“Lo que abunda no daña” dice un refrán popular. Como todo refrán, sin embargo, solo es parcialmente cierto. En el caso de la regulación, la “sobra” no es inocua, sino que trae costos a la sociedad. Por otro lado, los refranes son parte de la “sabiduría popular”. En Perú, tenemos mucha confianza en la sabiduría popular, sin embargo ésta es muy mala consejera cuando se trata de regulación. En el caso que tocaré hoy, la sabiduría popular nos dice que, dado que manejar hablando por celular está mal y causa accidentes, deberíamos de prohibirlo. Sin embargo, esto no necesariamente es cierto. Veremos por qué.
Quedan pocas dudas acerca de que manejar hablando por celular incrementa el riesgo de sufrir accidentes. Según un estudio de Redelmeier y Tibshirani (aquí), aumenta el riesgo asociado a manejar en 4.5 veces. En Perú, en 2012, poco más del 25% de los accidentes (1750 en total) fueron causados por la imprudencia del conductor. Según la policía, en Lima, en 2012, el 22.5% de los accidentes fueron causados por hablar por celular. 65 de esos accidentes causaron la muerte de personas (aquí). No hay duda de que estas personas que “textean” o hablan mientras conducen son un peligro para la sociedad, gracias a su irresponsabilidad y a su desprecio por su propia vida y la de los demás.
Sin embargo, si deberíamos tener una norma como el 87 del Reglamento de Tránsito peruano es otra pregunta. Nuestra norma dice: “El conductor mientras esté conduciendo no debe comunicarse con otra persona mediante el uso de un teléfono celular de mano, si esto implica, dejar de conducir con ambas manos sobre el volante de dirección. El uso del teléfono celular de mano, es permitido cuando el vehículo esté detenido o estacionado”.
Existen varios estudios, reseñados por Burger y Kaffine (aquí), que llegan a la conclusión de que no hay efecto, es decir, no se reducen los accidentes con una norma como esa. También hay otros que dicen que sí hay efecto, pero el tema está –por lo menos- en controversia. El estudio de Burger y Kaffine trata de solucionar los problemas metodológicos de los anteriores estudios y llega a la conclusión –para el caso de California- de que no se encuentra evidencia acerca de algún impacto de la prohibición en la reducción de accidentes de tránsito.
Las causas probables para esta inefectividad son varias:
(i) No se respeta/hace cumplir la norma. Puede ser una norma particularmente difícil de hacer cumplir, porque supondría que el policía pueda ver dentro de cada vehículo. Los infractores tienen fáciles maneras de evasión, como ocultar el teléfono cuando hay un policía cerca, además.
(ii) La norma no prohíbe todos los tipos de comunicación por celular, sino solo las que quitan las manos de los timones mientras el vehículo avanza. Pero, un conductor inherentemente irresponsable (es decir, alguien que base su vida en el desprecio de las normas y la vida de los demás) podría reemplazar ese tipo de comunicación por otras formas no prohibidas: teléfonos “handsfree”, chatear o mandar mensajes de texto mientras el carro se encuentra parcialmente detenido (pero no estacionado), etc. A decir del mismísimo general de la PNP, Clever Vidal, Jefe de la Dirección de Tránsito: “(…) no solo los teléfonos móviles son altamente peligrosos. Afirmó que, contra lo que muchos piensan, los accesorios que sirven para contestar las llamadas –como los hand free o los auriculares BlueTooth– también pueden ser mortales. Estos aparatos hacen que se pierda la concentración. Lo mejor, según el general, es que se estacione el coche si es que se tiene la necesidad de contestar una comunicación telefónica”.
(iii) Además, la gravedad de la sanción podría no ser suficiente. Manejar en estado de ebriedad hace a uno acreedor de una multa de S/. 3800 (una UIT), la retención del brevete y hasta la posibilidad de ir a la cárcel. Manejar hablando por celular, aunque puede tener un mayor impacto en el número de accidentes (los accidentes por ebriedad del conductor fueron menos de la mitad en 2012), solo recibe el 8% de una UIT (S/. 304), sin las medidas adicionales mencionadas.
Alguien podría decir: “incrementen las penas o el número de policías”; pero no sabemos si eso tendrá resultado y si se compensaría en base a su costo. Otro, incluso más primitivo, podría decir “qué importa una norma más, no le hace daño a nadie”. Pero resulta que existe, por un lado, el costo de oportunidad de dictar normas (el Congreso solo aprueba un número dado de normas por periodo y no tiene infinitos recursos para investigar el impacto de cada una); y, por otro lado, tener una norma que nunca es cumplida socava la legitimidad (ya bastante baja), del Estado.
Si me piden alternativas, apostaría por la responsabilidad civil.
COMENTARIOS
Varias veces he visto a conductores que han detenido sus vehículos para hablar por celular, pero en plena vía causando una enorme congestión. Y como siempre ocurre, no hay policía de tránsito a la vista que lo sancione. O sea, la ley una vez más es letra muerta por la falta de sanción. Responsabilidad civil? No creo que resulte. Cómo la aplicas?
Marco: la responsabilidad en Peru ya existe, pero las indemnizaciones suelen ser muy bajas. Se necesita reformar el PJ y darle erramientas a los jueces.
Muy de acuerdo en que los celulares deberían ser prohibidos MIENTRAS SE CONDUCE y mientras éstos ocupen las manos. Respecto al punto ii en especial, los dispositivos handfree son completamente útiles, pero si estos fueran prohibidos deberían prohibirse los radios/DVDs y también conversar con el copiloto, lo cual cae en el absurdo. Las normas que caen en ésta categoría son más difíciles aún de cumplir. Habría que poner un bozal a los conductores para ser justos.
Otro detalle, si alguien detiene su carro en medio de la via para hablar por celular, pues simplemente debe ser multado. Detenerse para hablar implica estacionarse correctamente. Eso no es parte del problema.
Gracias por sus comentarios. Eduardo: No entiendo la mitad de lo que dices, pero estoy en desacuerdo con la otra mitad. Se nota que eres uno de los irresponsables que habla mientras conduce. Si vamos a basar la politica publica en que no te sientes aludido, vamos mal. Finalmente, creo que no has entendido tu tampoco lo que quiero decir. Si no estoy de acuerdo con prohibir los celulares, menos aun con mas prohibiciones o con ponerle bozal a los conductores.
Saludos,
Oscar
Concuerdo que debería de prohibirse usar el celular mientras se conduce, sin embargo, estacionarse solo para contestar un celular podría generar más tráfico vehicular con un mayor caos en “hora punta”, y aunque sea esa la solución se tendría que comenzar educando a las personas, que verdaderamente sería un reto!
Saludos,
Emilio
Gracias por su comentario. En realidad, el sentido del articulo es decir que no deberia prohibirse usar el celular, porque la prohibicion no funciona. Claro esta, estoy escribiendo en un blog, basado en investigaciones ajenas, revisadas superficialmente. No pretendo que -efectivamente- se derogue esa norma.
Al final, mas que la discusion en particular, me interesa mostrar como hay normas que parecen incontrovertibles, pero una manera bastante directa de hacerlo es demostrar que simplemente no cambian la realidad.
Saludos,
Oscar
Podrías listar alguno de los estudios que dicen que si hay efecto ?
Rafael, para eso he citado el estudio que los resenia. Si gustas informarte mas, puedes leerlo.
Saludos,
Oscar
Queda claro Sr. Sumar que lo que intenta demostrar por cuenta propia, es la inutilidad de la norma, no la de justificar la irresponsabilidad de manejar a la misma vez de utilizar un teléfono. Otra norma, contenida en el mismo reglamento, la detallada en el artículo 63, señala el derecho del peatón sobre el automóvil en una intersección, y resulta que ésta es olímpicamente obviada – no sólo por quienes conducen, también por quienes deberían hacer cumplir la ley, y no sólo hablo de la autoridad, también por quienes deberían defender el principio ético de la misma – quizá con mayor frecuencia de la de hablar por teléfono mientras se maneja, lo que sucede es que se le resta importancia por el poco valor que en la práctica se le atribuye al peatón . ¿También debería promoverse la eliminación del artículo 63 del reglamento de tránsito por su inutilidad?, bajo esta premisa, varias decenas de artículos del reglamento deberían ser eliminados.
Es verdad, varios no sirven para nada. Por el tono de su comentario, supongo que usted lo usa como un argumento contra mi postura.
Saludos,
Oscar
No hay que olvidar de la radiación que se produce dentro del auto, se incrementa al máximo debido a la estructura metálica que amplifica la señal telefónica en la cabina (sucede lo mismo con el WIFI y el Bluetooth). El tiempo de exposición es mayor debido al tiempo de uso desde que salen del estacionamiento de origen hasta llegar al destino. Hay que tener mayor cuidado cuando se lleva niños en el auto, ya que la exposición es para todos. Ver resolución 1815 (2011) del Consejo de Europa.
Coincido con Eduardo Vásquez; ni el Estado, ni la PN ni el Poder Judicial son omnipresentes en el Perú ni en ninguna parte del mundo, no se pueden eliminar reglamentos simplemente porque no se puede atrapar a todos los infractores.
Siendo prácticos, si un policía de tránsito te pesca hablando por celular, te pone la multa sin derecho a reclamos, igual como sucede con las leyes anticurrupcióno o como con cualquier otra ley común y silvestre.
Julio: me parece poco probable que todas las normas tengan el mismo nivel de cumplimiento/deteccion/sancion. Aun si ese fuera el caso, no todas tienen las mismas penas, por lo que el nivel de disuacion es menor. Por esto no entiendo mucho su punto.
Saludos,
Oscar
Además como demostrar que un accidente de tránsito se debió al uso de un celular, es absurdo?…Existen personas con transtornos similares a la ludopatía que los impulsa de manera obsesiva a estar conectados a un celular, basta conversar con una de estas personas y uno se podrá dar cuenta que no puedes sostener una comunicación fluida por mas de 30 segundos, no pueden prestar nunca atención a nada que se les diga, en verdad es muy incomodo estar frente a este tipo de gente, no me quiero ni imaginar como serían frente a un volante….tal vez en la evaluación de obtención de licencias de conducir se pueda realizar un test psicológico para detectar a estos potenciales asesinos ??? esto genera mas dudas que respuestas..
atentos saludos
héctor cahuas
Cuando una lee estos artículos, piensa porqué no se dan a conocer a todo el público, o mejor aún, porque no se educa a la población. El hablar por celular cuando se conduce, la preferencia del peatón al automóvil etc, son reglas muy importantes para que haya orden y respeto en una ciudad, más aún en Lima, porqué no se usa los medios como la tv y la radio para educar a la población, ya que muchos señores taxistas y choferes en general escuchan la radio cuando manejan. El problema es que las normas se dan, pero estoy segura que ni el 5% de la población está enterada y menos si hay multas por estas infracciones. La educación es freno señores y falta mucho en mi querido país
Gracias Hector y Amanda por sus comentarios.
Saludos,
Oscar S.
Las normas sirven como incentivos o “desincentivos” para realizar acciones que, por convención , son positivas o negativas para la sociedad. Con esa premisa, observo que en la práctica no existe consenso respecto a que hablar por celular mientras se conduce, sea perjudicial para la comunidad. Intuyo que el tema pasa más, por encontrar (personalmente y como sociedad) incentivos que combatan el acelerado o “eficiente” ritmo de vida, causa frecuente para la necesidad de dar respuesta inmediata a una inoportuna llamada al celular.
Cuanto menos educados seamos como sociedad más normas de normas tenemos que manejar. Y sólo para aclarar la educación no depende del nivel socioeconómico
Estimado Oscar,
Por la naturaleza de toda norma restrictiva siempre es controversial el uso o no uso de algo; lo que cabe resaltar y que quizás aún no se ha hecho estudios, es que está herramienta de seguridad (no uso de celulares mientras se conduce) es complementaria con otras, como la capacidad de alerta en conducción del conductor, horas descansadas vs horas manejadas entre otras.
Como usted menciona, SOLA esta norma aparentemente no demuestra reducción de tasas y/o porcentajes, pero, probablemente haga sinergia con otras normas proyectando un resultado favorable.
Saludos
Estimado Alberto,
Lo que dices se podria resumir en probar si esta norma tiene el efecto de aumentar el cumplimiento de otras normas, lo cual me parece muy poco probable.
Saludos y gracias por comentar,
Oscar
De acuerdo contigo Oscar, la complejidad en los sistemas hacen que el caos sea el gobernante. Mientras mas simples son los sistemas más avanzados somos. Las prohibiciones excecivas e ilógicas muestran que como sociedad no estamos avanzando. No pretendo que con esto se eliminen las reglas, ellas deben existir para la buena convivencia.
Oscar, resumes en tu comentario #6 que “el sentido del articulo es decir que no deberia prohibirse usar el celular, porque la prohibicion no funciona [...] me interesa demostrar que simplemente no cambia la realidad” y te apoyas en el estudio de Burger y Kaffine para decir esto, por lo que mi crítica va para este paper, que justifica dicha conclusión diciendo que “los conductores hacían maniobras negligentes y peligrosas en las autopistas mucho antes de la invención del celular” (p. 20, sic).
La forma utilizada para “probar” su conclusión es un modelo de regresión múltiple con el número de accidentes como variable dependiente; donde la fecha de entrada en vigencia de la prohibición en California (01 de julio del 2008) figura como una variable dummy (Ban), junto a muchas otras variables explicativas más, tales como precios de la gasolina (P), efectos fijos por distrito (F) y por día de la semana (D), otra dummy por feriados (H), y un componente lineal y cuadrático para la cantidad de lluvia (R), bajo la premisa de que demasiada precipitación desincentivaba a la gente a salir en sus coches o a hacerlo con extremo cuidado (p. 14).
Si bien esta excesiva cantidad de variables independientes lleva a altos coeficientes de determinación (por encima de 0.8, p. 14), lo que significa que queda poca varianza sin explicar por el modelo en conjunto, también genera que individualmente las variables se resten significancia entre sí, como se puede apreciar en la Tabla 3 (p. 27): todas las demás variables del modelo son estadísticamente relevantes al menos al 5% (denotado por un solo asterisco), volviendo a la variable de interés prescindible, de allí que sustenten su conclusión con un “no-resultado” (p. 20).
Nótese que los mismos autores admiten que el estudio del efecto de la prohibición en Nueva York por Nikolaev et. al. sí obtuvo resultados positivos porque utilizaron una menor cantidad de variables de control (p. 19). Nótese también que el modelo cuenta el número de accidentes 6 meses antes y después de la entrada en vigencia de la norma, pero sus autores admiten que había tanto gente que tenía conocimiento de ella antes y otra que la desconocía después (p. 15). Finalmente, lo que es más importante, ¡el modelo no distingue entre accidentes donde el conductor hablaba por celular o no! (p. 9)
En conclusión, prohibir el uso de celulares mientras se maneja sí reduce los accidentes, y si no lo hace en mayor cuantía es por una falta de agentes que supervisen el cumplimiento de la norma ex ante (ningún conductor va a admitir después del accidente el agravante de que estuvo hablando por celular). En general, oponerse a una norma porque es difícil supervisar su cumplimiento se presta a contra-argumentaciones extendiendo dicha premisa a otras normas hasta caer en el absurdo.
Gonzalo, no tomes al pie de la letra. Estoy seguro que en otro lugar he dicho que la idea es solo mostrar las ideas y que las cosas mas obvias pueden ser cuestionadas. Eres un lector frecuente del blog, ya lo deberias saber.
Ahora, que haya evidencia de que una norma no tiene efecto, me parece una muy buena justificacion para derogarla, no veo donde esta lo absurdo.
Saludos,
Oscar
Pues no creo que sea una norma absurda. Si el argumento principal es que no se puede exigir el cumplimiento de la misma pues entonces liberemos zonas de Lima en donde robar es común y que el tipo penal que prohíbe el robo sea derogado en dichas zonas. Finalmente, no hay forma de hacer cumplir una norma. Una norma como la comentada busca su aplicación en base a la educación de las personas, debemos educar en las personas.
En minería está prohibido el uso de celulares mientras se conduce en emplazamientos mineros. No hay accidentes de tránsito porque esta norma se respeta. Qué hace que se respete dos temas: 1. Educación. 2. Obligatoriedad de la norma, si alguien te ve manejando con el celular en la mano pues te reporta y te vas a tu casa. Debemos educar e involucrarnos en el cumplimiento de la norma.
Inclusive hay mineras que prohíben el uso de dispositivos de manos libres, pues igual generan una distracción.
Jorge, una cosa es que haya evidencia de que la norma es incumplida en algunos casos y otra pensar q “teoricamente” la norma no puede ser cumplida (o no tiene efectos) porque tienen sustitutos perfectos o distorsiona de determinados modos un mercado.
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