Todos estamos de acuerdo en que el mundo se mueve a un nuevo ritmo, mucho más vertiginoso que el que alguna vez soñamos. Este ritmo de locura, nos lleva a exigirnos cada vez más, no solo a nosotros, sino también a nuestro personal. Las tecnologías de la información lo están cambiando todo. Todos nos hemos vuelto multitarea, multipantalla, multidispositivo, todos vivimos “en tiempo real” todos buscamos satisfacción instantánea, todos somos “víctimas” de una Sociedad de la Información que solo parece acelerarse a diario. ¿Víctimas? ¿Acaso la Sociedad de la Información está determinando quién soy, quién debo ser, cómo soy, cómo debo ser visto? ¿Qué está sucediendo?

Como dice Andy Stalman, en su excelente libro Brand Off On

“Estamos viviendo una transformación social que gravita alrededor del imparable y vertiginoso avance de las tecnologías y que, por ser extensiva a todos los órdenes del desarrollo (personal, familiar, profesional, industrial, cultural, social, económico) nos está obligando a hacer un esfuerzo de adaptación enorme. “

En realidad estamos siendo víctimas de un fenómeno identificado como “Darwinismo Digital” por el experto en marketing digital Brian Solis:

“Es un estado de falla del negocio (de la persona) donde la tecnología y la sociedad avanzan más rápido que la capacidad de la empresa (de la persona) para adaptarse.”

Nuestro inbox parece acosarnos a diario con cada vez más mails por responder, más información por procesar, más requerimientos que llegan cada vez con más frecuencia, cada vez con más urgencia. Pero lo peor de todo, es que esta forma de ser y de vivir parece ser ahora el estándar. “Se asume” que responderemos en tiempo real porque también vivimos en tiempo real, se asume que vivimos, como el resto de la sociedad, en un estado de hiperconectividad y sin embargo, sorprende que justamente los líderes y por ende voceros oficiales de las empresas, sus CEOs, suelen tener una presencia muy pobre en redes sociales, o en el peor de los casos, ninguna.

Beneficios para las empresas con Social CEOs

• Como el más alto representante de la compañía, y su principal vocero, en el reside toda la credibilidad de la empresa. La confiabilidad que tiene el mercado en él redunda en el valor bursátil de la marca, el Brand Value y su Brand Equity.
• ¿Cómo confías en una empresa? Justamente por su Brand Equity y Brand Value. Pero donde está su lado humano, el gut feeling que te genera la forma de pensar y ver el mundo, y sobretodo el futuro que vislumbra para el mundo si el CEO solo figura en la sección “Acerca de nosotros”?
• Su reputación no solo aumentará la el valor de la marca o empresa sino que además se creará alrededor de este nuevo influencer una comunidad de seguidores virtual, donde podrá llegar a muchas más personas como estudiantes, aficionados, colegas, pares de la industria, gobiernos, medios de comunicación (que aumentarán su alcance) y el público en general, donde, de forma mucho más humana, personal, cercana auténtica (en video mejor porque podrán leer su body language) como el verdadero embajador de la marca estará literalmente hablando como si fuera ella.
• Reforzará el lado humano, más allá de solo su cargo. Hablar coloquialmente y humanamente y a través de videos lo menos producidos y más espontáneos posibles se hará así, cercano, real, confiable y extenderá estos valores a la empresa que representa
• La empresa tendrá una mucho mayor exposición en redes sociales, porque la gente quiere ver gente y le cree más a gente que a las marcas en redes sociales. Así refuerza su branding, demuestra cómo vive los valores de su marca y genera confianza y cercanía, que son sentimientos, y está probado, que hasta los pensamientos que creemos más racionales, se basan fundamente en lo que sentimos.
• En caso de crisis, él tiene que ser el único vocero. No hay otro. Si no ha construido una comunidad de seguidores, advocates, e incluso adorers (esto toma tiempo, constancia, creatividad y disciplina) no podrán resolver las crisis por la simple falta de representatividad. Esta se gana, no viene acompañada del cargo

En esta era de “Digital Transformation” por desgracia, yo diría que ni el 1% de los CEOs son “Social CEOs”, la mayoría Baby boomers, GeneXers o millennnials indiferentes a lo digital no llegan a entender que una de las reglas número uno de la Cuarta Revolución Industrial es “Si tu CEO, no es un Social CEO, cámbiate de trabajo ya”.

Las empresas y las marcas necesitan humanizarse, y nadie debería representar mejor a las personas detrás de una marca o empresa que sus CEOs. En este caso estamos hablando de los CEOs peruanos, y si gustan por extensión, de los latinoamericanos. Es muy escasa la presencia digital de estos líderes… ¿Por qué? En mi opinión por una simple falta de visión. Parecen que más por una cuestión de edad, han dejado de leer, de investigar, de innovar y de adaptarse a una nueva realidad que no espera. Hoy la reputación de una empresa o una marca es absolutamente dependiente de la reputación de su personal, sobretodo de sus líderes. Pareciera que el pensamiento por default de estos líderes es: “Como no conozco mucho de este tema de redes sociales, mejor ni salgo, no vaya a ser que meta la pata”.

En este sentido, el “Social CEO” debe replantearse su forma de ver el mundo y sus reglas de juego. Debe ser capaz de socializar no solo en las redes sociales abiertas sino además y sobretodo en las redes sociales corporativas y/o su intranet. Su gente quiere saber qué piensa, hacia dónde vamos a llevar a la empresa, qué podemos hacer como colaboradores para remar en la misma dirección, etc.

“La mitad de la reputación de una empresa depende de la reputación de su más alto directivo.” 

Amy Mcilwain

Si todos hemos aprendido (algunos a golpes) que existen nuevos estándares de comunicación social, si hemos aprendido no solo a respetarlos sino además a sacarles provecho como empresa, debemos de una vez por todas dar el salto y replantearnos como “Social CEOs” y salir a escuchar, conversar y aprender colaborando. El mundo nos quiere oír y nos está esperando…

Pablo Bermúdez
Director | The Startup Factory
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