentario. la pregunta es: ¿quieres avanzar para mejor o quedarte atrás? Ni los estándares ambientales ni los laborales, ni otros pueden violarse. Saludos cordiales, G.A.
Buenos días,
Esta columna es un ejemplo de cómo puedes forzar a las cifras acomodarse al discurso que quieres dar, y que todo el argumento esgrimido se resume a la pésima respuesta que da el columnista a uno de los comentarios: “cualquier negocio que no pueda cumplir con las condiciones mínimas de trabajo no debe existir”.
O sea que no importa si el tipo que contraté no es productivo, no va a contribuir a que mi empresa produzca óptimamente, lo que importa es que este en planilla, con su CTS al día, su doble sueldo, etc. Un terrible costo fijo que debo asumir aun sin tener garantizada una producción que me permita generar recursos para asumir ese costo, o que desde el punto de vista del trabajador signifique que aun cuando yo pueda negociar ciertos beneficios laborales en pos de una estabilidad laboral, no lo pueda hacer porque la ley no me lo permite; y que consecuencia trae esto: que los negocios que se abren son informales, que al saber que no pueden asumir estos enormes costos, explotan a sus trabajadores quienes no pueden quejarse o denunciar porque no existen formalmente.
Justamente el Doing Business que se comenta aquí y con el cual el columnista pretende reforzar su posición, no le da la razón: “a mayor rigidez laboral deteriora la competitividad y promueve la creación de empleos informales sin beneficios ni derechos laborales, los países con mayor rigidez laboral son aquellos en donde existe mayor informalidad laboral” y justamente Perú está en el puesto 105 en el rubro impuestos, que comprende las contribuciones a la seguridad social e impuestos laborales, Ahora, sobre la participación de los sueldos y salarios cómo % del PBI, esto se debe, tal como dice Luis, a la poca participación del sector formal en la economía. Sobre este punto, el columnista intentar cuestionar la veracidad de tal dato al indicar que esto se contradice con la ENAHO, no será sr. Alarco que la mayor cantidad de afiliados, comprende también a los jubilados que ya no forman parte de la fuerza laboral?
Señores el mercado laboral debe funcionar como cualquier otro mercado: oferta y demanda, los sueldos se fijen en función a la productividad del trabajador y no por que el estado tenga que fijarlos, eso ocurre en la práctica: trabajadores con mayor productividad, especializados reciben salarios más altos y con beneficios mayores que los que ordena la ley. Lo único que el estado debe regular es las horas de trabajo (sobrexplotación), las condiciones de infraestructura para el trabajador, la puntualidad en los pagos. Cuantos jóvenes que recién se inician en el mercado laboral, quieren ser contratados por un sueldo básico aun sin importar que por el momento no se les pague gratificaciones y demás, pero justamente las empresas no lo hacen porque contratar a un recién egresado que aún no tiene experiencia, se le debe pagar todos los beneficios como a cualquier otro.
Por último, acá en el Perú por una miopía ideológica se tiene mal visto que una persona quiera hacer empresa, el empresario es el malo, cuando lo que sería óptimo es que este país sea país de empresarios y no de trabajadores eternos manejados por ciertos líderes ideologizados.
Saludos,
Estimado Cristian: muchas gracias por el comentario. No rebates uno solo de mis números. Por si acaso en el Doing Business no está el tema laboral. Ve el asunto como un proyecto de inversión: hay una tasa de corte, el proyecto pasa o no pasa. Si no se pueden cumplir los estándares no se hace y punto. ¿Porqué en el mercado cambiario si interviene el BCRP?
Haces pura ideología al decir que el trabajo es como cualquier insumo, producto o servicios. Estás equivocado totalmente. ¿no se si eres católico? Lee la doctrina social de la iglesia católica.
Amigo Germán, tienes razón la sobre regulación laboral es otro mito .
Respecto a la objeción de Jorge Bambaren, podemos decir:
A esas pequeñas y medianas empresas informales que generan el 20% del PBI y que dan trabajo al 80% de los trabajadores informales, el Estado debería exhortarles, mediante incentivos tributarios temporales, a que se fusionen (entre empresas afines), para que asì ahorren en gastos administrativos y en potenciales costos de formalizaciòn, generando economías de escala.
Pero desregular haciendo que el recorte de los derechos laborales subvencionen los costos de la formalizaciòn seria generar una dinámica asimétrica en la distribución de los ingresos, cuyo efecto seria una desestabilizaciòn política (recordemos las protestas de indignación de los jóvenes contra la “ley pulpin”), a la cual, paradojicamente, tanto temen los empresarios. Es decir: el remedio peor que la enfermedad.
Cordialmente:
G. D.
Estimado Glibert: muchas gracias por el comentario. Coincido contigo. No bajo los estándares por nada. Saludos cordiales, G.A.
Estimado Germán. Ante todo me gusta leer tu blog porque así debiéramos debatir los peruanos, con altura en el intercambio buscando la mejor alternativa o propuesta que beneficie a las mayorías. Pero ni las encíclicas papales hablan de cuánto beneficios laborales dar sino de la retribución justa, así como también se refieren a la importancia del rol de los empresarios en lo que la Iglesia Católica denomina la “economía de empresas” (refiriéndose a la economía social de mercado). La pregunta que no logramos resolver es: ¿Cómo hacer que el 80% de la PEA que genera el 20% del PBI reciba todos los beneficios que pueden otorgar la empresas que emplean al otro 20% y generan el restante 80% del PBI? Veamos esto con una foto imaginaria: 80 peruanos comen del 20% de una torta de cumpleaños, y sólo 20 se hacen con el 80% restante de la misma torta.
Ese 20% del PBI no puede generar la misma rentabilidad debido a múltiples factores como la baja productividad y elevado costo financiero al no haber líneas de crédito a su alcance. Muchos inclusive otorgan a sus clientes -para asegurar la venta de su producción- descuentos de 20% que formalmente es por pago contra entrega, pero en la práctica les terminan pagando en 30-45 días. Ni qué decir de los conglomerados de retail como los supermercados que les compran pero en “consignación”, es decir, los que ponen el capital de trabajo en los lindos y surtidos locales de Wong, Metro, Plaza Vea, etc. es en muchos productos los pequeños empresarios.
Sí estoy en desacuerdo en que “el mercado laboral debe funcionar como calquier otro mercado: oferta y demanda”. Eso solo nos lleva a continuar en el ‘capitalismo salvaje’, donde el fuerte abusa del débil. El Estado tiene un rol muy importante para la sociedad peruana: “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado” (artículo I de la actual Constitución Política de 1993 y similar en muchas previas). Los gobiernos nacional, regional y distrital debieran tener eso siempre presente, pero lamentablemente asistimos casi impávidos a un festín de truhanes que solo piensan en apoyar a sus pequeños grupos de interés y a sus allegados, siempre dispuestos a la ‘coima’.
En resumen, yo sigo pensando que los peruanos al margen de las ideologías debiéramos negociar y acordar un nivel MINIMO de beneficios laborales factible, cumplible y fiscalizable para todos los empresarios del país, desde los pequeños hasta los más grandes, y para todos los trabajadores (con una normatividad para practicantes por un único corto período laboral). Ahí sí estaría de acuerdo contigo Germán en que “cualquier negocio que no pueda cumplir con la condiciones mínimas de trabajo no debe existir”.
Nota.- Hoy ya tenemos un grupo amplio de trabajadores peruanos con un mínimo de beneficios laborales en los sectores de la agro exportación y en los trabajadores del hogar (empleadas de servicio, choferes, jardineros, técnicas de enfermería, etc.). Y puedo atestiguar lo beneficioso que es para todas esas familias e hijos contar con sus 15 días de vacaciones anuales, su medio sueldo en Fiestas Patrias y Navidad, y sus 15 días de CTS; además de su acceso a la atención médica de EsSalud y su futura jubilación al llegar a los 65 años o antes si cumplen 20 años de aportaciones.
Saludos cordiales,
Jorge Bambarén
Estimado Jorge: muchas gracias por el comentario. Coincidimos en mucho, nada más hay que discutir los umbrales. Saludos cordiales, G.A.
Una corrección: léase 80% de los trabajadores informales que producen 20% del PBI
JB
Estimado Jorge: OK, G.A.
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