Un pasaje de La Odisea narra que Ulises, aconsejado por la diosa Circe, cruza el estrecho de Mesina
por el lado más cercano de los acantilados de Escila a efectos de reducir el riesgo de ser absorbidos por un gran remolino. Esta acción de cruzar el estrecho, tal como fue aconsejado, le permitió gestionar el riesgo de naufragio y así minimizar y controlar daños, evitando de esta manera, a pesar de la pérdida de seis marineros, que el barco y la tripulación entera se perdieran absorbidos por el torbellino de Caribdis.
Este pequeño pasaje nos permite reflexionar acerca de cómo enfrentar una serie de eventos negativos, como por ejemplo una recesión, que se genera cuando, durante dos trimestres seguidos, cae en forma generalizada la actividad económica, la inversión, el consumo y la producción, manifestándose así en una reducción del Producto Bruto Interno – PBI. Entre sus consecuencias podemos mencionar la pérdida de puestos de trabajo, cuando no la quiebra de la empresa y la economía tiende a ingresar a un círculo vicioso que, en el peor de los casos, se convierte en un gran remolino que succiona compañías hasta desaparecerlas.
Estamos empezando un nuevo año y este momento es, por alguna razón, el mejor para coordinar y tomar decisiones sobre lo que anteriormente se ha planificado y enfrentar exitosamente este ejercicio que nos trae una variable clave y crítica: recesión que demanda imperativamente a no continuar el 2024 empujados por la inercia del año que se fue, ya que debido solo a este contexto estamos iniciando con el marcador en contra.
Si bien es cierto que nuestros líderes empresariales han aprendido a convivir en este ambiente inestable, ahora, a diferencia de los últimos 24 años, el campo de batalla empresarial ha cambiado y tiene múltiples variables (unas más conocidas que otras). Esto hace que la sostenibilidad de los negocios sea aún más complicada de gestionar; por lo que toca actuar de tal manera que evite que nuestras empresas sean devoradas por la diversidad de impactos, demandando una serie de acciones, costos y sacrificios. En esta difícil obra de gestión empresarial, los directores son los llamados a ser los principales protagonistas.
Aspectos sobre los que debemos reflexionar:
1. Todas las áreas de una organización son importantes, sin embargo; en un contexto recesivo, el área de finanzas cobra mayor protagonismo debido a que los menores recursos deberán administrarse y controlarse eficientemente. En estos momentos, el dicho “cuida la plata chica que la grande se cuida sola” no es aplicable porque, en recesión, todo flujo, chico o grande, debe ser diligentemente administrado.
2.En momentos de crisis, muchas organizaciones están tentadas a relajar sus controles de gobernanza pensando que “burocratizan”; los procesos cuando la “agilidad” es el camino para (sobre)vivir y sacar adelante a la empresa.
3. Los presupuestos deben ceñirse estrictamente a lo aprobado y su seguimiento contra lo ejecutado necesita convertirse en un punto clave de control gerencial.
4. Buscar el uso de tecnologías como medio y no como un fin para lograr eficiencias.
5. Los procesos no deben estar “escritos en piedra”, tienen que renovarse oportuna y permanentemente para que los mismos sean cada vez más ágiles y supervisados; asimismo, debe alentarse la iniciativa de los usuarios con relación a la innovación de los procesos y sus nuevos controles, junto con la gestión de los riesgos emergentes asociados.
En este contexto de aparente toxicidad económica, social y medioambiental, cuánto nos gustaría poder ser guiados también por la diosa Circe para que nos aconseje a tomar la mejor ruta a seguir y así llegar a buen puerto, sin tener que ser arrastrado, empresarialmente hablando, por el remolino de una recesión u otras crisis. Lamentablemente, ella solo existía en la imaginación de Homero.
Sin embargo, la confirmación de una sólida estructura de gobierno corporativo con un fuerte componente de agilidad empresarial es el pilar fundamental para salir airosos y fortalecidos frente a las situaciones antes mencionadas. Debe considerarse que, independientemente del tamaño de nuestras organizaciones, la confirmación de la estrategia empresarial y sus riesgos asociados, la identificación de nuestros grupos de interés junto con sus expectativas, el trato justo a todos los accionistas y ser una organización socialmente responsable (ASG) representan aspectos críticos para la tan ansiada sostenibilidad y sobrevivencia empresarial.
Pocas frases grafican tan genialmente el espíritu empresarial como: “Mientras los maderos están sujetos por los clavos, aquí seguiré y sufriré los males que haya que sufrir, y luego que las olas destruyan la balsa me pondré a nadar, pues no se me ocurre hacer nada más provechoso.” (Fragmento de La Odisea – Homero).
Este es el primer artículo del año y quiero aprovechar para desearles, optimistamente, un exitoso año 2024 y agradecerles el privilegio de sus tiempos y sugerencias al leer estos artículos.
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