En anteriores artículos, he ido comentando sobre cómo la tecnología viene brindando nuevos métodos de pago y como éstos van, paulatinamente, integrándose en un sistema multi-riel, ofreciendo diversas opciones a los usuarios. Cada día, los bancos, las fintechs y los otros jugadores del ecosistema financiero van recortando las fronteras entre sí, y todo va dirigido hacia mayores capacidades de interconexión.
En esa línea, el estudio New Payments Index 2022 de Mastercard realizado en diferentes mercados a nivel mundial, incluyendo al Perú, concluyó que la gran mayoría de los consumidores peruanos está dispuesto a utilizar métodos de pago emergentes, siempre y cuando, tengan seguridad en su uso. Como métodos de pago emergentes, podemos considerar el uso de las criptomonedas, la opción “compre ahora, pague después”, la biometría, la banca abierta, entre otros.
En la misión de reforzar la percepción de seguridad y mostrar confianza, son claves las plataformas de pagos globales, los emisores, y los llamados adquirientes (proveedores de servicios de pago a comercios) quienes son los llamados a proveer soluciones válidas para la adopción y previsión. Y es que es natural que, ante un mayor panorama de soluciones de pago, necesitemos tener la seguridad de que contamos con las barreras de protección adecuadas, que prevengan la filtración de datos o la suplantación de usuarios a través de la copia de información biométrica (de huellas), por ejemplo, o de otras más.
Durante la pandemia, el uso del ecommerce creció mucho, y con él las preguntas por la seguridad de cada web o link de pago, por parte de los usuarios. Muchas veces por esa sensación de inseguridad, y por los excesivos requerimientos de autenticación durante el proceso, el carrito de compras queda abandonado. En poco tiempo en el Perú, el protocolo de autenticación EMV 3DS 1.0 va dando paso al EMV 3DS 2.0, el cual proporciona una autenticación mejorada que hace que los pagos en línea sean más seguros, reduciendo la fricción en beneficio de los comerciantes, emisores y titulares de las tarjetas, abordando las necesidades del panorama de pagos actual. Dentro de las novedades, está la posibilidad de autenticar al cliente, evitando posibles fraudes, y también incorporando data sobre transacciones realizadas previamente, incluidos los datos del dispositivo, para determinar la autenticidad del usuario ante nuevas compras en el mismo sitio.
Por otro lado, la biometría aparece como una opción que ofrece seguridad, rapidez y comodidad. En este caso, la protección recae en cuidar su identidad digital. No es novedad que el uso de huellas digitales es común para activar cuentas bancarias, abrir dispositivos y comprar u operar nuevos celulares. Por ello, el rol del usuario debe ser activo, compartir sus datos solo de ser necesario y solicitar borrar su información luego de haber completado el objetivo. Otra opción es añadir marcas de agua a documentos de identificación propios. Existen actualmente también programas de alta tecnología que permiten monitorear proactivamente y recibir alertas oportunas para combatir la copia de identidad.
En cuanto a “compre ahora, pague después”, es una herramienta que permite la gestión de presupuestos (dividiendo en cuotas con o sin intereses) para pagos grandes o gastos recurrentes, de manera fácil y rápida. En el estudio New Payments, el 77% de peruanos encuestados, indicó que se sentiría más seguro y estaría más interesado en usar la opción si la otorgara su banco actual, en lugar de otros proveedores. El respaldo, en una red de pago, logra que se genere la confianza en el consumidor, pues cree en sus protocolos de seguridad y en la gestión adecuada del procedimiento que se lleva a cabo con su dinero.
En ese sentido, muchos ya estamos usando la banca abierta más de lo que pensamos. Al vincular directamente nuestras tarjetas de débito o crédito para realizar, por ejemplo, ciertos pagos recurrentes (ej. Suscripciones, luz, agua o teléfono en una fecha determinada), estamos usando ya la banca abierta de alguna manera al autorizar a un tercero el cargo a nuestros medios de pago para nuestra mayor conveniencia. Como lo comenté en un anterior artículo, el proceso de open banking y open finance es largo, pero el Perú va en el camino correcto. Las instituciones financieras están cumpliendo con la regulación y en la medida en que adopten nuevas medidas para gestionar la protección de datos y la seguridad de acuerdo con los estándares internacionales, podremos asegurar su correcto desarrollo. Y de alguna manera, el reto también está en el usuario. Pues está en él, el poder realizar un monitoreo adecuado de la idoneidad de los comercios o instituciones a las cuales vincula su información bancaria, y en el respaldo que puede tener o no de las redes de pago reconocidas mundialmente y que tengan los protocolos adecuados de seguridad, incluida en la medida de lo posible, una cara visible en el país que pueda responder ante cualquier necesidad o imprevisto.
Este es solo un pequeño mapeo de algunas condiciones de seguridad y de los nuevos métodos de pago y cómo nos vinculamos como usuarios. La tecnología avanza a pasos veloces y está en todos los actores del ecosistema la responsabilidad de la seguridad para beneficio de la sociedad. Si todos cumplimos nuestra parte, nuestra vida digital será mucho más amable, segura y eficiente.
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