La opacidad es un problema institucional grave que se define como la falta de claridad o transparencia en la gestión, en este caso, de una institución pública. Sobre el particular, se ha procedido a comparar las páginas web del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) con el Banco Central de Chile (BCCH) y el Banco de la República de Colombia (BRC) para evaluar quien tiene las mejores prácticas de transparencia. Hay sorpresas tanto en los ámbitos de las funciones principales de los bancos centrales como en diversos aspectos administrativos y financieros.
En el BCRP no hay un reglamento para el funcionamiento del Directorio, usual en toda institución pública. El Estatuto no es suficiente. Eso marca una diferencia con el BCCH. Asimismo, allí se publican las minutas de las reuniones de política monetaria, donde queda claro si el resultado de la votación fue unánime o por mayoría, especificando el nombre y razón del voto diferenciado. Las Actas del Directorio del BCRP no son públicas; solo se comunican los acuerdos en aspectos técnicos y en asuntos administrativos relativos a las autorizaciones de viajes y viáticos.
Los estados financieros se presentan en un lugar privilegiado en las páginas del BCCH y BRC, mientras que en el BCRP están en un lugar remoto. Llama también la atención la limitada información que se presenta en los reportes de gestión de las reservas internacionales del BCRP, respecto de lo que se muestra en los otros bancos centrales. Tanto en Chile y Colombia el presidente debe presentar informes regulares al Senado y Congreso. Por otra parte, el BCCH somete su gestión a un panel de evaluación de expertos (principalmente internacionales) que emiten un informe y opinión, y que a su vez debe ser replicado por las autoridades. Ninguna de las tres instituciones menciona sus buenas prácticas de gobierno corporativo y de Responsabilidad Social Empresarial.
Un tema donde no estamos bien es el relativo a la información sobre los directores del BCRP. Tanto en el BCCH como en el BRC se presenta un CV detallado en cada caso. Sin embargo, el problema no queda ahí, ya que cuando se accede a sus declaraciones juradas solo se aprecia tres filas referidas a sus ingresos, bienes y otros. No hay detalle alguno como en el BCCH. Llama también la atención que el Presidente y el Gerente General del BCRP tengan ingresos del sector privado ya que se debe explicitar si hay o no una fuente de conflicto de intereses. Asimismo, en el caso de los miembros del Directorio que vienen del sector privado es imprescindible que especifiquen detalladamente las fuentes de sus ingresos. Finalmente, hay que comentar que en el BRC hay una guía ética que rige a la institución y su personal. No estaría mal que tuviéramos algo equivalente en el Perú.
COMENTARIOS
DEJE SU COMENTARIO
La finalidad de este servicio es sumar valor a las noticias y establecer un contacto más fluido con nuestros lectores. Los comentarios deben acotarse al tema de discusión. Se apreciará la brevedad y claridad.